¡Oh penales! Benditos penales
Cristian Williams cwilliams@larepublica.net | Miércoles 30 junio, 2010
¡Oh penales! Benditos penales
Paraguay hace historia al clasificar por primera vez a los cuartos de final
Con mucho nervio, demasiada adrenalina y excesivo sufrimiento, para terminar en una desbordante alegría, la selección de Paraguay logró vencer a Japón en la tanda de penales y clasificar a los cuartos de final del Mundial de Sudáfrica.
En un partido feo, insípido como una papa sin sal, los guaraníes aprovecharon su mejor definición desde los 11 metros, para llegar a una instancia soñada y por qué no, pensar en más y más, ahora que se medirán ante España.
Los 90 minutos acabaron 0-0, y es que no podía ser de otra manera cuando se miden dos equipos dominados por el miedo y la ansiedad, que están a la puerta de hacer historia, y se negaban a arriesgar.
Fueron 90 minutos de respeto, pero respeto a sí mismo, de ataduras y seguridad defensiva “in extremis”, que se extendió a los 30 minutos extras y de no ser por los penales, el gol no se hubiese visto jamás.
Los de Okada empezaron mordiendo y en los primeros minutos tuvieron una buena ocasión para estrenar el luminoso. Los asiáticos se hicieron con el control del centro del campo e intentaron sorprender a Justo Villar desde lejos. Esa estrategia le había salido bien a Japón en los partidos anteriores.
Poco a poco los paraguayos se fueron arriba y comenzaron a presionar a los japoneses. En el min. 20, Barrios tuvo una ocasión de oro para marcar el primero de su combinado, pero Kawashima evitó el tanto con una oportuna salida. Un minuto más tarde Matsui contestó. Zapatazo desde la frontal del área y el balón se estrelló en el larguero.
Un partido espeso durante 120 minutos dio con las dos selecciones en la tanda de penales (5-3). Paraguay, que no falló ni uno solo, aprovechó el error de Komano desde los 11 metros y con el último tiro de Cardozo selló su pase a los cuartos de final del Mundial de Sudáfrica. Es la primera vez que el combinado paraguayo llega tan lejos en una cita mundialista.
Cristian Williams y EFE
cwilliams@larepublica.net
Paraguay hace historia al clasificar por primera vez a los cuartos de final
Con mucho nervio, demasiada adrenalina y excesivo sufrimiento, para terminar en una desbordante alegría, la selección de Paraguay logró vencer a Japón en la tanda de penales y clasificar a los cuartos de final del Mundial de Sudáfrica.
En un partido feo, insípido como una papa sin sal, los guaraníes aprovecharon su mejor definición desde los 11 metros, para llegar a una instancia soñada y por qué no, pensar en más y más, ahora que se medirán ante España.
Los 90 minutos acabaron 0-0, y es que no podía ser de otra manera cuando se miden dos equipos dominados por el miedo y la ansiedad, que están a la puerta de hacer historia, y se negaban a arriesgar.
Fueron 90 minutos de respeto, pero respeto a sí mismo, de ataduras y seguridad defensiva “in extremis”, que se extendió a los 30 minutos extras y de no ser por los penales, el gol no se hubiese visto jamás.
Los de Okada empezaron mordiendo y en los primeros minutos tuvieron una buena ocasión para estrenar el luminoso. Los asiáticos se hicieron con el control del centro del campo e intentaron sorprender a Justo Villar desde lejos. Esa estrategia le había salido bien a Japón en los partidos anteriores.
Poco a poco los paraguayos se fueron arriba y comenzaron a presionar a los japoneses. En el min. 20, Barrios tuvo una ocasión de oro para marcar el primero de su combinado, pero Kawashima evitó el tanto con una oportuna salida. Un minuto más tarde Matsui contestó. Zapatazo desde la frontal del área y el balón se estrelló en el larguero.
Un partido espeso durante 120 minutos dio con las dos selecciones en la tanda de penales (5-3). Paraguay, que no falló ni uno solo, aprovechó el error de Komano desde los 11 metros y con el último tiro de Cardozo selló su pase a los cuartos de final del Mundial de Sudáfrica. Es la primera vez que el combinado paraguayo llega tan lejos en una cita mundialista.
Cristian Williams y EFE
cwilliams@larepublica.net