PicNic: tentaciones artesanales
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Viernes 30 octubre, 2015
La cocina artesanal es una filosofía en PicNic Club Culinario, en Lindora. Sus fundadores Juan Calderón y Sophie van den Eynde idearon un lugar donde los ingredientes artificiales están vetados.
Por eso cada pieza de pastelería o cada emparedado que elaboran lleva un sello difícil de copiar. Aunque resulte más complejo, ellos elaboran cada pan, cada salsa y aderezo.
Además, todas las proteínas que incluyen en sus emparedados son marinados, curados y cocidos por ellos de forma muy delicada.
Si alguien quiere comprobar la frescura de los productos que salen de su horno pueden llegar a las 7 a.m. y desayunar con sus tostadas francesas.
Ellos toman pan integral recién horneado, lo bañan con salsa de arándanos hecha en casa. Se dora en la plancha, luego se lleva de nuevo al horno para que se absorba mejor.
Para el cierre de este singular desayuno le añaden un toque de crema batida hecha en el lugar, y si busca una bebida ideal, puede acompañar con un smoothie de fruta fresca, como toronja con zacate de limón.
“Buscamos marcar una diferencia, por eso todo lo que servimos se hace el mismo día. Es comida artesanal muy fresca y no es porque lo digamos nosotros, como tenemos una cocina abierta, la gente ve salir las bandejas con productos recién horneados que van directo a la barra”, aseguró Calderón.
Si se busca algo para el almuerzo entonces el emparedado báhn mì, de tradición vietnamita, será una alternativa irresistible.
En su pan casero crean una capa de paté de hígado de pollo hecho en PicNic. La creación toma forma cuando añaden trozos de porchetta que se elabora tomando el lomo de cerdo, se envuelve en tocineta y se prepara asado.
Una vez lista, la porchetta tiene un crocante en el exterior y suave en el interior. Para rematar se le añaden hierbas frescas, zanahorias encurtidas y mayonesa de albahaca.
Una buena idea es acompañarlo con una limonada de hierbabuena, para que el cítrico contraste con la carne de cerdo.
Lo único malo de ir a PicNic será tener que elegir entre sus nueve tipos de emparedados, las diez variedades de repostería que cambian día con día y los desayunos.