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¿Por qué las mujeres pueden ser mejores para estirar la plata en tiempos de crisis?

Cinthya Morera Hernández cmorera@bncr.fi.cr | Miércoles 12 agosto, 2020

Morera

Magaly Acosta, mira por la ventana de un lugar que conoce muy bien desde hace 30 años. Ella es la Vicepresidenta Regional de Administración y Finanzas de una de las empresas de comunicación más importantes de Centroamérica y el Caribe. Como toda financiera el orden en el dinero siempre ha sido primordial para su vida personal y laboral. Ese tema, el de la plata, es para ella uno de los principales motivadores para mantener la estabilidad de cualquier persona, pero sobre todo de las mujeres.

“Esta situación que estamos viviendo y todos los factores externos que nos han estado acompañando en estos últimos meses, me han demostrado que mi filosofía de vida con respecto al tema financiero ha sido satisfactoria. Y hablo de filosofía de vida, no porque esta sea la carrera que escogí, sino porque las finanzas y la experiencia laboral me han enseñado un aspecto básico para vivir tranquila: el ahorro”.

A 50 kilómetros de ahí, en las montañas de Cirrí de Naranjo, por la ventana de Marlene Brenes se observa otro panorama. Varias hectáreas sembradas de café, el cultivo que desde el 2013 le permite a su familia, crecer y consolidar la empresa Olymar Santa Lucía, donde se cosecha, se tuesta y se beneficia café de exportación. Marlene cuenta cómo en esta crisis los precios del café se han venido abajo, pero que este sueño que han construido, lo mantienen “uniendo cincos y minutos”, porque ambos valen oro.

“Nosotros siempre unimos un cinco con otro y vamos ejecutando nuestros proyectos, nunca gastamos de más. Comemos productos de temporada, lo más cómodo, nunca lo más caro”. Lo mismo sucede con el negocio cafetalero del que ella es el motor, “hasta la leña que queda de los cafetales ya tomados, se utiliza para generar energía”, comentó.

Estas dos mujeres son reflejo de una población que muestra cada vez más su poder para desarrollar proyectos familiares y empresariales, con éxito. Ambas, se desenvuelven en mundos totalmente distintos, sin embargo, comparten el ingrediente principal de la bonanza en tiempos de pandemia, una estrategia de gasto y ahorro.

De acuerdo con un estudio de la Alianza Financiera para las mujeres, llamado en inglés “Life Moments a strategy for serving women througouth her lifes”, las motivaciones de las mujeres para el ahorro y para la compra de productos y servicios tiene que ver con los momentos importantes de su vida, por lo que la experiencia del cliente para las mujeres debe enfocarse en suplir las necesidades específicas de estos instantes críticos. Basados en esta premisa, las marcas que logran estar presentes en momentos transcendentales de la vida de cualquier ser humano, conseguirán establecer una relación de larga data con el consumidor y esto es particularmente importante para las mujeres.

Toda la oferta de productos, pero, principalmente, aquellos productos y servicios financieros virtuales y presenciales son, sin duda, una de las principales necesidades de las mujeres tomadoras de decisiones en la actualidad. Y esto se logra visibilizar si tomamos en cuenta que, en el mundo 1 de cada 3 empresas son propiedad de mujeres, como lo apunta el Portal de Género del Banco Mundial. Este mismo sitio indica que, en América Latina y el Caribe, el porcentaje de participación de las mujeres en actividades empresariales alcanza el 50 %, uno de los más altos del mundo.

El poder de las mujeres ha ido creciendo paulatinamente y según la Organización ONU Mujeres en Costa Rica, hoy el grupo femenino controla el 65% del gasto de los hogares en el mundo y el consumo global femenino es de U$40 trillones de dólares. ¡Impresionante! También indicó que, las empresas con 3 o más mujeres en sus comités de Dirección, tuvieron hasta un 84% más de tasa de retorno, que aquellas que no tenían ninguna.

¿Cómo lo ven en Costa Rica?

Aunque, las capacidades femeninas para liderar empresas están más que comprobadas, el Instituto Nacional de la Mujer señaló que, en Costa Rica, los datos del parque empresarial que maneja el Ministerio de Economía, industria y Comercio no están desagregados por sexo, lo cual representa una limitante para determinar la cantidad de mujeres en Costa Rica, que hoy están liderando empresas o son de su propiedad.

