Política migratoria calentará campaña electoral en EE. UU.
| Jueves 03 enero, 2008
Tema será clave en la elección del candidato presidencial tanto de los demócratas como de los republicanos
Política migratoria calentará campaña electoral en EE. UU.
• En Iowa hay alrededor de 112 mil inmigrantes hispanos y unos 20 mil que se mudaron en los últimos seis años; la mayoría son indocumentados.
Washington
(EFE)
La política migratoria se ha convertido en una potente arma electoral, que jugará un papel clave en los “caucus” de hoy en el estado de Iowa, donde el fenómeno de la inmigración ilegal es motivo de preocupación.
La lucha contra la inmigración ilegal es un tema recurrente en las campañas electorales, a sólo un día de las asambleas demócratas y republicanas en Iowa, conocidas en inglés como “caucus” y en las que los votantes elegirán al candidato presidencial de sus respectivos partidos.
La reñida contienda se libra, prácticamente, entre los senadores Hillary Clinton, Barack Obama y el ex senador John Edwards, del lado demócrata, y entre los ex gobernadores Mitt Romney y Mike Huckabee, el ex alcalde Rudy Giuliani y el senador John McCain, del republicano.
Según datos oficiales, hay alrededor de 112 mil inmigrantes hispanos en Iowa y unos 20 mil se mudaron allí en los últimos seis años, atraídos por los salarios en la industria avícola y cárnica del estado.
Poco más de la mitad son indocumentados, según un estudio del Centro Hispano Pew de 2006, y el fenómeno de la inmigración ilegal asusta a la población de Iowa, en su mayoría blanca, y ahora sirve de abono en la contienda.
Basta ver algunos de los anuncios y la propaganda política para entender que el tema es clave entre los aspirantes presidenciales republicanos, que proponen desde muros para combatir la porosidad de la frontera sur hasta la deportación masiva de los indocumentados.
Los candidatos republicanos, ávidos de votos en los 99 condados de Iowa, han inundado los buzones, la radio y la televisión con advertencias sobre la invasión de los indocumentados y anuncios como aquel en el que la bandera tricolor mexicana ondea sobre la de Estados Unidos.
Es un mensaje que aparentemente está calando en Iowa, donde el típico votante republicano es un hombre de raza blanca de entre 45 y 59 años, que vive en una zona rural y que comulga con la ideología del conservadurismo.
Entre esos votantes figura Randy Krukow, el alguacil de Spencer, una pequeña y bucólica ciudad fundada hace más de un siglo en el noroeste de Iowa, donde los inmigrantes eran inexistentes, pero ahora delatan su presencia con anuncios en español en tiendas de envío de remesas.
Seis de los ocho presos en la cárcel de Spencer el mes pasado eran indocumentados acusados de narcotráfico y uso de documentos falsos, y el aumento de la inmigración ilegal es una tendencia que preocupa a republicanos como Krukow.
Aunque reconoce que los inmigrantes, muchos de ellos indocumentados, son la columna vertebral de los mataderos y plantas procesadoras de carne y pollo en un estado rural como Iowa, Krukow está decidido a apoyar al candidato que prometa corregir el problema de los inmigrantes sin papeles.
“Sólo estamos viendo la punta del iceberg. Aquí seguimos creyendo en Dios, patria y familia, y un ilegal es un ilegal”, dijo Krukow en una entrevista reciente con el diario The Washington Post.
Entre los votantes demócratas de Iowa, que suelen ser mujeres cincuentonas con algún nivel de educación universitaria, el sentimiento es que el Gobierno no sólo debe mejorar la vigilancia en la frontera con México, sino también expulsar a quienes “no siguen las reglas del juego”.
Para los demócratas, la inmigración ilegal supone un gran dilema de cara al voto hispano: por un lado, proponen formas de aumentar la seguridad nacional, pero, por otro, quieren afianzar el apoyo obtenido entre dicho electorado y por ello la mayoría se decanta por algún tipo de reforma migratoria.
Así, el Partido Demócrata, que durante muchos años ha cultivado y cortejado el voto hispano a nivel nacional, ha centrado su atención en asuntos como la guerra en Irak, el cuidado de salud universal, el rumbo de la economía y, sobre todo, promesas de un “cambio”.
“Los republicanos han utilizado la inmigración ilegal como un asunto clave para dividir aún más al país, pero, como táctica, creo que les saldrá el tiro por la culata”, dijo hoy a Efe Tom Reynolds, un portavoz de la campaña del aspirante demócrata y gobernador de Nuevo México, Bill Richardson.
“Por supuesto que tenemos que responder al problema de la inmigración, pero tenemos que hacerlo de forma responsable, y es lo que propone el plan de Richardson”, agregó.
Apartando el vaivén de las encuestas, la incertidumbre impera dado el alto número de votantes indecisos no sólo en Iowa, sino también en Nuevo Hampshire, que celebrará sus primarias el próximo 8 de enero y donde también preocupa la presencia de indocumentados.
