Palin llena los mítines a John McCain
| Jueves 11 septiembre, 2008
Palin llena los mítines a John McCain
Senador de Arizona no era, ni es, especialmente querido por buena parte de la base republicana
Fairfax, Estados Unidos
EFE
Unas 23 mil personas gritaban ayer “Sarah, Sarah” en un parque de Fairfax (Virginia), una multitud que John McCain nunca había visto en un mitin electoral y que acudió para apoyar la candidatura republicana gracias a la “número dos”, Sarah Palin.
“Nos gusta McCain, pero quien nos gusta de verdad es Sarah Palin. Ha dado nueva vida a la campaña de McCain”, dijo Susan Dawson, una mujer de 60 años con una chapa con el rostro de la gobernadora de Alaska bajo la leyenda “Haciendo historia”.
El senador de Arizona no era, ni es, especialmente querido por buena parte de la base republicana. Pasó por una época de tensión con la derecha religiosa y en su programa político nunca ha enfatizado los valores tradicionales.
Palin, en cambio, se opone al aborto hasta en casos de violación y de incesto, y es aficionada a la caza, para gozo de los defensores de la tenencia de armas.
Ayer una cifra récord de 23 mil personas, según el departamento de bomberos de Fairfax, se congregó en una explanada rodeada de robles y arces en un parque para escucharla en persona junto a McCain.
Era una multitud donde primaban las camisetas rojas, el color del partido, con presencia mayoritaria de mujeres y donde los únicos rostros negros estaban en una grada detrás de los oradores, como si se quisiera demostrar diversidad para las cámaras de televisión.
Desde la convención de su partido, la semana pasada en St Paul (Minnesota), donde Palin tuvo una actuación estelar, ambos políticos han hecho campaña juntos y han atraído una audiencia entusiasta y mucho más numerosa que la que había seguido previamente a McCain.
Ayer en Fairfax, como en el resto de sus intervenciones hasta ahora, la gobernadora de Alaska se ciñó a un guión que es un compendio de sus mejores frases durante el discurso con el aceptó el nombramiento de su partido como candidata a la vicepresidencia, hace una semana.
“Vamos a aprobar rebajas de impuestos para todos los estadounidenses”, remarcó, por ejemplo, Palin.
McCain votó contra las reducciones tributarias impulsadas por el presidente George W. Bush, pero ahora las apoya.
Poco se conoce de las ideas de Palin, desde la economía, hasta la salud y la política exterior.
La escasez de detalles en su discurso y su poca experiencia -menos de dos años como gobernadora y seis como alcaldesa de una ciudad de menos de 7 mil habitantes-, no aminoró el entusiasmo de la multitud.
“Amamos a Sarah Palin”, dijo Robin Oacks, de 52 años, que tomó el día libre junto con su amiga Joanna Bobby, un año mayor que ella, para asistir al mitin.
“Es la primera mujer candidata a la vicepresidencia (republicana), parece tan normal”, afirmó Bobby. “No ha sido criada para entrar en la política desde el día en que nació”, corroboró Oacks.
El padre de Palin era profesor de secundaria y su madre secretaria.
Esos orígenes modestos también atraen a independientes como Rubén Elisondo, de 27 años. “Es muy fácil identificarse con ella. Viene de una familia normal”, dijo.
El tirón de Palin ha permitido a McCain eliminar la ventaja de siete puntos de la que disfrutaba, según un sondeo de CNN, su rival demócrata, el senador Barack Obama, a finales de julio, y ahora están empatados, de acuerdo con varias encuestas.
La campaña de McCain ha reconocido el valor de Palin y está explotando esta mina hasta tal punto que en algunos momentos parece que fuera ella la cabeza de lista.
El ex senador Fred Thompson, el orador que actuó de telonero ayer en Fairfax, presentó a Palin durante más de tres minutos y fue interrumpido varias veces con gritos de “Sarah, Sarah”.
“Estas elecciones tratan tanto sobre John McCain como de Sarah Palin”, afirmó, a modo de transición, para hablar del senador, sobre el que Thompson sólo dijo algunas frases a modo de introducción.
McCain, por su parte, se deshizo en elogios a su compañera de fórmula y reiteró que con ellos “llega el cambio” a Washington, una frase que acuñó en St Paul y con la que ha querido socavar el mensaje de Obama.
Hoy ambos se separarán y McCain comprobará en sus mítines en solitario si parte del estrellato de Palin le ha beneficiado directamente.
Mientras, la gobernadora dará su primera entrevista, a la cadena ABC, y en ella previsiblemente tendrá que prescindir de sus frases bonitas y vagas para pasar a las arenas movedizas de los detalles.
