Pugna por secreto bancario llega al Parlamento suizo
| Miércoles 18 marzo, 2009
Austria, Liechtenstein, Singapur y numerosas islas del Caribe actúan como paraísos fiscales
Pugna por secreto bancario llega al Parlamento suizo
Suiza se ha visto obligada a ceder ante las presiones de la Unión Europea y Estados Unidos
Ginebra
EFE
La polémica sobre el secreto bancario suizo llegó ayer al Parlamento con la comparecencia del presidente del Gobierno federal, Hans-Rudolf Merz, quien intentó calmar a buena parte de los políticos del país al garantizar que Suiza no eliminará, sino que simplemente reformará esa figura legal.
“No entiendo el pánico. No hemos levantado el secreto bancario”, dijo Merz a los legisladores, que tanto desde la derecha como desde la izquierda criticaron la anunciada disposición del Gobierno a flexibilizarlo.
Bajo la presión de la Unión Europea (UE) y Estados Unidos, Suiza ha cedido en su férrea defensa del secreto bancario, uno de los principales atractivos de su plaza financiera, aunque no sea el único país donde los bancos garantizan un nivel tan alto de reserva a sus clientes.
En la UE, Austria y Luxemburgo también cuentan con secreto bancario, además de Liechtenstein y Andorra en Europa, Singapur y Hong-Kong, en Asia, y numerosas islas del Caribe, que actúan como paraísos fiscales.
La crisis económica ha puesto en el disparadero a esta figura jurídica, que se ha visto muy afectada por el reciente escándalo de la filial estadounidense de UBS, tras conocerse que clientes de ese país fueron ayudados a defraudar al fisco, por lo que el banco suizo se vio forzado a levantar el secreto bancario de unos 300 titulares de cuentas.
Después de varias semanas de debate, el asunto llegó finalmente al Legislativo helvético, donde ayer lo ha abordado el Consejo de los Estados (cámara alta) antes de pasar hoy al Consejo Nacional (cámara baja).
Entre los legisladores parece imperar cierto grado de confusión, como ocurre también en la opinión pública, por las contradicciones entre las declaraciones de las autoridades nacionales, que niegan que el secreto bancario vaya a ser abolido, y las de la UE, que hablan de que Suiza y otros países han aceptado suprimirlo.
Ante la creciente inquietud general, el presidente Merz difundió el lunes un mensaje a la población, a la que recuerda que el secreto bancario se mantiene para todos los contribuyentes domiciliados en Suiza.
“Las autoridades fiscales no irán a fisgonear en vuestras cuentas”, aseguró Merz, quien también es ministro de Finanzas en el Gobierno.
A los parlamentarios, Merz les explicó ayer las modificaciones que el Gobierno está dispuesto a realizar, principalmente la supresión de la reserva formulada en 2005 a las reglas de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) sobre la asistencia administrativa en materia fiscal.
Según el presidente, esto permitirá un intercambio de información más amplio pero sólo caso por caso, así como la supresión de la diferenciación que se hacía hasta ahora en Suiza entre fraude y evasión fiscal, con todos los países que lo deseen, una vía por la que también han optado Luxemburgo, Austria y Liechtenstein.
Hasta ahora, las leyes suizas consideraban delito únicamente el fraude fiscal -que implicaba graves actos deliberados para engañar al fisco, como la falsificación o alteración de documentos o datos- y garantizaban la cooperación con otros países sólo en este caso.
Suiza opta ahora por mantener ciertas condiciones, pero se abre a la transmisión de información individualizada, mientras que excluye las solicitudes colectivas de levantamiento del secreto bancario.
Esta concesión obedece a la certidumbre de que Suiza se encontraba ya en la lista de la OCDE de países que no cooperan en materia fiscal y que serán sometidos a sanciones, con tasas más elevadas sobre los depósitos y mayores controles de datos.
Pugna por secreto bancario llega al Parlamento suizo
Suiza se ha visto obligada a ceder ante las presiones de la Unión Europea y Estados Unidos
Ginebra
EFE
La polémica sobre el secreto bancario suizo llegó ayer al Parlamento con la comparecencia del presidente del Gobierno federal, Hans-Rudolf Merz, quien intentó calmar a buena parte de los políticos del país al garantizar que Suiza no eliminará, sino que simplemente reformará esa figura legal.
“No entiendo el pánico. No hemos levantado el secreto bancario”, dijo Merz a los legisladores, que tanto desde la derecha como desde la izquierda criticaron la anunciada disposición del Gobierno a flexibilizarlo.
Bajo la presión de la Unión Europea (UE) y Estados Unidos, Suiza ha cedido en su férrea defensa del secreto bancario, uno de los principales atractivos de su plaza financiera, aunque no sea el único país donde los bancos garantizan un nivel tan alto de reserva a sus clientes.
En la UE, Austria y Luxemburgo también cuentan con secreto bancario, además de Liechtenstein y Andorra en Europa, Singapur y Hong-Kong, en Asia, y numerosas islas del Caribe, que actúan como paraísos fiscales.
La crisis económica ha puesto en el disparadero a esta figura jurídica, que se ha visto muy afectada por el reciente escándalo de la filial estadounidense de UBS, tras conocerse que clientes de ese país fueron ayudados a defraudar al fisco, por lo que el banco suizo se vio forzado a levantar el secreto bancario de unos 300 titulares de cuentas.
Después de varias semanas de debate, el asunto llegó finalmente al Legislativo helvético, donde ayer lo ha abordado el Consejo de los Estados (cámara alta) antes de pasar hoy al Consejo Nacional (cámara baja).
Entre los legisladores parece imperar cierto grado de confusión, como ocurre también en la opinión pública, por las contradicciones entre las declaraciones de las autoridades nacionales, que niegan que el secreto bancario vaya a ser abolido, y las de la UE, que hablan de que Suiza y otros países han aceptado suprimirlo.
Ante la creciente inquietud general, el presidente Merz difundió el lunes un mensaje a la población, a la que recuerda que el secreto bancario se mantiene para todos los contribuyentes domiciliados en Suiza.
“Las autoridades fiscales no irán a fisgonear en vuestras cuentas”, aseguró Merz, quien también es ministro de Finanzas en el Gobierno.
A los parlamentarios, Merz les explicó ayer las modificaciones que el Gobierno está dispuesto a realizar, principalmente la supresión de la reserva formulada en 2005 a las reglas de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) sobre la asistencia administrativa en materia fiscal.
Según el presidente, esto permitirá un intercambio de información más amplio pero sólo caso por caso, así como la supresión de la diferenciación que se hacía hasta ahora en Suiza entre fraude y evasión fiscal, con todos los países que lo deseen, una vía por la que también han optado Luxemburgo, Austria y Liechtenstein.
Hasta ahora, las leyes suizas consideraban delito únicamente el fraude fiscal -que implicaba graves actos deliberados para engañar al fisco, como la falsificación o alteración de documentos o datos- y garantizaban la cooperación con otros países sólo en este caso.
Suiza opta ahora por mantener ciertas condiciones, pero se abre a la transmisión de información individualizada, mientras que excluye las solicitudes colectivas de levantamiento del secreto bancario.
Esta concesión obedece a la certidumbre de que Suiza se encontraba ya en la lista de la OCDE de países que no cooperan en materia fiscal y que serán sometidos a sanciones, con tasas más elevadas sobre los depósitos y mayores controles de datos.