Paupérrimo espectáculo
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Lunes 12 diciembre, 2011
Paupérrimo espectáculo
Cabezazo de Cunningham en tiempo de descuento salvó el honor
Un bloque de cinco jugadores con perfil defensivo y dos contenciones fue el planteamiento que dibujó el estratega Jorge Luis Pinto en el estadio Pedro Marrero de Cuba.
Ante la ausencia de un “diez” en el medio campo, los laterales y volantes por los costados intentaron lanzar a Marco Ureña y Jairo Arrieta. Por el centro, el encargado de cerrar era Randall Brenes.
Pero, los lanzadores tiraban los balones divididos, a la guerra, y los cubanos empezaron a faltar el respeto al nombre del rival que tenían en frente. De hecho, fue Sander Fernández el primero en asustar de cabeza al meta Donny Grant.
Apenas superado el primer cuarto de hora, Ureña desbordó e ingresó al área y cayó. El árbitro interpretó que no hubo falta y esto fue lo mejor de Costa Rica.
La otra jugada relevante de la tricolor fue al cierre del primer tiempo, cuando López centró para que Leal cabeceara por encima del marco defendido por Cuper.
En tanto, los de casa respondieron con un remate raso y bien ubicado al paral derecho de la cabaña defendida por Grant, siendo la jugada más relevante de los primeros 45 minutos.
En la complementaria, Pinto ingresó a Eduardo Valverde y Ever Nelson para suplir a López y Ureña, pero el dibujo en la cancha se mantuvo intacto.
De nuevo, hubo problemas con la media cancha, los isleños ganaban todos los segundos balones y el equipo nunca encontró profundidad.
Más bien, un balón cruzó de derecha a izquierda en la línea del área chica, y el cubano Cordobés reventó el esférico a pesar que Grant había quedado enganchado en el primer palo.
No pasó mucho para que al 55’ Myrie bajara con el brazo a Cervantes. El árbitro decretó la falta y Hediel Cordobés capitalizó la pena.
Costa Rica cambió de gente pero el juego nunca mejoró, Cuningham fue quizá el más insistente con careos a los defensas cubanos. Al 80’ remató a las manos del portero, y siempre fue a presionar las salidas en busca del error rival.
No fue sino hasta el minuto 92’ cuando Valverde cobró desde el vértice izquierdo y Cunningham resolvió al cabecear de “paloma” y vencer al guardameta, con la complicidad de un defensa contrario.
Al menos, salvaron el honor.
Daniel Chacón
Para La República
Cabezazo de Cunningham en tiempo de descuento salvó el honor
Ante la ausencia de un “diez” en el medio campo, los laterales y volantes por los costados intentaron lanzar a Marco Ureña y Jairo Arrieta. Por el centro, el encargado de cerrar era Randall Brenes.
Pero, los lanzadores tiraban los balones divididos, a la guerra, y los cubanos empezaron a faltar el respeto al nombre del rival que tenían en frente. De hecho, fue Sander Fernández el primero en asustar de cabeza al meta Donny Grant.
Apenas superado el primer cuarto de hora, Ureña desbordó e ingresó al área y cayó. El árbitro interpretó que no hubo falta y esto fue lo mejor de Costa Rica.
La otra jugada relevante de la tricolor fue al cierre del primer tiempo, cuando López centró para que Leal cabeceara por encima del marco defendido por Cuper.
En tanto, los de casa respondieron con un remate raso y bien ubicado al paral derecho de la cabaña defendida por Grant, siendo la jugada más relevante de los primeros 45 minutos.
En la complementaria, Pinto ingresó a Eduardo Valverde y Ever Nelson para suplir a López y Ureña, pero el dibujo en la cancha se mantuvo intacto.
De nuevo, hubo problemas con la media cancha, los isleños ganaban todos los segundos balones y el equipo nunca encontró profundidad.
Más bien, un balón cruzó de derecha a izquierda en la línea del área chica, y el cubano Cordobés reventó el esférico a pesar que Grant había quedado enganchado en el primer palo.
No pasó mucho para que al 55’ Myrie bajara con el brazo a Cervantes. El árbitro decretó la falta y Hediel Cordobés capitalizó la pena.
Costa Rica cambió de gente pero el juego nunca mejoró, Cuningham fue quizá el más insistente con careos a los defensas cubanos. Al 80’ remató a las manos del portero, y siempre fue a presionar las salidas en busca del error rival.
No fue sino hasta el minuto 92’ cuando Valverde cobró desde el vértice izquierdo y Cunningham resolvió al cabecear de “paloma” y vencer al guardameta, con la complicidad de un defensa contrario.
Al menos, salvaron el honor.
Daniel Chacón
Para La República