Panamá sobrepasa a Costa Rica
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Jueves 16 septiembre, 2010
Vecino crece en infraestructura mientras nuestro país sufre de impotencia y no logra ejecutar
Panamá sobrepasa a Costa Rica
Recursos financieros disponibles para arrancar proyectos no son aprovechados por el Gobierno costarricense
Si comparamos las inversiones en infraestructura de nuestro país con las de Panamá, notamos que la diferencia entre ambos empieza a ser cada vez más grande, en especial por la rapidez con que el vecino logra aprobar y ejecutar proyectos de obras públicas.
Pese a los avances de Costa Rica en los procesos de apertura, incursión al comercio mundial y atracción de inversiones extranjeras registradas en años anteriores, sus atractivos se quedan atrasados, por la maraña burocrática y la impotencia que sufren los poderes Ejecutivo y Legislativo.
Panamá amplió la capacidad de puertos, el Canal, la infraestructura vial, invirtió en hospitales, todo ello con una vertiginosa velocidad y en menos de tres años, utilizando tanto el modelo de concesión como el desarrollo de obras por parte del Estado.
Costa Rica por su parte empieza a destacar en la región por una red vial colapsada, puertos insuficientes, poco competitivos y puentes en peligro; en conclusión, sufre una parálisis agobiante que le imposibilita desarrollar obra pública.
Esta carencia en el país está afectando inclusive sectores como salud y educación.
Mientras tanto, los $850 millones del préstamo otorgado el 6 de agosto de 2008 por el Banco Interamericano de Desarrollo para infraestructura permanecen ociosos y duermen la siesta de los justos ante la parsimonia de un Estado esclerótico.
Prueba de ello es que los primeros $375 millones de este empréstito junto a $52 millones de la Corporación Andina de Fomento no han logrado ser ejecutados tras una larga lista de excusas burocráticas y legislativas, pese a que urgen para la reparación de puentes y carreteras.
Sin dudas Panamá se proyecta pensando en grande. Al analizar los planes presupuestarios de ambos gobiernos para 2011, se tiene que los canaleros destinarán un 38% de su presupuesto a infraestructura (más de $3 mil millones), mientras Costa Rica solo un 3,1% (lo que significa $331 millones).
“Es importante señalar que el Gobierno panameño ha procedido a realizar por contrataciones una serie de proyectos que inclusive no están consignados en el Presupuesto 2011 y que contribuyen a mejorar la capacidad instalada del país”, advirtió Alberto Vallarino, ministro de Economía y Finanzas de Panamá.
Invertir en obra pública es muy provechoso para la economía, en especial en periodos de bajo crecimiento y cuando la oferta privada está de capa caída. Además es una forma para reactivar sectores deprimidos y estimular el empleo.
En consecuencia, en la última actualización anual del índice de competitividad realizada por el Banco Mundial, Panamá mejora su nivel al pasar del lugar 53 al 59, contrariamente Costa Rica baja un punto, del 56 al 55, principalmente por su rezago.
“Costa Rica en esa materia requiere invertir más de $10 mil millones para ser competitiva”, acotó Mariano Guardia, ex ministro de Obras Públicas y Transportes (1998-2002).
Por lo que adelanta el informe sobre competitividad, con solo que Costa Rica modernice su infraestructura podría retomar su posicionamiento en las ventajas competitivas con el resto de la región, lo que el Banco Mundial plantea como un gran desafío.
La dinámica empleada para la toma de decisiones es lo que marca una diferencia clave entre las naciones.
“El país no avanza por falta de decisión, hay que hacer un plan de desarrollo en infraestructura que sea un compromiso a largo plazo, de manera que se ejecute durante varios gobiernos”, manifestó Guardia.
Panamá ha logrado recuperar un índice de crecimiento del 5% al año de su economía gracias a la rapidez en la aprobación de recursos para ejecución de obra.
La diferencia podría decirse que está en que la configuración política panameña le da al presidente derechos para tomar ciertas decisiones y control sobre el Parlamento, lo que agiliza los procesos de aprobación de proyectos, explicó Manuel Rojas, profesor investigador de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales.
En contraste, Costa Rica desde 2008 contó con el apoyo de organismos financieros para levantar obra pública, ello en medio de la crisis financiera internacional.
Sin embargo, la falta de determinación para aprobar y ejecutar los recursos disponibles ha impedido el avance de los trabajos, mientras el sector privado habla de un mayor desempleo para este año.
A ello se suman la falta de flexibilidad en la tramitación para el uso de los recursos, y las trabas burocráticas creadas por la falta de capacidad para administrar proyectos, como lo apunta Carlos Camacho, abogado asociado del bufete Arias y Muñoz.
Las necesidades de infraestructura podrían solucionarse mediante las Alianzas Público - Privadas con el Gobierno, para lo cual cuenta con el marco legal para realizarlas, dijo Camacho.
