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Jueves, 25 de abril de 2024



EDITORIAL


Pagamos caro esta maraña

El país está atrapado en un matorral donde el degradado ejercicio de la política y de la función pública impide prosperar

Redacción La República redaccion@larepublica.net | Martes 26 julio, 2011


Editorial


No es una pesadilla de la que se puede despertar en pocos minutos. No. Se trata de la situación de este país, atrapado en una maraña donde el degradado ejercicio de la política y de la función pública le impide prosperar, como bien podría hacerlo con sus riquezas naturales y el potencial de su gente.

Se hicieron grandes esfuerzos para aprobar tratados de libre comercio que se necesitaban para completarle, a una Costa Rica ya un poco abierta, más posibilidades de relacionarse y comerciar con la mayor parte del mundo.

Pero resulta que simultáneamente no se hicieron tareas indispensables para poner a esa Costa Rica en condiciones de sacarle provecho a la nueva realidad que vendría, es decir, preparar al país con infraestructura adecuada y a su gente, en los diferentes sectores, capacitada para los nuevos retos.

Para resolver, aunque tardíamente, el primero de esos problemas, hubo que acudir al endeudamiento externo ante la falta de dinero para actualizar la infraestructura nacional.

Se obtuvieron del BID $850 millones y de ellos, los diputados le aprobaron al MOPT los primeros $350 millones en julio de 2010. Pero un año después, según Hacienda, solo se han desembolsado $18 millones de ese empréstito.

Alguien podría pensar que esto se parece a la base argumental preparada para desarrollar una telenovela de esas que mientras más duren mejor porque con ello algunos logran importantes beneficios.

El problema es que como se trata de la vida real, lo que sucede es que la mayor parte de la población se perjudica mucho con ello.

Y siguen los capítulos del culebrón. Por un lado el Congreso pide al MOPT que la contratación de cada proyecto del plan de trabajo sea aprobado por los diputados. Probablemente tomando en cuenta malas experiencias demostrativas de falta de capacidad para hacer bien los contratos, ya sean estos de concesión o de ejecución de obra pública.

Por otro lado, dicen algunos críticos, el MOPT debió adelantar trabajo en estudios y diseños desde el momento en que se empezó a gestar el crédito, hace más de cuatro años. Agregamos que esto aceleraría la entrega de proyectos al Congreso para su aprobación. Pero lejos estaba el MOPT entonces de esa gestión visionaria.

Sin embargo, para el actual Ministro de Obras Públicas el crédito del BID para carreteras avanza a buen ritmo.

Esas diferencias dan para prolongar largos y estériles debates, que no significan avanzar a un ritmo más rápido sino nada más justificar situaciones.

Los costarricenses productivos, mientras tanto, siguen financiando las demoras y sufriendo las pérdidas que ocasiona la mala infraestructura.










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