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PUSC y PLN no quieren discutir nuevos impuestos en extraordinarias

Esteban Arrieta earrieta@larepublica.net | Miércoles 19 noviembre, 2014


Debido a que Luis Guillermo Solís se comprometió a no cobrar nuevos impuestos en los primeros dos años, Juan Luis Jiménez, jefe del PLN, se opone a que su bancada dé sus 18 votos para nuevos gravámenes. Gerson Vargas/La República


Demandan al Gobierno ley de empleo público y revisión de pensiones

PUSC y PLN no quieren discutir nuevos impuestos en extraordinarias

FIV y sociedades de convivencia tampoco tienen viabilidad

Mientras el Gobierno no anteponga la revisión de las pensiones y los salarios en el sector público, las bancadas del PUSC y el PLN no están dispuestas a aprobar nuevos impuestos.

Sin el apoyo de esas dos fracciones, Luis Guillermo Solís no lograría los 38 votos que se requieren en el Congreso, para aprobar más gravámenes.
Bajo esa premisa, le recomiendan no perder el tiempo enviando un plan para aprobar el IVA durante las sesiones extraordinarias, tal y como lo anunció Helio Fallas, ministro de Hacienda, hace un par de meses atrás.
En las sesiones extraordinarias que arrancan en diciembre y finalizan en abril, Zapote tiene la potestad de establecer la agenda de discusión en el Plenario, por eso, este periodo de cinco meses es esperado con gran ilusión por Casa Presidencial.
“El mandatario indicó en campaña que no eran necesarios nuevos gravámenes y que por eso él no cobraría nuevos impuestos hasta después de dos años. Nosotros le tomamos la palabra y no daremos nuestros votos, a menos de que se discutan los salarios y las pensiones en el sector público”, explicó Juan Luis Jiménez, jefe de fracción del PLN.
Debido al alto endeudamiento y al déficit fiscal, que se calcula en un 6,7% de la producción, el Fondo Monetario Internacional hizo una recomendación para contener el gasto y meter en cintura las arcas del Estado.
De lo contrario, a mediano plazo Costa Rica podría perder grados de inversión y se le complicaría conseguir dinero prestado en el extranjero y ante ese panorama, tendría que hacer dolorosos ajustes estructurales, restringiendo el gasto social y aumentando fuertemente la recaudación.
“Ante este panorama, el Congreso y el Gobierno deben enfocarse en aquellos proyectos que reactiven la economía y que tengan un alto nivel de consenso para que se conviertan en realidad y no en aquellos que no tienen posibilidades”, expresó Rafael Ortiz, jefe de bancada de los rojiazules.
Entre los planes que considera Ortiz como potables, se encuentran la aprobación de un fideicomiso para la ruta a San Ramón, una ley de pensiones y la contención del gasto en remuneraciones.
“Nosotros en el PUSC hemos presentado un plan para que, por ejemplo, los salarios en el sector público no sean superiores a los ¢5 millones. Es cierto que un buen funcionario debe ganar bien, pero no puede ser más de un límite razonable”, agrega Ortiz.
No solo los impuestos tienen un mal ambiente entre esos dos partidos.
Proyectos como el de las sociedades de convivencia, que daría a las parejas gais una serie de derechos civiles; la fertilización in vitro y la iniciativa que permite la píldora del día después como método anticonceptivo, tienen el potencial de encender y bloquear el Plenario.
Por ejemplo, el PLN dejó a la libre ese puñado de planes relacionados con derechos humanos, mientras que los socialcristianos, por concepción ideológica, podrían dividirse.
Pese a las malas expectativas, Emilia Molina, jefa de fracción de la bancada oficialista del PAC, confía en que el diálogo logrará cambiar de opinión a esos partidos en las sesiones extraordinarias.

Esteban Arrieta
earrieta@larepublica.net
@earrietaLR







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