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Países árabes celebran fin de Ramadán empañado por conflictos

EFE | Martes 29 julio, 2014


El Ramadán es una de las más importantes festividades del calendario musulmán, durante el cual los creyentes se abstienen de comer, beber, fumar y mantener relaciones sexuales desde el alba al ocaso. AFP /La República


Países árabes celebran fin de Ramadán empañado por conflictos

El fin del Ramadán y la celebración del "Eid al Fitr" pierden un año más su carácter festivo en muchos países de Oriente Medio, donde los conflictos armados y las crisis políticas no dan tregua a la población ni en estas fechas.
Esta festividad, que dura tres o cuatro días y es una de las más importantes del calendario musulmán, arrancó en países como Egipto, Irak, Siria, Yemen, Arabia Saudí y Líbano, después de que los expertos avistaran ayer anoche el "hilal" o creciente lunar.
Como es tradición, cientos de miles de personas abarrotaron al amanecer las plazas ubicadas frente a las principales mezquitas para participar en rezos colectivos.
Parte de la población chií retrasó, no obstante, el inicio de la festividad a martes, al igual que en Irán.
Los musulmanes dedican estos días a visitar a los familiares y amigos, comprar ropa nueva y regalos a los niños, y viajar. Tras un mes de ayuno y fervor religioso, muchos aprovechan ahora para ir, por ejemplo en Egipto, a la playa para sobrevivir a las altas temperaturas veraniegas.
Sin embargo, aunque la población intenta dejar de lado sus preocupaciones durante estos días, pocos pueden quedarse indiferentes ante la ofensiva israelí contra la Franja palestina de Gaza, la guerra en Siria o los avances de los yihadistas en ese país e Irak, donde proclamaron un califato.
Mientras la comunidad internacional llamó a un alto el fuego durante el "Eid al Fitr" en Gaza, no ocurrió lo mismo este año con Siria, un conflicto que parece darse por perdido y que quedó en segundo plano como otras crisis regionales.
En Egipto, el país árabe más poblado, la polarización social y política y la represión contra los islamistas siguen pesando en el ambiente, enrarecido también por la subida general de precios en las últimas semanas.
Llamativas fueron las advertencias del Ministerio del Waqf (Asuntos Religiosos) de que vigilará las mezquitas para que los imanes no aprovechen sus sermones para pronunciar soflamas políticas o partidistas.
Las autoridades reforzaron, además, las medidas de seguridad para evitar protestas de los islamistas y atentados terroristas, como también ocurre en el Líbano.
Todo ello pese a que se respira la calma en comparación con el fin del Ramadán de 2013, cuando las protestas de los islamistas por el derrocamiento militar de Mohamed Mursi estaban en su punto más álgido.
Este año, ni el Ramadán escapó a la "sisimanía": los tradicionales "fauanis" (faroles) o los dátiles con los que se rompe el ayuno cayeron bajo el influjo del presidente, Abdelfatah al Sisi, que aporta su rostro o nombre a los productos más típicos de estas fechas.
El Ramadán, durante el cual los creyentes se abstienen de comer, beber, fumar y mantener relaciones sexuales desde el alba al ocaso, tiene un carácter sagrado porque según la tradición fue durante este mes cuando el profeta Mahoma recibió la revelación del Corán.
 

El Cairo/EFE







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