Radiación no espanta negocios
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Jueves 31 marzo, 2011
Radiación no espanta negocios
Empresas extranjeras mantienen su apuesta por Japón pese a alarma nuclear
Pese a un panorama de noticias alarmistas e incertidumbre sobre la crisis nuclear de Fukushima, parte del sector empresarial extranjero ha reforzado su compromiso con Japón confiado en la capacidad de recuperación de la tercera economía mundial.
"El negocio continúa" es la consigna de muchas grandes firmas internacionales en Tokio tras el revuelo inicial por la incierta situación en la planta de energía atómica de Fukushima, que llevó a un buen número de ejecutivos extranjeros a dejar precipitadamente la ciudad e incluso el país.
La lucha por controlar los cuatro reactores con problemas en Fukushima se presenta aún larga y complicada, pero cada vez son más las empresas que, tras el pánico y catastrofismo inicial, han comenzado a dar señales para reafirmar su presencia en Japón.
Gigantes del mundo financiero como Goldman Sachs, JPMorgan Chase o Morgan Stanley han enviado estos días a sus directivos a Tokio para asegurarse de que las operaciones prosiguen sin incidentes y, de paso, hacer ver que no tienen intención de dejar su rentable parcela nipona.
También el director ejecutivo de Credit Suisse, Brady Dougan, aseguró al diario económico Nikkei que su entidad no reducirá su presencia en Japón sean cuales sean las circunstancias y que la asistencia a los clientes y las operaciones de mercado seguirán como de costumbre.
Entre las aerolíneas, mientras muchas se preparan para una temporal caída en picado del número de turistas a Japón, la de bajo coste Air Asia ha insistido en que no frenará sus planes de expansión en el país asiático, donde desembarcó el pasado diciembre con la ruta Tokio-Kuala Lumpur.
El presidente de Air Asia, Tony Fernandes, ha insistido en que éste es el momento de estar con Japón y que, tras el batacazo inicial, el turismo será capaz de recuperarse, como ha sucedido con otras crisis.
La alarma por las radiaciones en torno a la central de Fukushima, amplificada fuera de las fronteras japonesas, ha alcanzado en cambio a algunas compañías de transporte marítimo, como el gigante Hapag-Lloyd AG, que estos días evita los puertos de Yokohama y Tokio, a unos 250 kilómetros de la planta nuclear.
Su decisión, sin embargo, no ha provocado una reacción en cadena: otros grandes del sector, como A.P. Moeller/Maersk, Mediterranean Shipping o Evergreen Marine han hecho saber que mantienen sus rutas tanto a Tokio como a Yokohama, los dos puertos con mayor actividad del país asiático.
Si bien muchos extranjeros abandonaron precipitadamente Tokio en un primer momento, entre los llamamientos a la calma del Gobierno nipón en los últimos días muchas empresas y embajadas han reabierto sus puertas en esta metrópolis de más de 30 millones de habitantes.
Tras el desastre se trasladaron provisionalmente fuera de Tokio 24 embajadas a la espera de que se aclarara la situación en Fukushima y, de ellas, ya han vuelto a reabrir en la capital al menos diecisiete.
Ante la amplitud con que se ha reflejado la crisis nuclear fuera de Japón -que sigue viviendo el desastre humanitario que supuso el tsunami, con unos 27.500 muertos o desaparecidos-, el Gobierno nipón insiste en que informa con la mayor transparencia para que lo ocurrido no se sobredimensione.
Tokio
EFE
Empresas extranjeras mantienen su apuesta por Japón pese a alarma nuclear
Pese a un panorama de noticias alarmistas e incertidumbre sobre la crisis nuclear de Fukushima, parte del sector empresarial extranjero ha reforzado su compromiso con Japón confiado en la capacidad de recuperación de la tercera economía mundial.
"El negocio continúa" es la consigna de muchas grandes firmas internacionales en Tokio tras el revuelo inicial por la incierta situación en la planta de energía atómica de Fukushima, que llevó a un buen número de ejecutivos extranjeros a dejar precipitadamente la ciudad e incluso el país.
La lucha por controlar los cuatro reactores con problemas en Fukushima se presenta aún larga y complicada, pero cada vez son más las empresas que, tras el pánico y catastrofismo inicial, han comenzado a dar señales para reafirmar su presencia en Japón.
Gigantes del mundo financiero como Goldman Sachs, JPMorgan Chase o Morgan Stanley han enviado estos días a sus directivos a Tokio para asegurarse de que las operaciones prosiguen sin incidentes y, de paso, hacer ver que no tienen intención de dejar su rentable parcela nipona.
También el director ejecutivo de Credit Suisse, Brady Dougan, aseguró al diario económico Nikkei que su entidad no reducirá su presencia en Japón sean cuales sean las circunstancias y que la asistencia a los clientes y las operaciones de mercado seguirán como de costumbre.
Entre las aerolíneas, mientras muchas se preparan para una temporal caída en picado del número de turistas a Japón, la de bajo coste Air Asia ha insistido en que no frenará sus planes de expansión en el país asiático, donde desembarcó el pasado diciembre con la ruta Tokio-Kuala Lumpur.
El presidente de Air Asia, Tony Fernandes, ha insistido en que éste es el momento de estar con Japón y que, tras el batacazo inicial, el turismo será capaz de recuperarse, como ha sucedido con otras crisis.
La alarma por las radiaciones en torno a la central de Fukushima, amplificada fuera de las fronteras japonesas, ha alcanzado en cambio a algunas compañías de transporte marítimo, como el gigante Hapag-Lloyd AG, que estos días evita los puertos de Yokohama y Tokio, a unos 250 kilómetros de la planta nuclear.
Su decisión, sin embargo, no ha provocado una reacción en cadena: otros grandes del sector, como A.P. Moeller/Maersk, Mediterranean Shipping o Evergreen Marine han hecho saber que mantienen sus rutas tanto a Tokio como a Yokohama, los dos puertos con mayor actividad del país asiático.
Si bien muchos extranjeros abandonaron precipitadamente Tokio en un primer momento, entre los llamamientos a la calma del Gobierno nipón en los últimos días muchas empresas y embajadas han reabierto sus puertas en esta metrópolis de más de 30 millones de habitantes.
Tras el desastre se trasladaron provisionalmente fuera de Tokio 24 embajadas a la espera de que se aclarara la situación en Fukushima y, de ellas, ya han vuelto a reabrir en la capital al menos diecisiete.
Ante la amplitud con que se ha reflejado la crisis nuclear fuera de Japón -que sigue viviendo el desastre humanitario que supuso el tsunami, con unos 27.500 muertos o desaparecidos-, el Gobierno nipón insiste en que informa con la mayor transparencia para que lo ocurrido no se sobredimensione.
Tokio
EFE