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NACIONALES


Poder al pueblo

Fabio Parreaguirre fparreaguirre@larepublica.net | Lunes 13 mayo, 2013


El referéndum, que se utilizó para el caso del tratado de libre comercio con Estados Unidos, involucra la participación indirecta del público para tomar una decisión sobre un tema de gran envergadura. Marco Monge/La República


ANÁLISIS

Hay tres formas de agilizar el desarrollo de los proyectos

Poder al pueblo

La mala comunicación está paralizando al país

En vez de las manifestaciones y la parálisis en el desarrollo de los llamados “proyectos país”, como son los recientes casos de la carretera a San Ramón, y la salud del régimen de pensiones de la Caja, es vital encontrar la forma de incentivar el diálogo, así como el hallazgo de un consenso.
Una opción para realizar esta meta, es que el público acuda a las municipalidades, para debatir cualquier tema, y llegar a un acuerdo.
Otra es que el Gobierno le explique al público con anticipación, la naturaleza de cualquier plan importante, de modo que haya un diálogo nacional.
Finalmente, existe la opción del referéndum, que le da al pueblo la oportunidad de votar directamente a favor o en contra de cualquier proyecto.
Ninguna de las opciones es la ideal; sin embargo, cualquiera es mejor que la parálisis que estamos viviendo, incluso la cancelación de varios proyectos, lo cual implica un atraso en el desarrollo, así como el riesgo de las demandas multimillonarias, de las empresas afectadas, que eventualmente los ciudadanos tendrán que pagar.
En lo que a las municipalidades se refiere, el público puede tener voz a través de sus representantes cantonales.
Bajo este mecanismo, el Gobierno le informa sobre cualquier plan a la muni, que convoca un foro, en el cual la gente expresa su opinión.
La percepción de la población así sondeada no sería determinante; sin embargo, permitiría a las autoridades conocer las objeciones que podría tener el público, desde el inicio.
Si es el caso como la carretera San José - San Ramón, donde varias municipalidades son las afectadas, lo mejor es que el diálogo sea entre todas, y así la fuerza popular sería mayor provocando más presión en una decisión final.
“El Estado tiene un órgano de suma importancia, las municipalidades; así la ciudadanía tendría injerencia en los temas país y las cosas serían más transparentes”, indicó Marysela Zamora, de Foro Occidente, grupo que se manifestó fuerte en contra de la concesión de la carretera a San Ramón.
Por otro lado, sería importante que el Gobierno propiamente le explique al pueblo con antelación, la naturaleza del proyecto que quiere realizar, así se podría crear una conversación nacional, que hoy no existe.
Si se mantuviera una línea de comunicación amplia y transparente con respecto a los proyectos, sean concesiones u obras públicas, que planea realizar, podría hacer que estos tarden más en sus etapas iniciales, pero serían mejor aceptados por el pueblo.
Ya existe el llamado sitio web Gobierno Abierto, en el cual se podrían exponer todos los datos de proyectos, las compras públicas, y cualquier información del manejo de Estado.
Por último, existen dos formas de contar con la participación directa del pueblo ante cualquier proyecto, siendo una de esas el referéndum, que por cierto se utilizó en 2007, acerca del tema del TLC con Estados Unidos.
La segunda forma es la iniciativa popular, mediante la cual, los ciudadanos presentan un proyecto de ley a la Asamblea.
Por su parte, el referéndum es caro y complicado, por involucrar un proceso igual al de una elección presidencial.
En tanto, la Asamblea no tramitaría ninguna iniciativa popular, salvo que al menos un diputado la lleve al plenario, lo cual no sería garantizado.
No obstante, si se tratara de un proyecto país, que afecta a mucha gente, así como a la economía nacional o al medio ambiente, sería una opción viable.
Hasta ahora, ha habido poco uso de cualquiera de estos mecanismos.
“Creemos firmemente que el liderazgo y las fuentes de dirección deben existir en Costa Rica, sin embargo en la coyuntura actual se debe trabajar en la confianza que ha depositado el pueblo en sus gobernantes, ya que la ruptura de esa confianza es a todas luces evidente”, dijo Olman Bonilla, representante de la Red Solidaria Nacional, el cual es un grupo de profesionales que denuncia las malas decisiones administrativas, en especial temas de infraestructura, energía y combustibles.
En el caso de la carretera entre San José y San Ramón, el Gobierno el 11 de marzo le informó al pueblo que ya había firmado el contrato de la concesión, varios aspectos del cual molestaron a decenas de miles de personas.
Se trata de un plan, que inició hace más de una década.
Sin embargo, durante ese lapso, no se le había ocurrido a ninguna de tres administraciones, explicarle al público de cómo ejecutaría la obra.


Fabio Parreaguirre
fparreaguirre@larepublica.net







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