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Ponerse en los zapatos de los demás

Claudia Barrionuevo claudia@chirripo.or.cr | Lunes 28 noviembre, 2011



Ponerse en los zapatos de los demás


Desde hace muchos años, los costarricenses nos caracterizamos por la falta de solidaridad, por la incapacidad de ponernos en los zapatos de los demás, por echar para nuestro saco sin importarnos nuestros compatriotas menos afortunados.
De repente hay gremios o grupos que se levantan, que organizan manifestaciones, paros, huelgas, pero solo velando por sus propios intereses.
1-Los taxistas protestan contra los piratas.
Desde mi casa solo llamo a una cooperativa de confianza. En la calle, recomiendo a mis hijas y amigos que hagan lo mismo que yo: subir a vehículos rojos, en buen estado, con señales visibles de una compañía y un taxímetro en buen funcionamiento. Parece que a otros usuarios no les importa: están en su derecho.
Los impresentables voceros de los taxistas formales alegan que los “piratas” les “quitan la comida de la boca”. Pongámonos en los zapatos de los piratas: la situación económica es grave para todos y solo algunos se atreven a circular en barrios marginales. Muchos dueños de taxis oficiales ni siquiera son choferes. ¿A cuenta de qué?
2-Los anestesistas hacen huelga contra la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) y algunos médicos se les unen.
Hace años que la CCSS no tiene suficientes anestesistas. La mayoría prefiere trabajar en el campo privado cobrando fortunas y declarando impuestos mínimos. Los pocos anestesistas que laboran para la institución están estresados y exigen vacaciones profilácticas. Pongámonos en los zapatos de los misceláneos, de los enfermeros, de cualquier empleado de hospital: ¿ellos no se estresan? ¿No necesitan vacaciones “profilácticas”?
Parar las intervenciones quirúrgicas de los hospitales públicos es peor que obstaculizar el tránsito. Más allá de los derechos de todos los trabajadores del sector salud y aun siendo consciente que los políticos han manejado mal la institución durante décadas, ¿quién se pone en los zapatos de tantos enfermos que solo pueden ser atendidos en los hospitales públicos?
3-Pagar impuestos justos
¿Quién quiere pagar impuestos? ¡Nadie! Pero el Estado necesita recursos (bien administrados, eso sí) para ocuparse de las necesidades de todos los ciudadanos. El presupuesto nacional debe ser estudiado cuidadosamente para que cumpla con los requerimientos de la ciudadanía y no beneficie los lujos de unos pocos funcionarios.
El Impuesto al Valor Agregado es un gravamen que nos afecta a todos. No es justo. Como trabajadora independiente pago la Caja y declaro mis exiguos ingresos anuales. Otros profesionales ganan fortunas y pagan poco o nada. Evidentemente no son capaces de ponerse en los zapatos de los demás, ni ser solidarios con sus compatriotas. Así, organizan campañas millonarias motivadas por su avaricia para evitar pagar lo que les corresponde.
Todos quieren echar para su saco. La Costa Rica solidaria del siglo pasado no solo está “out”, estorba. El individualismo, en cambio, reina y está “in”.

Claudia Barrionuevo
claudia@barrionuevoyasociados.com

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