¿Por qué nos es tan difícil invertir para nuestro retiro?
María Laura Víquez mlviquez@liber.la | Lunes 09 agosto, 2021
La respuesta es porque no nos reconocemos ni conectamos con nuestro yo del futuro.
Las personas no se enganchan con “ese individuo”.
Psicológicamente es un completo extraño.
Cuando nos muestran por primera vez una fotografía nuestra de cómo nos veremos en unas cuantas décadas utilizando alguna aplicación como Faceapp lo que ocurre en nuestro cerebro es igual que ver el retrato de cualquier desconocido.
No se activa ninguna parte en el que le genere empatía.
Conociendo lo deteriorado que están los sistemas de pensiones una pregunta que salta es ¿porqué los trabajadores durante toda su vida laboral no son capaces de direccionar entre un 10% a 20% de su ingreso actual para ser invertido y que lo disfrute su yo del futuro ?
La respuesta es la misma que si se le pidiera que lo hiciera por un forastero.
¿Por qué voy a dejar de satisfacer un deseo de hoy con mi dinero a cambio de solventar las necesidades de este extraño en varias décadas ?
Expertos sugieren que para que una persona de clase media se retire cómodamente debe tener ahorrado un millón de dólares. 92% de la población no lo logrará.
De la fuerza laboral 25% no tienen ningún ahorro para su jubilación.
La comida, vivienda y medicamentos suben todos los años. ¿De dónde sacarán este dinero los adultos mayores?
Hal Hershfield, profesor de la Escuela de Administración Anderson de UCLA lideró un experimento con el fin de contestar a la pregunta de porqué las personas no toman decisiones y se comprometen con ellas sabiendo que les beneficiará en el futuro?.
La conclusión a la que llegó el estudio es que si tenemos fotografías de nosotros mismos de ¿Cómo nos veremos de viejos? donde siempre las podamos ver, a mano, tendremos el doble de disposición de ahorrar para esta persona conocida que queremos porque típicamente si hacemos sacrificios por otras personas que nos importan como hijos, padres, hermanos o cónyuges.
Vamos creando un sentimiento de empatía con nuestra persona del futuro.
Lo cual se resume en que sí estamos dispuestos hacer sacrificios hoy por el beneficio de esa persona a futuro.