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¡Pentacampeón!

Gaetano Pandolfo gpandolfo@larepublica.net | Lunes 02 febrero, 2015


Novak Djokovic despertó de la nada y tras un segundo set titubeante, reaccionó como locomotora y despedazó las débiles intenciones de Murray.Mal Fairclough/AFP-La República


¡Pentacampeón!

Djokovic arrasa en Australia y alza su quinta corona

Una final mezclada con polémica; después de dos sets vibrantes, parejos, emocionantes, el primero que no aprovechó Murray con triple quiebra a favor (0-40) y lanzarse al triunfo y el segundo, con roturas de servicio al por mayor, algo inusual entre potencias del juego, los dos sets definidos en “tie break”, una para cada lado, entonces se entró al tercer parcial que resultó definitivo y detalle curioso, no tanto por el juego.
“Nole” empezó a mostrar señales de desgaste, de calambres, de no estar bien físicamente y Murray se confió, se distrajo, se le olvidó atacar y se salió mentalmente del “match”. La desconcentración le resultó letal, porque pasado el susto, el serbio retornó como aplanadora y aplastó al pelirrojo escocés hasta tumbarlo con un 6-0 denigrante en el cuarto set, primera vez que un Grand Slam se cierra con una argolla.
Primera corona para Djokovic como esposo y padre de familia; motivado por relaciones afectivas, Novak, después de recibir el trofeo de manos del legendario Roy Emerson, felicitó a Murray por su próxima boda con la monumental Kim Sears, con la que está comprometido. “Felicidades en tu boda y que tengan muchos hijos”, le expresó el campeón al segundo lugar.
Djokovic frustró de nuevo a Murray para derrotarlo por tercera vez en la final del Abierto de Australia y coronarse campeón por quinta vez con victoria por 7-6 (5), 6-7 (4), 6-3 y 6-0 ganando los últimos nueve juegos consecutivos.
Murray no supo ganar a Djokovic. No aprovechó sus oportunidades en el primer desempate, ni tampoco rematar al serbio cuando parecía hundido físicamente tras ganar el británico el segundo set. "Nole" apenas lograba tenerse en pie, al borde de la fatiga y extenuación y Andy lo dejó escapar, para renacer de sus cenizas y conseguir su octavo título del Grand Slam, mientras el de Dunblane se desesperaba una y otra vez.
De la boca del escocés salieron alaridos durante todo el partido. "Estoy absolutamente jodido", "¡demasiado ridículo!", o "¡qué inútil, qué inútil!", con lanzamiento de raqueta al suelo de forma violenta, llenaron un repertorio que reflejaba la gran frustración y desesperación de un jugador que veía como por cuarta vez perdía la final del primer grande de la temporada.
En todos sus enfrentamientos, Murray no había ganado jamás a Djokovic después de perder el primer set, pero esa estadística no pasó por su mente y rápidamente se adelantó 2-0 en el segundo parcial, cuando Novak mostraba ciertos problemas en el tobillo.
Pero Murray lucía desdibujado y desmoralizado tras perder el primer parcial, y su ventaja se esfumó rápidamente. Djokovic tomó impulso de la nada, del vacío para ganar ocho juegos consecutivos. Su fuerza mental se imponía y Murray negaba con la cabeza, no podía, no sabía como enderezar un partido que tuvo en la mano y que dejó escapar, cediendo los últimos nueve juegos seguidos.
No fue una gran final, tan solo hubo tensión en los desempates y emoción por saber hasta donde podía llegar el escocés. En total se rompieron el saque 14 veces, y hubo 89 errores no forzados. Djokovic hizo 53 puntos ganadores y Murray 41, y el serbio endosó la quinta derrota consecutiva a Andy al que domina ahora por 16-8.

Gaetano Pandolfo
gpandolfo@larepublica.net
 







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