QUE HOY NO SEA "UNO DE ESOS DIAS"
| Viernes 07 enero, 2011
QUE HOY NO SEA “UNO DE ESOS DIAS”
Si crees que hoy va a ser “uno de esos días”, no lo dudes, así será.
Muchas veces, en conversaciones con otros hemos escuchado la frase “es que ha sido uno de esos días”, generalmente refiriéndose a que las cosas no han salido como se quería o se esperaba. Esto frecuentemente se inicia con un pequeño incidente en la mañana, algún intercambio negativo de palabras con algún miembro de la familia o un desafortunado cruce con otro vehículo camino al trabajo que nos marca el resto del día. Después de este, nuestro humor, tolerancia y expectativa del día se tornan oscuros y negativos, y se empiezan a dar una cadena de hechos que asociamos con que hoy será “uno de esos días” y no con la actitud con la que lo estamos enfrentando. Casi siempre permitimos que ese primer incidente se posicione en nuestra mente como el origen del resto del día y mentalmente le damos soporte a esta idea con cada evento que sucede. Ignoramos o minimizamos las cosas buenas que suceden y nos enfocamos principalmente en las malas.
Exactamente lo mismo sucede cuando tenemos un gran día, sucede algún evento que nos inspira o nos gusta y empezamos a creer que tendremos un muy buen día, para algunos basta con que el día sea soleado y hermoso para prepararse mentalmente a que muchas cosas buenas sucedan, nos llenamos de entusiasmo y energía y empezamos a ver más las cosas positivas que van sucediendo y perpetuamos ese sentimiento a lo largo de la jornada.
No son los eventos que suceden los que deben definir nuestro día, sino la forma en que decidimos responder a ellos; es la actitud con la que los enfrentamos. No nos quedemos pegados en la discusión que tuvimos o en el negativo encuentro con otro chofer, sepamos hacer esos sentimientos a un lado y continuar con una actitud positiva hacia adelante.
Piense en este escenario. Usted ha estado organizando una parrillada con sus amigos por varios meses y finalmente el día llega, pero cuando despierta nota que amaneció nublado y está lloviendo. ¿Cómo responde usted ante esta situación? ¿Se ha arruinado la actividad? ¿Cree usted que ya no tiene remedio? ¿O se levanta con la actitud de tener una parrillada bajo techo y piensa que nada tiene posibilidad de arruinar la oportunidad de compartir con la gente que se había propuesto reunir, aunque haya que hacer modificaciones y adaptarse bajo la marcha. Muchas veces esas actividades llenas de imprevistos y cargadas de imaginación resultan más agradables, se comparte más intensamente y generan las mejores anécdotas. A pesar de que en un primer instante parecieran destinadas al fracaso, depende de la actitud con que asumamos y enfrentemos los obstáculos.
Con un poco de práctica, veremos que no es difícil hacer a un lado esos primeros pensamientos y sentimientos negativos y no permitir que algo tan sencillo como un día nublado pueda echar a perder un gran día. Además podremos convertir esta práctica en una respuesta automática que pueda ser aplicada a otras áreas de nuestra vida, lo que nos ayudará a eliminar muchas discusiones y decepciones temporales e incrementar los sentimientos de felicidad y logro.
Esto mismo debemos aplicar al nuevo año para que ninguno de los nuevos 365 días que están por venir sea “uno de esos días”.
Marco Urbina
Si crees que hoy va a ser “uno de esos días”, no lo dudes, así será.
Muchas veces, en conversaciones con otros hemos escuchado la frase “es que ha sido uno de esos días”, generalmente refiriéndose a que las cosas no han salido como se quería o se esperaba. Esto frecuentemente se inicia con un pequeño incidente en la mañana, algún intercambio negativo de palabras con algún miembro de la familia o un desafortunado cruce con otro vehículo camino al trabajo que nos marca el resto del día. Después de este, nuestro humor, tolerancia y expectativa del día se tornan oscuros y negativos, y se empiezan a dar una cadena de hechos que asociamos con que hoy será “uno de esos días” y no con la actitud con la que lo estamos enfrentando. Casi siempre permitimos que ese primer incidente se posicione en nuestra mente como el origen del resto del día y mentalmente le damos soporte a esta idea con cada evento que sucede. Ignoramos o minimizamos las cosas buenas que suceden y nos enfocamos principalmente en las malas.
Exactamente lo mismo sucede cuando tenemos un gran día, sucede algún evento que nos inspira o nos gusta y empezamos a creer que tendremos un muy buen día, para algunos basta con que el día sea soleado y hermoso para prepararse mentalmente a que muchas cosas buenas sucedan, nos llenamos de entusiasmo y energía y empezamos a ver más las cosas positivas que van sucediendo y perpetuamos ese sentimiento a lo largo de la jornada.
No son los eventos que suceden los que deben definir nuestro día, sino la forma en que decidimos responder a ellos; es la actitud con la que los enfrentamos. No nos quedemos pegados en la discusión que tuvimos o en el negativo encuentro con otro chofer, sepamos hacer esos sentimientos a un lado y continuar con una actitud positiva hacia adelante.
Piense en este escenario. Usted ha estado organizando una parrillada con sus amigos por varios meses y finalmente el día llega, pero cuando despierta nota que amaneció nublado y está lloviendo. ¿Cómo responde usted ante esta situación? ¿Se ha arruinado la actividad? ¿Cree usted que ya no tiene remedio? ¿O se levanta con la actitud de tener una parrillada bajo techo y piensa que nada tiene posibilidad de arruinar la oportunidad de compartir con la gente que se había propuesto reunir, aunque haya que hacer modificaciones y adaptarse bajo la marcha. Muchas veces esas actividades llenas de imprevistos y cargadas de imaginación resultan más agradables, se comparte más intensamente y generan las mejores anécdotas. A pesar de que en un primer instante parecieran destinadas al fracaso, depende de la actitud con que asumamos y enfrentemos los obstáculos.
Con un poco de práctica, veremos que no es difícil hacer a un lado esos primeros pensamientos y sentimientos negativos y no permitir que algo tan sencillo como un día nublado pueda echar a perder un gran día. Además podremos convertir esta práctica en una respuesta automática que pueda ser aplicada a otras áreas de nuestra vida, lo que nos ayudará a eliminar muchas discusiones y decepciones temporales e incrementar los sentimientos de felicidad y logro.
Esto mismo debemos aplicar al nuevo año para que ninguno de los nuevos 365 días que están por venir sea “uno de esos días”.
Marco Urbina