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NACIONALES


¿Por qué sentimos que Costa Rica se hunde?

Javier Adelfang jadelfang@larepublica.net | Viernes 22 abril, 2016




Al terminar el año, Costa Rica tendrá el sétimo nivel de crecimiento más alto de Latinoamérica, superior a 13 países, incluidos México, Colombia y Chile, denominados “ejemplos de la región”, y mejor que varias de las naciones más industrializadas del mundo.
Costa Rica tampoco sufre problemas de inflación, ni la caída del precio de los productos de exportación.
Sin embargo, en el día a día, sentimos que el país se hunde, y que se aleja cada vez más de lo que creímos que alguna vez fue.
¿Por qué se produce este fenómeno?
La raíz de las respuestas se encuentra en una única cuestión: crecimiento no es lo mismo que desarrollo.
Si bien ambas variables están relacionadas, lo cierto es que el crecimiento refleja el aumento de la producción, mientras que el desarrollo se refiere al bienestar de la población.
Costa Rica mantiene niveles aceptables de crecimiento, sin embargo sufre de una parálisis en áreas vitales que afectan directamente la calidad de vida.

¿Por qué se produce este fenómeno?

La raíz de las respuestas se encuentra en una única cuestión: crecimiento no es lo mismo que desarrollo.
Si bien ambas variables están relacionadas, lo cierto es que el crecimiento refleja el aumento de la producción, mientras que el desarrollo se refiere al bienestar de la población.
Costa Rica mantiene niveles aceptables de crecimiento, sin embargo sufre de una parálisis en áreas vitales que afectan directamente la calidad de vida.
 
1- Empleo 
El desempleo se ubica en torno al 10% de la población, estancado desde 2010, y ni la dinámica de la economía ni los tibios esfuerzos de los gobiernos han podido mejorar este indicador.
Se trata de la segunda tasa más alta de Latinoamérica.
Por si fuera poco, existen unas 38 mil personas que quieren trabajar y que no se contabilizan, por no estar buscando activamente.
Para los jóvenes, las perspectivas son aún más desalentadoras, por cuanto uno de cada cuatro está desempleado.
Otro indicador que se mantiene paralizado desde, al menos 2010, es la informalidad laboral, que alcanza al 51% de los trabajadores privados
 
2- Infraestructura 
Mientras cada año se suman a las carreteras unos 70 mil vehículos y el país acentúa el colapso, los sucesivos gobiernos no han podido ampliar una autopista.
La carretera a San Ramón se espera desde hace 18 años, Circunvalación norte es un proyecto en camino desde hace medio siglo, y el tren eléctrico, que ayudaría a descongestionar la GAM, y cuyo diseño original también data de la década de 1980, sigue siendo un sueño lejano.
Mientras tanto, los costarricenses pierden, al menos, una hora por día en presas en recorridos que, con un sistema eficiente, podrían hacerse en minutos.
Al año, se trata de diez días que cada habitante pierde en una presa. 
 
3- Pobreza 
Costa Rica ha hecho enormes avances en distintas materias, sin embargo, la pobreza es una cuenta pendiente, por cuanto —salvo un breve periodo— uno de cada cinco hogares ha estado por debajo de la línea de pobreza desde 2004. 
Además, una de cada tres familias pobres se encuentra en la pobreza extrema, por lo que ni siquiera tiene acceso a la canasta de alimentos mínima, mucho menos a la educación superior, lo que aumenta la desigualdad.
 
4- Seguridad social
El costo de la atención se ha multiplicado y esta ha empeorado, según un reciente informe de la Caja.
En números, el costo del servicio por consulta externa en los Ebais tuvo un aumento real del 62% en siete años.
En 2014 se gastó el doble que en 2005, mientras que el total de consultas aumentó solo un 19%.
Mientras tanto, 600 mil personas se encuentran en las listas de espera, con la expectativa de obtener su primera cita con un especialista, una operación o un examen clínico.
La situación es tan crítica que en algunos hospitales hay citas programadas para 2021.
 
5- Desigualdad 
Costa Rica es el único país latinoamericano que en la última década aumentó la desigualdad.
Por un lado, la evasión y maniobras elusivas, por parte de las empresas y personas, les negaron a las arcas del Estado un monto que ascendería a unos ¢2 billones, el equivalente al 8,2% del PIB, de acuerdo con Hacienda.
Por otro lado, el empleo público se encuentra en el centro de la discusión por sus altos salarios respecto a la media del país, y es señalado por la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos como uno de los causantes de la desigualdad.
Se trata de solo el 13% de los trabajadores, los cuales han aumentado la diferencia con los salarios privados en los últimos cinco años, hasta alcanzar una diferencia del 166%. ()
El gasto en salarios, sumado a la evasión fiscal, dejan un Estado con grandes deudas de cara a los próximos años.
 






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