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Martes, 23 de abril de 2024



EDITORIAL


Recaudar, gastar y reactivar

La población no ha parado de crecer pero no han aumentado en la misma proporción los policías, centros educativos, hospitales, educadores, cárceles, etc… Es el momento para que el gasto públi

Redacción La República redaccion@larepublica.net | Viernes 03 septiembre, 2010


Editorial


La insuficiente recaudación fiscal, atribuida a los efectos de la crisis económica y las arcas vacías provenientes de la administración anterior, son las principales razones por las cuales Fernando Herrero, ministro de Hacienda, entregó a la Asamblea Legislativa un Presupuesto Ordinario para el gobierno en 2011, que se financiará en un 44,6% con colocación de títulos valores de deuda interna, según lo informó este medio ayer.

Es verdad que un país no puede aspirar a buenos servicios públicos y calidad de vida para sus habitantes si no contribuye para un adecuado presupuesto nacional que permita proveerlos, si no recauda y gasta eficientemente para lograrlo.

Pero en Costa Rica hoy, a eso hay que agregar que la administración debe poner al día el retraso de décadas que sufría el país por haberse dejado de invertir en rubros esenciales como infraestructura, seguridad, salud y educación.

El gasto público que no se hizo en administraciones anteriores en estos ámbitos debe hacerse ahora. Son presupuestos extraordinarios que se necesitan. La población no ha parado de crecer pero no han crecido en la misma proporción los policías, centros educativos, hospitales, educadores, cárceles, etc… Es el momento para que el gasto público reactive la economía.

La consecuencia es, sin duda, la necesidad de poner sobre la mesa el tema impositivo, pero complementado con lo necesario para recaudar mejor: llámese esto legislación, eficiencia en controles aduaneros u otros.

El Ministro de Hacienda ha dicho que las leyes actuales impiden la buena recaudación. ¿En qué deberían modificarse? Se debe tener conciencia clara de que evadir la realidad no llevará a buen puerto al país y que posponer nuevamente lo indispensable solo va en detrimento del progreso.

El asunto no es qué se debe hacer sino cómo hacerlo. La administración deberá demostrar con hechos cómo es que se recaudará mejor, como es que se utilizarán con austeridad y eficiencia los recursos y cómo, si se implementaran nuevos impuestos, estos serían progresivos, como garantía de justicia y equidad en las contribuciones. La clase asalariada no puede seguir siendo, en general, la única que cumple a cabalidad con el pago de sus tributos.

Los países más desarrollados y con más altos niveles de calidad en sus servicios públicos contribuyen mucho para ello. Sin embargo, tienen un Estado fuerte y eficiente, profesional y capacitado para administrar sus recursos adecuadamente. Costa Rica también debe tenerlo.










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