Senador de Arizona no era, ni es, especialmente querido por buena parte de la base republicana
Fairfax, Estados Unidos
EFE
Unas 23 mil personas gritaban ayer “Sarah, Sarah” en un parque de Fairfax (Virginia), una multitud que John McCain nunca había visto en un mitin electoral y que acudió para apoyar la candidatura republicana gracias a la “número dos”, Sarah Palin.
“Nos gusta McCain, pero quien nos gusta de verdad es Sarah Palin. Ha dado nueva vida a la campaña de McCain”, dijo Susan Dawson, una mujer de 60 años con una chapa con el rostro de la gobernadora de Alaska bajo la leyenda “Haciendo historia”.
El senador de Arizona no era, ni es, especialmente querido por buena parte de la base republicana. Pasó por una época de tensión con la derecha religiosa y en su programa político nunca ha enfatizado los valores tradicionales.
Palin, en cambio, se opone al aborto hasta en casos de violación y de incesto, y es aficionada a la caza, para gozo de los defensores de la tenencia de armas.
Ayer una cifra récord de 23 mil personas, según el departamento de bomberos de Fairfax, se congregó en una explanada rodeada de robles y arces en un parque para escucharla en persona junto a McCain.
Era una multitud donde primaban las camisetas rojas, el color del partido, con presencia mayoritaria de mujeres y donde los únicos rostros negros estaban en una grada detrás de los oradores, como si se quisiera demostrar diversidad para las cámaras de televisión.
Desde la convención de su partido, la semana pasada en St Paul (Minnesota), donde Palin tuvo una actuación estelar, ambos políticos han hecho campaña juntos y han atraído una audiencia entusiasta y mucho más numerosa que la que había seguido previamente a McCain.
Ayer en Fairfax, como en el resto de sus intervenciones hasta ahora, la gobernadora de Alaska se ciñó a un guión que es un compendio de sus mejores frases durante el discurso con el aceptó el nombramiento de su partido como candidata a la vicepresidencia, hace una semana.
“Vamos a aprobar rebajas de impuestos para todos los estadounidenses”, remarcó, por ejemplo, Palin.
McCain votó contra las reducciones tributarias impulsadas por el presidente George W. Bush, pero ahora las apoya.
Poco se conoce de las ideas de Palin, desde la economía, hasta la salud y la política exterior.
La escasez de detalles en su discurso y su poca experiencia -menos de dos años como gobernadora y seis como alcaldesa de una ciudad de menos de 7 mil habitantes-, no aminoró el entusiasmo de la multitud.
“Amamos a Sarah Palin”, dijo Robin Oacks, de 52 años, que tomó el día libre junto con su amiga Joanna Bobby, un año mayor que ella, para asistir al mitin.
“Es la primera mujer candidata a la vicepresidencia (republicana), parece tan normal”, afirmó Bobby. “No ha sido criada para entrar en la política desde el día en que nació”, corroboró Oacks.
El padre de Palin era profesor de secundaria y su madre secretaria.
Esos orígenes modestos también atraen a independientes como Rubén Elisondo, de 27 años. “Es muy fácil identificarse con ella. Viene de una familia normal”, dijo.
El tirón de Palin ha permitido a McCain eliminar la ventaja de siete puntos de la que disfrutaba, según un sondeo de CNN, su rival demócrata, el senador Barack Obama, a finales de julio, y ahora están empatados, de acuerdo con varias encuestas.
La campaña de McCain ha reconocido el valor de Palin y está explotando esta mina hasta tal punto que en algunos momentos parece que fuera ella la cabeza de lista.
El ex senador Fred Thompson, el orador que actuó de telonero ayer en Fairfax, presentó a Palin durante más de tres minutos y fue interrumpido varias veces con gritos de “Sarah, Sarah”.
“Estas elecciones tratan tanto sobre John McCain como de Sarah Palin”, afirmó, a modo de transición, para hablar del senador, sobre el que Thompson sólo dijo algunas frases a modo de introducción.
McCain, por su parte, se deshizo en elogios a su compañera de fórmula y reiteró que con ellos “llega el cambio” a Washington, una frase que acuñó en St Paul y con la que ha querido socavar el mensaje de Obama.
Hoy ambos se separarán y McCain comprobará en sus mítines en solitario si parte del estrellato de Palin le ha beneficiado directamente.
Mientras, la gobernadora dará su primera entrevista, a la cadena ABC, y en ella previsiblemente tendrá que prescindir de sus frases bonitas y vagas para pasar a las arenas movedizas de los detalles.