Palin se juega su futuro en debate
| Jueves 02 octubre, 2008
Palin se juega su futuro en debate
Candidatos a la vicepresidencia de Estados Unidos se enfrentan hoy por primera vez
San Luis, EEUU
EFE
Sarah Palin recibió ayer lecciones aceleradas de la plana mayor republicana para enfrentarse el jueves al demócrata Joe Biden en el debate de candidatos a vicepresidentes de Estados Unidos, en el que la gobernadora de Alaska se lo juega todo.
“Ésta es su última oportunidad. Si no lo hace bien, la imagen de ella como un mujer de poco peso será tan fuerte que no será capaz de cambiarla” antes de las elecciones del 4 de noviembre, opinó Michael Leff, catedrático de Comunicación de la Universidad de Memphis.
Pocos habrían pronosticado hace un mes que Palin se encontraría en una situación tan precaria en vísperas de este debate que promueve la Universidad de Washington en San Luis, Misuri.
La gobernadora de Alaska salió de la Convención Republicana como la mujer bala, gracias a un discurso brillante que enardeció a las bases de su partido y cautivó a muchos independientes, especialmente mujeres.
Entonces, se conjeturaba incluso con que Palin, un rostro fresco, atractivo y apartado de las maquinaciones de Washington, podría hacer sombra a John McCain, el cabeza de la fórmula republicana para la presidencia.
Su campaña ha intentado mantener el mito de Palin, y no la ha colocado en ruedas de prensa o en sesiones de preguntas y respuestas con los votantes. La candidata a la vicepresidencia sólo ha dado tres entrevistas de televisión y ha ido de mal en peor.
En la última, con la cadena de televisión “CBS”, Palin mostró algunas lagunas de conocimiento y dio respuestas incomprensibles que se han convertido en material de valor incalculable para los cómicos del país.
Defendió, por ejemplo, que la proximidad de Alaska a Rusia le daba experiencia en política exterior y fue incapaz de citar una ocasión en los 25 años que lleva McCain en el Congreso en la que su compañero de fórmula haya apoyado una ley en favor de más regulación en Wall Street.
“Ella está claramente en una espiral hacia abajo. La cuestión es si puede romper esa tendencia”, dijo Michael Pfau, catedrático de Comunicaciones de la Universidad de Oklahoma.
Para Biden, el debate representa un desafío diferente, pues deberá tener mucho cuidado en cómo trata a Palin, en tanto que mujer, según los expertos.
La campaña de McCain es muy consciente de la relación a veces tirante entre hombres y mujeres en la sociedad, y ante las primeras objeciones a la elección de Palin como candidata a la vicepresidenta, acusó a los críticos de sexismo.
“Es posible que Biden intente contenerse y no atacar, para que no parezca que está siendo malo con una pobre mujer”, afirmó Bill Benoit, profesor de la Universidad de Misuri especializado en debates presidenciales.
El único precedente del debate de hoy es el celebrado por los candidatos a vicepresidentes en 1984 entre la demócrata Geraldine Ferraro y George Bush padre, en el que se percibió al republicano como excesivamente agresivo.
En cuanto a la sustancia del mensaje, Biden tiene clara ventaja, pues con 32 años en el Senado a sus espaldas, conoce al derecho y al revés el funcionamiento del Gobierno y es un experto en política exterior.
Sin embargo, tiene una facilidad asombrosa para meter la pata en los detalles. Es un senador brillante pero se puede pasar de listo.
Recientemente dijo, por ejemplo, que en 1929 Franklin Roosevelt habló al país por televisión para explicar el derrumbe de la bolsa. Entonces no había televisión y el presidente era Herbert Hoover. Roosevelt no llegó a la Casa Blanca hasta 1933.
Esos errores duelen porque se espera mucho de él, al contrario que de Palin.
“Las expectativas respecto a ella están tan reducidas que si simplemente comparece y junta las frases de manera coherente, las habrá superado”, dijo Pfau.
El que esté la barra tan baja le beneficia, como también el formato del debate, que minimiza las oportunidades para que los candidatos se respondan el uno al otro.
La campaña de McCain insistió en ese cambio, que permitirá a Palin utilizar respuestas preparadas con antelación.
Ayer en el rancho de McCain en Sedona (Arizona) las mejores mentes republicanas le inculcan ese material, como a una alumna retrasada en vísperas de un examen.
