Por favor... Silencio
| Viernes 08 enero, 2010
Por favor…Silencio
GAPARI
Pasan los años, se suceden las ediciones de la Copa del Café y un sector de la prensa deportiva nacional sigue aferrada al palo, sin ningún interés de mirar el bosque.
No quieren entender que la Copa no es un torneo para que se luzcan los tenistas costarricenses; es un evento de primer nivel, para que los amantes del tenis de este país, tengan la oportunidad de ver jugar a los mejores tenistas juveniles del mundo.
Casi 50 ediciones y algunos medios de comunicación siguen resaltando las cadenas de argollas que los rivales guindan contra los nuestros. La noticia es que los tenistas nacionales cayeron 6-0, 6-0; 6-1, 6-0; 6-1, 6-1 y que ninguno sobrevivió a la segunda ronda.
No se dice en los titulares que esos tenistas tan mediocres, a quienes “golean” escandalosamente, se enfrentaron a jugadores que apenas termina la Copa del Café, no viajan a torneos a Machala, Chinandega o Choluteca a continuar el circuito, sino que van en viaje directo al primer Grand Slam de la temporada, el Abierto de Australia.
Entonces… ¿cómo meterles siquiera tres puntos a estos pequeños monstruos?
Hagan, como ejercicio mental, una sola comparación y bien actual.
La Selección Nacional va a enfrentar a Argentina y Francia, estas dos clasificadas al Mundial. ¿Quiénes son los favoritos? ¿Los ticos?
Si Argentina nos gana 3-0 y Francia 4-1…¿haremos mofa de los resultados?
Desde luego que el tenis costarricense es de bajo nivel y puede que se haya estancado, pero no es por esto que en la Copa del Café sucumben con tanta facilidad.
Son apaleados por la abismal diferencia que se da entre ellos y sus rivales, a pesar de que la organización al principio les pone rivales supuestamente “accesibles”.
Pretender en Costa Rica otro Juan Antonio Marín es ilusorio; Argentina, con un tenis de primer nivel, aún no encuentra a su nueva Gaby Sabatini y esta, aun con su grandeza, solo ganó un Grand Slam.
La competencia en el tenis es bestial y miles de miles de jugadores que se desparraman por todo el planeta, sucumben, se asfixian y se pierden.
Igual los ticos en la Copa del Café.
El techo de los tenistas costarricenses, hijos de familias acomodadas es jugar, destacar en torneos locales y centroamericanos y lograr una beca en universidades de lo Estados Unidos.
En la Copa del Café, ocasionalmente suena la flauta porque se presentan tenistas excepcionales, valga la redundancia, excepción y no regla, como los hermanos Thome.
Entonces, tan difícil ver a un italiano, un mexicano, un canadiense como primero del mundo, como un tenista nacional en los cuartos de final de nuestra Copa. Seamos entonces, más consecuentes.
GAPARI
Pasan los años, se suceden las ediciones de la Copa del Café y un sector de la prensa deportiva nacional sigue aferrada al palo, sin ningún interés de mirar el bosque.
No quieren entender que la Copa no es un torneo para que se luzcan los tenistas costarricenses; es un evento de primer nivel, para que los amantes del tenis de este país, tengan la oportunidad de ver jugar a los mejores tenistas juveniles del mundo.
Casi 50 ediciones y algunos medios de comunicación siguen resaltando las cadenas de argollas que los rivales guindan contra los nuestros. La noticia es que los tenistas nacionales cayeron 6-0, 6-0; 6-1, 6-0; 6-1, 6-1 y que ninguno sobrevivió a la segunda ronda.
No se dice en los titulares que esos tenistas tan mediocres, a quienes “golean” escandalosamente, se enfrentaron a jugadores que apenas termina la Copa del Café, no viajan a torneos a Machala, Chinandega o Choluteca a continuar el circuito, sino que van en viaje directo al primer Grand Slam de la temporada, el Abierto de Australia.
Entonces… ¿cómo meterles siquiera tres puntos a estos pequeños monstruos?
Hagan, como ejercicio mental, una sola comparación y bien actual.
La Selección Nacional va a enfrentar a Argentina y Francia, estas dos clasificadas al Mundial. ¿Quiénes son los favoritos? ¿Los ticos?
Si Argentina nos gana 3-0 y Francia 4-1…¿haremos mofa de los resultados?
Desde luego que el tenis costarricense es de bajo nivel y puede que se haya estancado, pero no es por esto que en la Copa del Café sucumben con tanta facilidad.
Son apaleados por la abismal diferencia que se da entre ellos y sus rivales, a pesar de que la organización al principio les pone rivales supuestamente “accesibles”.
Pretender en Costa Rica otro Juan Antonio Marín es ilusorio; Argentina, con un tenis de primer nivel, aún no encuentra a su nueva Gaby Sabatini y esta, aun con su grandeza, solo ganó un Grand Slam.
La competencia en el tenis es bestial y miles de miles de jugadores que se desparraman por todo el planeta, sucumben, se asfixian y se pierden.
Igual los ticos en la Copa del Café.
El techo de los tenistas costarricenses, hijos de familias acomodadas es jugar, destacar en torneos locales y centroamericanos y lograr una beca en universidades de lo Estados Unidos.
En la Copa del Café, ocasionalmente suena la flauta porque se presentan tenistas excepcionales, valga la redundancia, excepción y no regla, como los hermanos Thome.
Entonces, tan difícil ver a un italiano, un mexicano, un canadiense como primero del mundo, como un tenista nacional en los cuartos de final de nuestra Copa. Seamos entonces, más consecuentes.