Lo que sí se tiene claro es que para el 2017, “el Estado de la Situación PYME, elaborado con datos del Banco Central de Costa Rica revela que para el año 2017 las PYME representaron el 97,47% del parque empresarial a nivel nacional y que las mujeres se ubican, predominantemente, en el sector de la micro y pequeña empresa”. Lo anterior, a partir de datos suministrados por el INAMU.

Para el 2019 la Encuesta Nacional de Hogares del INEC apuntó que, 132.500 microempresas eran lideradas por mujeres, sin embargo este dato en realidad es mucho mayor ya que muchas de ellas trabajan en la informalidad. Así mismo, indicó que, un 20% de las mujeres en el país, trabajaban por cuenta propia. También, hoy 727.879 mujeres se desempeñan en áreas tan diversas como comercio y reparación, transporte y almacenamiento, hoteles y restaurantes, intermediación financiera y de seguros, actividades profesionales y administrativas de apoyo, administración pública, enseñanza y salud y comunicación. No cabe duda que cada vez más, las mujeres se apropian de conocimientos en todas las industrias.

Una referencia fundamental para justificar la manera en la que las mujeres desarrollan sus iniciativas personales y empresariales y su disciplina en el manejo de fondos, es el que reveló el INEC en 2017, un 62,5% de las mujeres que emprenden lo hacen por necesidad y un 33,2% lo hacen por oportunidad. Su motivación está concentrada en sacar adelante a sí mismas y a sus familias.

Según Patricia Mora, Ministra de la Mujer “uno de los factores que incide en el menor acceso a financiamiento (de las mujeres) es que las organizaciones productivas de mujeres se encuentran mayoritariamente en una condición informal”.

Lo cierto es que, la capacidad de las mujeres de generar ingresos y bienestar, tiene dentro de sus factores de origen, situaciones adversas como lo es el menor acceso financiamiento, el hecho de que las mujeres son peor pagadas que los hombres. En Costa Rica, la brecha en remuneración entre hombres y mujeres, según el Estado de la Nación (2018), oscila entre un 13% y un 17%. También, se debe a que, muchas de ellas ven pausado o finalizado su crecimiento profesional por el cuido de los hijos.

A todas luces son muy estratégicas y luchadoras incansables y las organizaciones financieras son cada vez más conscientes de ello. Por esto han desarrollado programas de atención a poblaciones femeninas que las empodere y les ofrezca todo el acceso y acompañamiento necesario, para llevar con éxito sus iniciativas, empresariales o no empresariales.

Solo en el Banco Nacional en el 2020 el programa BN Mujer cuenta con una cartera conformada por más de un 1.122.000 mil clientes mujeres, quienes representan el 49% de los clientes totales del BN y más del 40% de la población femenina en Costa Rica. De estas clientes 159.300 son líderes empresariales, incluyendo micro, pequeña empresa y mediana empresa.

Para Magaly Acosta, la clave de toda mujer empresaria o no empresaria, es el ahorro constante, para lo cual recomienda, si es asalariada, guardar por lo menos el 20% del salario. “Sé que muchas veces esto no es posible pero al menos se debe generar un compromiso fijo de ahorrar 5 o 10% de cada pago, además, la otra acción que realizo es colocar el ahorro en algún tipo de inversión financiera llámese certificados a plazo, fondos de inversión, que me brinde rendimientos, bajos o altos según esté el mercado bursátil, pero que sume y haga crecer mi ahorro. Mi principio es cada colón suma. Esta es la fórmula que a mí me ha funcionado y que en este momento me respalda ante esta situación de crisis que vivimos” finalizó.

Marlene Brenes concluye diciendo que las mayores inversiones de su vida han sido relacionadas con la familia. “Para mí las grandes inversiones tienen que ver con el estudio de mis hijos, la compra de su casa o para mejorar el sistema de recolección y procesamiento del café y es solo se logra con ahorro y austeridad. Nunca hemos comprado lo que no precisa, todo lo que está en su casa es necesario y cumple una función. Claro que hemos necesitado créditos pero para alcanzar sueños, necesarios para nuestra vida”.

Ellas son, sin duda, un ejemplo de trabajo y ahorro en medio de la pandemia, demostrando que, en medio de una época de crisis las mujeres tienen estrategia para salir adelante. Motivadas por una cultura que “no se las ha puesto fácil”, pero que ellas han sabido sortear para mirar al frente y decir: “lo vamos a lograr siempre con pandemia o sin ella”.






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