Quizá sueñan con un sobresaliente, pero probablemente se contenten incluso con un aprobado.
Candidatos a la vicepresidencia de Estados Unidos se enfrentan hoy por primera vez
San Luis, EEUU
EFE
Sarah Palin recibió ayer lecciones aceleradas de la plana mayor republicana para enfrentarse el jueves al demócrata Joe Biden en el debate de candidatos a vicepresidentes de Estados Unidos, en el que la gobernadora de Alaska se lo juega todo.
“Ésta es su última oportunidad. Si no lo hace bien, la imagen de ella como un mujer de poco peso será tan fuerte que no será capaz de cambiarla” antes de las elecciones del 4 de noviembre, opinó Michael Leff, catedrático de Comunicación de la Universidad de Memphis.
Pocos habrían pronosticado hace un mes que Palin se encontraría en una situación tan precaria en vísperas de este debate que promueve la Universidad de Washington en San Luis, Misuri.
La gobernadora de Alaska salió de la Convención Republicana como la mujer bala, gracias a un discurso brillante que enardeció a las bases de su partido y cautivó a muchos independientes, especialmente mujeres.
Entonces, se conjeturaba incluso con que Palin, un rostro fresco, atractivo y apartado de las maquinaciones de Washington, podría hacer sombra a John McCain, el cabeza de la fórmula republicana para la presidencia.
Su campaña ha intentado mantener el mito de Palin, y no la ha colocado en ruedas de prensa o en sesiones de preguntas y respuestas con los votantes. La candidata a la vicepresidencia sólo ha dado tres entrevistas de televisión y ha ido de mal en peor.
En la última, con la cadena de televisión “CBS”, Palin mostró algunas lagunas de conocimiento y dio respuestas incomprensibles que se han convertido en material de valor incalculable para los cómicos del país.
Defendió, por ejemplo, que la proximidad de Alaska a Rusia le daba experiencia en política exterior y fue incapaz de citar una ocasión en los 25 años que lleva McCain en el Congreso en la que su compañero de fórmula haya apoyado una ley en favor de más regulación en Wall Street.
“Ella está claramente en una espiral hacia abajo. La cuestión es si puede romper esa tendencia”, dijo Michael Pfau, catedrático de Comunicaciones de la Universidad de Oklahoma.
Para Biden, el debate representa un desafío diferente, pues deberá tener mucho cuidado en cómo trata a Palin, en tanto que mujer, según los expertos.
La campaña de McCain es muy consciente de la relación a veces tirante entre hombres y mujeres en la sociedad, y ante las primeras objeciones a la elección de Palin como candidata a la vicepresidenta, acusó a los críticos de sexismo.
“Es posible que Biden intente contenerse y no atacar, para que no parezca que está siendo malo con una pobre mujer”, afirmó Bill Benoit, profesor de la Universidad de Misuri especializado en debates presidenciales.
El único precedente del debate de hoy es el celebrado por los candidatos a vicepresidentes en 1984 entre la demócrata Geraldine Ferraro y George Bush padre, en el que se percibió al republicano como excesivamente agresivo.
En cuanto a la sustancia del mensaje, Biden tiene clara ventaja, pues con 32 años en el Senado a sus espaldas, conoce al derecho y al revés el funcionamiento del Gobierno y es un experto en política exterior.
Sin embargo, tiene una facilidad asombrosa para meter la pata en los detalles. Es un senador brillante pero se puede pasar de listo.
Recientemente dijo, por ejemplo, que en 1929 Franklin Roosevelt habló al país por televisión para explicar el derrumbe de la bolsa. Entonces no había televisión y el presidente era Herbert Hoover. Roosevelt no llegó a la Casa Blanca hasta 1933.
Esos errores duelen porque se espera mucho de él, al contrario que de Palin.
“Las expectativas respecto a ella están tan reducidas que si simplemente comparece y junta las frases de manera coherente, las habrá superado”, dijo Pfau.
El que esté la barra tan baja le beneficia, como también el formato del debate, que minimiza las oportunidades para que los candidatos se respondan el uno al otro.
La campaña de McCain insistió en ese cambio, que permitirá a Palin utilizar respuestas preparadas con antelación.
Ayer en el rancho de McCain en Sedona (Arizona) las mejores mentes republicanas le inculcan ese material, como a una alumna retrasada en vísperas de un examen.
Quizá sueñan con un sobresaliente, pero probablemente se contenten incluso con un aprobado.