Portugal reelige presidente
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Lunes 24 enero, 2011
Portugal reelige presidente
En medio de una de las jornadas electorales más frías de su historia, agravada por cuestionadas complicaciones en el sistema de registro electoral, los portugueses confirmaron a Aníbal Cavaco Silva, como responsable del gobierno luso durante los próximos cinco años.
Los primeros sondeos otorgaban al candidato oficialista poco más del 57% de los sufragios emitidos hasta antes de las 1 p.m. (hora de Costa Rica), algo lejano del 61,5% que se le contabilizaban en el último estudio de mercado, previo a las elecciones de ayer.
Antes del cierre de los colegios de votación, la Comisión Nacional de Elecciones reconoció que se habían producido fallos en el sistema informático y en la utilización del carné digital de ciudadano, utilizado para votar, lo cual habría perjudicado la participación.
El conservador Cavaco Silva, actual presidente portugués, había abogado en días pasados, por fijar un rumbo claro para el país, inmerso en una grave crisis económica, mientras su principal oponente en la carrera por el poder, el socialista Manuel Alegre, defendía la regionalización para combatir la desigualdad.
Alegre cerró el proceso electoral, con cerca del 19% de los votos.
En una jornada de bajas temperaturas, cerca de 9,6 millones portugueses estaban llamados a las urnas para escoger a su próximo presidente, cargo al que aspiraban seis candidatos, entre ellos el siempre favorito de los sondeos, Cavaco Silva.
En las dos últimas elecciones celebradas en el país, las municipales y las legislativas de 2009, a media jornada había habido una afluencia mayor, del 45,3% y 43,3% respectivamente, que la registrada en esta elección, con una hora más de apertura de los colegios.
Cavaco, economista de formación, esgrimió su dilatada experiencia política fue primer ministro entre 1985 y 1995 y su conocimiento de la situación económica lusa como garantías para ayudar a superar la desconfianza de los mercados en las finanzas portuguesas.
La despoblación del interior del país, así como el estado de la Justicia y la Educación, son tres de las cuestiones que más preocuparon a la oposición durante la campaña, y que el reelecto presidente ha prometido encarar en su próximo mandato.
Lisboa
Efe
En medio de una de las jornadas electorales más frías de su historia, agravada por cuestionadas complicaciones en el sistema de registro electoral, los portugueses confirmaron a Aníbal Cavaco Silva, como responsable del gobierno luso durante los próximos cinco años.
Los primeros sondeos otorgaban al candidato oficialista poco más del 57% de los sufragios emitidos hasta antes de las 1 p.m. (hora de Costa Rica), algo lejano del 61,5% que se le contabilizaban en el último estudio de mercado, previo a las elecciones de ayer.
Antes del cierre de los colegios de votación, la Comisión Nacional de Elecciones reconoció que se habían producido fallos en el sistema informático y en la utilización del carné digital de ciudadano, utilizado para votar, lo cual habría perjudicado la participación.
El conservador Cavaco Silva, actual presidente portugués, había abogado en días pasados, por fijar un rumbo claro para el país, inmerso en una grave crisis económica, mientras su principal oponente en la carrera por el poder, el socialista Manuel Alegre, defendía la regionalización para combatir la desigualdad.
Alegre cerró el proceso electoral, con cerca del 19% de los votos.
En una jornada de bajas temperaturas, cerca de 9,6 millones portugueses estaban llamados a las urnas para escoger a su próximo presidente, cargo al que aspiraban seis candidatos, entre ellos el siempre favorito de los sondeos, Cavaco Silva.
En las dos últimas elecciones celebradas en el país, las municipales y las legislativas de 2009, a media jornada había habido una afluencia mayor, del 45,3% y 43,3% respectivamente, que la registrada en esta elección, con una hora más de apertura de los colegios.
Cavaco, economista de formación, esgrimió su dilatada experiencia política fue primer ministro entre 1985 y 1995 y su conocimiento de la situación económica lusa como garantías para ayudar a superar la desconfianza de los mercados en las finanzas portuguesas.
La despoblación del interior del país, así como el estado de la Justicia y la Educación, son tres de las cuestiones que más preocuparon a la oposición durante la campaña, y que el reelecto presidente ha prometido encarar en su próximo mandato.
Lisboa
Efe