Plan fiscal en la cuerda floja
Carolina Acuña cacuna@larepublica.net | Miércoles 02 marzo, 2011
Abundan propuestas alternativas para atacar el déficit actual
Plan fiscal en la cuerda floja
La falta de lobby con los sectores hace que la reforma tributaria sea un proyecto que nació muerto
La propuesta de plan fiscal se presentó hace un mes y medio ante la Asamblea Legislativa y a la fecha ningún sector ha mostrado apoyo real, sino más bien una férrea oposición que promete al proyecto del ministro de Hacienda, Fernando Herrero, pocas posibilidades de nacer.
Las bancadas opositoras hicieron llover miles de mociones sobre el texto de 50 páginas, llamándolo “paquete de impuestos” y “parche”. Dentro del oficialismo el ex ministro de Hacienda Guillermo Zúñiga manifestó su discrepancia con el aumento en el impuesto de ventas.
A pesar de existir consenso entre todos los sectores de la economía, en cuanto a que hay un problema fiscal grave y urgen medidas para enfrentarlo, aún nadie avala la metodología con que el gobierno quiere atacarlo.
Pero como el sentir general dice que es necesario hacer algo, abundan propuestas sobre cómo manejar el tema, que gozan de más adeptos que la iniciativa de Herrero.
La mejora en la recaudación y lucha contra la evasión es la más popular de las ideas presentadas. Los empresarios agremiados en distintas cámaras la impulsan bajo el argumento de que no es momento para discutir nuevos impuestos, sino de ser más eficientes con los actuales.
Además de una mejora en la recaudación, destacan el estado de indefensión del contribuyente y piden un capítulo sobre Derechos y Garantías que siente responsabilidades sobre los funcionarios que no cumplan con sus obligaciones, un plan de inversiones que asegure que los nuevos ingresos se utilizarán para reducir la deuda y medidas para promover la formalidad, explicó Jaime Molina, vicepresidente de la Unión Costarricense de Cámaras y Asociaciones del Sector Empresarial Privado.
Eliminar las 188 exenciones que existen y usar esos recursos es otra de las ideas en la palestra, que de manera informal gesta un grupo de intelectuales y empresarios interesados en nivelar la competencia. Pero vetada desde Hacienda.
“El que mucho agarra poco aprieta. Vamos a tener un enemigo por cada exención que pretendamos eliminar”, dijo Jordi Pratt, asesor del Ministro de Hacienda, ante la consulta realizada en un foro tributario organizado por Amcham y apoyado por LA REPUBLICA.
Recientemente también presentó un Plan B el Observatorio de la Coyuntura, de la Universidad Nacional, que se focaliza en combatir la evasión, reducir los beneficios fiscales, ajustar impuestos de ventas y renta. Todo lo anterior implementado en etapas, no de una sola vez.
Otra propuesta más enfocada en la supervisión de la Policía Fiscal y premiar la denuncia de evasión fue presentada por la Asociación Nacional de Empleados Públicos, ante la comisión que ve la reforma en Cuesta de Moras.
Finalmente un plan muy particular es el del legislador socialcristiano Luis Fishman, que propone usar los casi ¢2 billones de superávit de entidades públicas para “rellenar” el agujero fiscal.
El problema de esta propuesta es que deja muchas interrogantes. ¿Qué pasará cuando se acabe ese dinero? ¿Es legal tomarlo para otros fines? ¿Cuánto se debilitarán con esta medida entidades como el Instituto Nacional de Seguros que compiten libremente en el mercado?
Mientras todos los sectores siguen sin ponerse de acuerdo, el gasto del gobierno incrementará este año un 19% con respecto a 2010 mientras el dinero recaudado para hacerle frente solo creció un 1,2%.
Lo anterior podría detonar la inflación y dar al traste no solo con las políticas económicas del Banco Central, sino con las metas de crecimiento nacionales que al final se traducen en empleo y calidad de vida para todos.
Carolina Acuña
cacuna@larepublica.net
Plan fiscal en la cuerda floja
La falta de lobby con los sectores hace que la reforma tributaria sea un proyecto que nació muerto
La propuesta de plan fiscal se presentó hace un mes y medio ante la Asamblea Legislativa y a la fecha ningún sector ha mostrado apoyo real, sino más bien una férrea oposición que promete al proyecto del ministro de Hacienda, Fernando Herrero, pocas posibilidades de nacer.
Las bancadas opositoras hicieron llover miles de mociones sobre el texto de 50 páginas, llamándolo “paquete de impuestos” y “parche”. Dentro del oficialismo el ex ministro de Hacienda Guillermo Zúñiga manifestó su discrepancia con el aumento en el impuesto de ventas.
A pesar de existir consenso entre todos los sectores de la economía, en cuanto a que hay un problema fiscal grave y urgen medidas para enfrentarlo, aún nadie avala la metodología con que el gobierno quiere atacarlo.
Pero como el sentir general dice que es necesario hacer algo, abundan propuestas sobre cómo manejar el tema, que gozan de más adeptos que la iniciativa de Herrero.
La mejora en la recaudación y lucha contra la evasión es la más popular de las ideas presentadas. Los empresarios agremiados en distintas cámaras la impulsan bajo el argumento de que no es momento para discutir nuevos impuestos, sino de ser más eficientes con los actuales.
Además de una mejora en la recaudación, destacan el estado de indefensión del contribuyente y piden un capítulo sobre Derechos y Garantías que siente responsabilidades sobre los funcionarios que no cumplan con sus obligaciones, un plan de inversiones que asegure que los nuevos ingresos se utilizarán para reducir la deuda y medidas para promover la formalidad, explicó Jaime Molina, vicepresidente de la Unión Costarricense de Cámaras y Asociaciones del Sector Empresarial Privado.
Eliminar las 188 exenciones que existen y usar esos recursos es otra de las ideas en la palestra, que de manera informal gesta un grupo de intelectuales y empresarios interesados en nivelar la competencia. Pero vetada desde Hacienda.
“El que mucho agarra poco aprieta. Vamos a tener un enemigo por cada exención que pretendamos eliminar”, dijo Jordi Pratt, asesor del Ministro de Hacienda, ante la consulta realizada en un foro tributario organizado por Amcham y apoyado por LA REPUBLICA.
Recientemente también presentó un Plan B el Observatorio de la Coyuntura, de la Universidad Nacional, que se focaliza en combatir la evasión, reducir los beneficios fiscales, ajustar impuestos de ventas y renta. Todo lo anterior implementado en etapas, no de una sola vez.
Otra propuesta más enfocada en la supervisión de la Policía Fiscal y premiar la denuncia de evasión fue presentada por la Asociación Nacional de Empleados Públicos, ante la comisión que ve la reforma en Cuesta de Moras.
Finalmente un plan muy particular es el del legislador socialcristiano Luis Fishman, que propone usar los casi ¢2 billones de superávit de entidades públicas para “rellenar” el agujero fiscal.
El problema de esta propuesta es que deja muchas interrogantes. ¿Qué pasará cuando se acabe ese dinero? ¿Es legal tomarlo para otros fines? ¿Cuánto se debilitarán con esta medida entidades como el Instituto Nacional de Seguros que compiten libremente en el mercado?
Mientras todos los sectores siguen sin ponerse de acuerdo, el gasto del gobierno incrementará este año un 19% con respecto a 2010 mientras el dinero recaudado para hacerle frente solo creció un 1,2%.
Lo anterior podría detonar la inflación y dar al traste no solo con las políticas económicas del Banco Central, sino con las metas de crecimiento nacionales que al final se traducen en empleo y calidad de vida para todos.
Carolina Acuña
cacuna@larepublica.net