Política migratoria calentará campaña electoral en EE. UU.
• En Iowa hay alrededor de 112 mil inmigrantes hispanos y unos 20 mil que se mudaron en los últimos seis años; la mayoría son indocumentados.
Washington
(EFE)
La política migratoria se ha convertido en una potente arma electoral, que jugará un papel clave en los “caucus” de hoy en el estado de Iowa, donde el fenómeno de la inmigración ilegal es motivo de preocupación.
La lucha contra la inmigración ilegal es un tema recurrente en las campañas electorales, a sólo un día de las asambleas demócratas y republicanas en Iowa, conocidas en inglés como “caucus” y en las que los votantes elegirán al candidato presidencial de sus respectivos partidos.
La reñida contienda se libra, prácticamente, entre los senadores Hillary Clinton, Barack Obama y el ex senador John Edwards, del lado demócrata, y entre los ex gobernadores Mitt Romney y Mike Huckabee, el ex alcalde Rudy Giuliani y el senador John McCain, del republicano.
Según datos oficiales, hay alrededor de 112 mil inmigrantes hispanos en Iowa y unos 20 mil se mudaron allí en los últimos seis años, atraídos por los salarios en la industria avícola y cárnica del estado.
Poco más de la mitad son indocumentados, según un estudio del Centro Hispano Pew de 2006, y el fenómeno de la inmigración ilegal asusta a la población de Iowa, en su mayoría blanca, y ahora sirve de abono en la contienda.
Basta ver algunos de los anuncios y la propaganda política para entender que el tema es clave entre los aspirantes presidenciales republicanos, que proponen desde muros para combatir la porosidad de la frontera sur hasta la deportación masiva de los indocumentados.
Los candidatos republicanos, ávidos de votos en los 99 condados de Iowa, han inundado los buzones, la radio y la televisión con advertencias sobre la invasión de los indocumentados y anuncios como aquel en el que la bandera tricolor mexicana ondea sobre la de Estados Unidos.
Es un mensaje que aparentemente está calando en Iowa, donde el típico votante republicano es un hombre de raza blanca de entre 45 y 59 años, que vive en una zona rural y que comulga con la ideología del conservadurismo.
Entre esos votantes figura Randy Krukow, el alguacil de Spencer, una pequeña y bucólica ciudad fundada hace más de un siglo en el noroeste de Iowa, donde los inmigrantes eran inexistentes, pero ahora delatan su presencia con anuncios en español en tiendas de envío de remesas.
Seis de los ocho presos en la cárcel de Spencer el mes pasado eran indocumentados acusados de narcotráfico y uso de documentos falsos, y el aumento de la inmigración ilegal es una tendencia que preocupa a republicanos como Krukow.
Aunque reconoce que los inmigrantes, muchos de ellos indocumentados, son la columna vertebral de los mataderos y plantas procesadoras de carne y pollo en un estado rural como Iowa, Krukow está decidido a apoyar al candidato que prometa corregir el problema de los inmigrantes sin papeles.
“Sólo estamos viendo la punta del iceberg. Aquí seguimos creyendo en Dios, patria y familia, y un ilegal es un ilegal”, dijo Krukow en una entrevista reciente con el diario The Washington Post.
Entre los votantes demócratas de Iowa, que suelen ser mujeres cincuentonas con algún nivel de educación universitaria, el sentimiento es que el Gobierno no sólo debe mejorar la vigilancia en la frontera con México, sino también expulsar a quienes “no siguen las reglas del juego”.
Para los demócratas, la inmigración ilegal supone un gran dilema de cara al voto hispano: por un lado, proponen formas de aumentar la seguridad nacional, pero, por otro, quieren afianzar el apoyo obtenido entre dicho electorado y por ello la mayoría se decanta por algún tipo de reforma migratoria.
Así, el Partido Demócrata, que durante muchos años ha cultivado y cortejado el voto hispano a nivel nacional, ha centrado su atención en asuntos como la guerra en Irak, el cuidado de salud universal, el rumbo de la economía y, sobre todo, promesas de un “cambio”.
“Los republicanos han utilizado la inmigración ilegal como un asunto clave para dividir aún más al país, pero, como táctica, creo que les saldrá el tiro por la culata”, dijo hoy a Efe Tom Reynolds, un portavoz de la campaña del aspirante demócrata y gobernador de Nuevo México, Bill Richardson.
“Por supuesto que tenemos que responder al problema de la inmigración, pero tenemos que hacerlo de forma responsable, y es lo que propone el plan de Richardson”, agregó.
Apartando el vaivén de las encuestas, la incertidumbre impera dado el alto número de votantes indecisos no sólo en Iowa, sino también en Nuevo Hampshire, que celebrará sus primarias el próximo 8 de enero y donde también preocupa la presencia de indocumentados.