Angélica Zamora
azamora@larepublica.net
Gabriela Masís
gmasis@larepublica.net
Panamá sobrepasa a Costa Rica
Recursos financieros disponibles para arrancar proyectos no son aprovechados por el Gobierno costarricense
Si comparamos las inversiones en infraestructura de nuestro país con las de Panamá, notamos que la diferencia entre ambos empieza a ser cada vez más grande, en especial por la rapidez con que el vecino logra aprobar y ejecutar proyectos de obras públicas.
Pese a los avances de Costa Rica en los procesos de apertura, incursión al comercio mundial y atracción de inversiones extranjeras registradas en años anteriores, sus atractivos se quedan atrasados, por la maraña burocrática y la impotencia que sufren los poderes Ejecutivo y Legislativo.
Panamá amplió la capacidad de puertos, el Canal, la infraestructura vial, invirtió en hospitales, todo ello con una vertiginosa velocidad y en menos de tres años, utilizando tanto el modelo de concesión como el desarrollo de obras por parte del Estado.
Costa Rica por su parte empieza a destacar en la región por una red vial colapsada, puertos insuficientes, poco competitivos y puentes en peligro; en conclusión, sufre una parálisis agobiante que le imposibilita desarrollar obra pública.
Esta carencia en el país está afectando inclusive sectores como salud y educación.
Mientras tanto, los $850 millones del préstamo otorgado el 6 de agosto de 2008 por el Banco Interamericano de Desarrollo para infraestructura permanecen ociosos y duermen la siesta de los justos ante la parsimonia de un Estado esclerótico.
Prueba de ello es que los primeros $375 millones de este empréstito junto a $52 millones de la Corporación Andina de Fomento no han logrado ser ejecutados tras una larga lista de excusas burocráticas y legislativas, pese a que urgen para la reparación de puentes y carreteras.
Sin dudas Panamá se proyecta pensando en grande. Al analizar los planes presupuestarios de ambos gobiernos para 2011, se tiene que los canaleros destinarán un 38% de su presupuesto a infraestructura (más de $3 mil millones), mientras Costa Rica solo un 3,1% (lo que significa $331 millones).
“Es importante señalar que el Gobierno panameño ha procedido a realizar por contrataciones una serie de proyectos que inclusive no están consignados en el Presupuesto 2011 y que contribuyen a mejorar la capacidad instalada del país”, advirtió Alberto Vallarino, ministro de Economía y Finanzas de Panamá.
Invertir en obra pública es muy provechoso para la economía, en especial en periodos de bajo crecimiento y cuando la oferta privada está de capa caída. Además es una forma para reactivar sectores deprimidos y estimular el empleo.
En consecuencia, en la última actualización anual del índice de competitividad realizada por el Banco Mundial, Panamá mejora su nivel al pasar del lugar 53 al 59, contrariamente Costa Rica baja un punto, del 56 al 55, principalmente por su rezago.
“Costa Rica en esa materia requiere invertir más de $10 mil millones para ser competitiva”, acotó Mariano Guardia, ex ministro de Obras Públicas y Transportes (1998-2002).
Por lo que adelanta el informe sobre competitividad, con solo que Costa Rica modernice su infraestructura podría retomar su posicionamiento en las ventajas competitivas con el resto de la región, lo que el Banco Mundial plantea como un gran desafío.
La dinámica empleada para la toma de decisiones es lo que marca una diferencia clave entre las naciones.
“El país no avanza por falta de decisión, hay que hacer un plan de desarrollo en infraestructura que sea un compromiso a largo plazo, de manera que se ejecute durante varios gobiernos”, manifestó Guardia.
Panamá ha logrado recuperar un índice de crecimiento del 5% al año de su economía gracias a la rapidez en la aprobación de recursos para ejecución de obra.
La diferencia podría decirse que está en que la configuración política panameña le da al presidente derechos para tomar ciertas decisiones y control sobre el Parlamento, lo que agiliza los procesos de aprobación de proyectos, explicó Manuel Rojas, profesor investigador de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales.
En contraste, Costa Rica desde 2008 contó con el apoyo de organismos financieros para levantar obra pública, ello en medio de la crisis financiera internacional.
Sin embargo, la falta de determinación para aprobar y ejecutar los recursos disponibles ha impedido el avance de los trabajos, mientras el sector privado habla de un mayor desempleo para este año.
A ello se suman la falta de flexibilidad en la tramitación para el uso de los recursos, y las trabas burocráticas creadas por la falta de capacidad para administrar proyectos, como lo apunta Carlos Camacho, abogado asociado del bufete Arias y Muñoz.
Las necesidades de infraestructura podrían solucionarse mediante las Alianzas Público - Privadas con el Gobierno, para lo cual cuenta con el marco legal para realizarlas, dijo Camacho.
Angélica Zamora
azamora@larepublica.net
Gabriela Masís
gmasis@larepublica.net