Plan fiscal de Obama refleja complejidad
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Viernes 02 marzo, 2012
Plan fiscal de Obama refleja complejidad
En la política tributaria del presidente Barack Obama, $250.000 significa $250.0000 salvo cuando significa $247.450 o $267.500.
La simple promesa de campaña realizada por Obama en 2008 de evitar subas impositivas para todos excepto los que más ganan se ha transformado en un arcano del código fiscal.
La línea divisoria en sus discursos –$250.000 anuales para parejas casadas y $200.000 para individuos- está establecida en sus políticas con cuatro definiciones separadas y tres cifras distintas.
“Es mucho más complicado de lo que parece”, dijo Nick Kasprak, analista de la Tax Foundation, un grupo de Washington que propicia un código fiscal más simple.
Las múltiples definiciones muestran lo que pasa cuando un argumento del discurso político se convierte en propuesta tributaria. Globalmente, los recortes en el impuesto a las ganancias sancionados por primera vez en 2001 y 2003 expiran el 31 de diciembre, y Obama quiere que el Congreso continúe con las exenciones para aquellos que están por debajo del umbral.
La línea de Obama que separa a quienes enfrentarían aumentos fiscales –menos del 2% de los contribuyentes estadounidenses- del resto que no lo haría, fue central en su campaña de 2008. Como presidente, ha instado al Congreso a adoptar un enfoque similar. Las propuestas técnicas del Departamento del Tesoro satisfacen los objetivos de Obama de evitar aumentos fiscales para todos los que ganan por debajo de sus umbrales e incluso para algunos que ganan más que eso. También dificultan a los contribuyentes saber de antemano qué exenciones fiscales recibirán y cuáles perderán.
La administración y el Congreso medran con la complejidad que lleva a la gente a darse por vencida y escribir un cheque por la cantidad que su contador o el software impositivo le digan, dijo Jack Bogdanski, profesor de derecho tributario en la Universidad Lewis
Clark en Portland, Oregón.
“Pueden hacer lo que quieran porque saben que nadie ya puede averiguarlo”, dijo Bogdanski.
La definición más significativa de la barrera de los $250.000 en el presupuesto de Obama separa las dos bandas impositivas más altas del resto. Por sobre ese límite, los salarios de los contribuyentes, el ingreso empresarial y los dividendos serían gravados en un 36% o 39,6% y sus aumentos de capital estarían gravados en un 20%.
También enfrentarían límites a las deducciones y exclusiones como el seguro de salud pagado por el patrón y los intereses sobre bonos municipales.
Las bandas impositivas se basan en el ingreso imponible después de deducciones y exenciones. El plan de Obama comienza con $250.000 y sustrae una deducción estándar para las parejas casadas y dos exenciones personales. Hay un cálculo similar para las personas solas.
La administración decidió fijar los umbrales de $250.000 y $200.000 e indexarlos por inflación. En 2013, cuando Obama quiere que el aumento fiscal entre en vigor, los umbrales para el ingreso imponible serían de $247.450 para las parejas casadas y $203.950 para los individuos, según estimaciones del Departamento del Tesoro.
Bloomberg
En la política tributaria del presidente Barack Obama, $250.000 significa $250.0000 salvo cuando significa $247.450 o $267.500.
La simple promesa de campaña realizada por Obama en 2008 de evitar subas impositivas para todos excepto los que más ganan se ha transformado en un arcano del código fiscal.
La línea divisoria en sus discursos –$250.000 anuales para parejas casadas y $200.000 para individuos- está establecida en sus políticas con cuatro definiciones separadas y tres cifras distintas.
“Es mucho más complicado de lo que parece”, dijo Nick Kasprak, analista de la Tax Foundation, un grupo de Washington que propicia un código fiscal más simple.
Las múltiples definiciones muestran lo que pasa cuando un argumento del discurso político se convierte en propuesta tributaria. Globalmente, los recortes en el impuesto a las ganancias sancionados por primera vez en 2001 y 2003 expiran el 31 de diciembre, y Obama quiere que el Congreso continúe con las exenciones para aquellos que están por debajo del umbral.
La línea de Obama que separa a quienes enfrentarían aumentos fiscales –menos del 2% de los contribuyentes estadounidenses- del resto que no lo haría, fue central en su campaña de 2008. Como presidente, ha instado al Congreso a adoptar un enfoque similar. Las propuestas técnicas del Departamento del Tesoro satisfacen los objetivos de Obama de evitar aumentos fiscales para todos los que ganan por debajo de sus umbrales e incluso para algunos que ganan más que eso. También dificultan a los contribuyentes saber de antemano qué exenciones fiscales recibirán y cuáles perderán.
La administración y el Congreso medran con la complejidad que lleva a la gente a darse por vencida y escribir un cheque por la cantidad que su contador o el software impositivo le digan, dijo Jack Bogdanski, profesor de derecho tributario en la Universidad Lewis
Clark en Portland, Oregón.
“Pueden hacer lo que quieran porque saben que nadie ya puede averiguarlo”, dijo Bogdanski.
La definición más significativa de la barrera de los $250.000 en el presupuesto de Obama separa las dos bandas impositivas más altas del resto. Por sobre ese límite, los salarios de los contribuyentes, el ingreso empresarial y los dividendos serían gravados en un 36% o 39,6% y sus aumentos de capital estarían gravados en un 20%.
También enfrentarían límites a las deducciones y exclusiones como el seguro de salud pagado por el patrón y los intereses sobre bonos municipales.
Las bandas impositivas se basan en el ingreso imponible después de deducciones y exenciones. El plan de Obama comienza con $250.000 y sustrae una deducción estándar para las parejas casadas y dos exenciones personales. Hay un cálculo similar para las personas solas.
La administración decidió fijar los umbrales de $250.000 y $200.000 e indexarlos por inflación. En 2013, cuando Obama quiere que el aumento fiscal entre en vigor, los umbrales para el ingreso imponible serían de $247.450 para las parejas casadas y $203.950 para los individuos, según estimaciones del Departamento del Tesoro.
Bloomberg