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Proyecto económico de Chinchilla queda en el limbo

Redacción La República redaccion@larepublica.net | Miércoles 18 mayo, 2011




Empresarios temen que desconcierto reine en Congreso y afecte crecimiento
Proyecto económico de Chinchilla queda en el limbo
Diálogo y negociación serán principales armas del gobierno en este segundo año

Objetivos económicos para promover el desarrollo del país a 2014 han quedado en el limbo, tras perder el oficialismo la Asamblea Legislativa.
La imposibilidad de la administración de Laura Chinchilla para impulsar cambios legales que estimulen el crecimiento inquieta a los empresarios.
El sector privado, que aporta casi el 60% del empleo y un 80% de la producción, teme que el viraje en el Congreso paralice cambios productivos en este cuatrienio.
La razón es que lo dispar de las ideologías del bloque opositor pueda estancar el avance de iniciativas del gobierno o de la misma alianza.
La observación de los empresarios tiene validez, principalmente porque las comisiones donde son revisadas las leyes antes de entrar al plenario pueden ser una caja de sorpresas.
Las que son claves, como jurídicos y hacendarios, han quedado con mayoría del bloque opositor. Situación que los liberacionistas ya han objetado. Incluso no descartan acudir a la Sala IV.
Por esto, el diálogo y la negociación entre diputados, gobierno, sociedad civil y empresariado serán fundamentales para obtener los consensos necesarios para planes como la reforma fiscal o la Ley General de Electricidad.
El Ejecutivo, al acudir al Congreso, deberá priorizar sus iniciativas más urgentes. Evitar las confrontaciones será lo idóneo.
Además, deberá aprender a ceder y modificar algunas de sus metas. Esto será determinante si desea la aprobación de sus planes.
Sin embargo, la presidenta Laura Chinchilla dejó claro, en su reciente entrevista con LA REPUBLICA, que mantiene su agenda hasta 2014. No planea ceder ante el bloque opositor.
“Puedo estar dispuesta a complementarla, gracias por supuesto a las negociaciones que emprendemos, de pronto podemos revisar una política, conceder que la idea del otro es mejor que la nuestra. Pero no cambiaré el norte por el cual me eligió una gran mayoría”, recalca Chinchilla.
En el tintero de iniciativas quedan planes que son fundamentales para el actual gobierno y la economía.
En su mayoría son los pilares del eje de la política productiva establecidos en el Plan Nacional de Desarrollo.
Quedan pendientes proyectos como la capitalización del Banco Central, la disminución del endeudamiento público o los programas de competitividad para las pymes.
En infraestructura es donde mayor incertidumbre hay, debido a que las inversiones en carreteras, puertos y aeropuertos están pendientes.
Algunos, como el aeropuerto de Liberia, han iniciado su modernización, pero en su mayoría no hay avance.
Estas obras son fundamentales para optimizar el desarrollo de muchos sectores productivos e incrementar la inversión extranjera.
Estas iniciativas están trazadas en el norte del gobierno como fundamentales para conseguir la meta del crecimiento de la producción en un 6% al año y activar la generación de empleo.
Objetivos que durante el primer año no fueron logrados, como consta en un análisis realizado por la Contraloría.
Dicho documento muestra que la mayoría no han sido cumplidos. Por ejemplo, en infraestructura el alcance de las metas es de tan solo un 33%.
“Siendo el desarrollo de dichas obras fundamental y por ende de gran impacto desde el punto de vista económico, las autoridades gubernamentales no han logrado avances importantes”, enfatiza el ente contralor.
Ciertamente debe haber un cambio de la estrategia porque la segunda legislatura, que apenas comienza, no va de la mano con el plan de la administración Chinchilla.
“El riesgo que enfrentamos es que la situación fiscal se haga insostenible y esto represente un aumento en las tasas de interés, que repercute directamente en el sector productivo y afecta a todas las personas que tienen deudas”, explica Luis Liberman, vicepresidente de la República.
El abastecimiento de electricidad también es una de las prioridades.
El paso de estos proyectos oficiales por la Asamblea será difícil, un calvario. Por eso, entre la nueva visión está evitar el Congreso, cuando sea posible.
Por ejemplo, con la simplificación de trámites. El Gobierno lo ha entendido y ha empezado a hacer modificaciones en áreas como la construcción o inscripción de medicamentos.
Este tipo de cambios son hechos a través de decretos ejecutivos, potestad exclusiva del Gobierno.
Pero ciertamente el aval de las iniciativas más ambiciosas o las autorizaciones de empréstitos internacionales pasarán por la lupa de los diputados.
En esos momentos será cuando la Presidenta y su equipo deberán demostrar su verdadera capacidad de negociación.
“Siempre hemos estado anuentes a negociar con todas las fracciones representadas en el Congreso. Sabemos que este proceso es fundamental para que los proyectos de ley puedan caminar”, enfatiza Liberman.
Pero aún hay indicios de esperanza. Durante su primer año, hubo temas en que los legisladores estuvieron de acuerdo por unanimidad. Uno de estos fue el bono diferido para la clase media.
En ese momento primaron el diálogo y la capacidad de llegar a acuerdos para mejorar una iniciativa.
¿Pasará lo mismo en la actual coyuntura? La respuesta llegará pronto y son el Gobierno y los diputados de oposición los únicos responsables de que vuelva a ocurrir.
Oscar Rodríguez
orodriguez@larepublica.net
Cristian Leandro
cleandro@larepublica.net







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