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Obama retiene popularidad un año después de su elección

| Miércoles 04 noviembre, 2009




Obama retiene popularidad un año después de su elección
Un 54% de los estadounidenses se dicen satisfechos con labor del presidente, según sondeos

Washington
EFE

Un año después de su elección el presidente Barack Obama cuenta con la aprobación del 54% de los estadounidenses, según una encuesta divulgada ayer por la cadena CNN de televisión.
La encuesta, realizada por la firma Opinion Research Corporation, indica también que el 45% de los entrevistados está descontento con el desempeño de Obama en la Casa Blanca.
“El índice de aprobación de Obama es casi idéntico al 53% de los votos que recibió hace un año”, comentó el director de encuestas de CNN, Keating Holland.
“Y en casi todas las categorías demográficas el porcentaje de quienes aprueban hoy la gestión de Obama está dentro de los dos o tres puntos del porcentaje de quienes votaron por él” el 4 de noviembre de 2008, agregó.
El asunto toma otro cariz cuando se incluye el factor ideológico.
La encuesta de CNN destaca que entre los liberales el índice de aprobación de Obama está siete puntos por encima del porcentaje de los de esa corriente que votaron por él en noviembre de 2008.
Entre los conservadores el número de quienes simpatizan con Obama ha caído 10 puntos en comparación con los que en ese grupo votaron por él en 2008.
La encuesta subraya que el índice de aprobación del presidente se mantiene por encima del 50% aún cuando la mayoría de los estadounidenses no está de acuerdo con la forma en que Obama maneja asuntos como la economía, el cuidado de la salud, Afganistán, Irak, el desempleo, la inmigración ilegal y el déficit del presupuesto federal.
Por otro lado la lucha contra el cambio climático y las negociaciones para el éxito de la conferencia de Copenhague el mes próximo centraron ayer la cumbre entre Obama, y los representantes de la Unión Europea (UE).
Obama se reunió ayer con la delegación encabezada por el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso; el primer ministro sueco, Fredrik Reinfeldt, y el representante europeo para Política Exterior, Javier Solana.
La agenda del encuentro, que duró cerca de una hora, incluyó las negociaciones sobre el programa nuclear iraní y la nueva estrategia que prepara Obama para la guerra en Afganistán.
La crisis económica mundial y la ratificación del Tratado de Lisboa entre los países miembros de la UE, la lucha contra el terrorismo y el conflicto en Oriente Medio también ocuparon la atención de los líderes.
En declaraciones al término de la cita, tras las cuales no admitieron preguntas, Barroso dijo estar más optimista sobre las posibilidades de éxito de cara a un acuerdo contra el cambio climático en la cumbre de la ONU que se celebrará en diciembre en Copenhague (Dinamarca).
“Me siento ahora más confiado de lo que estaba en días anteriores” sobre las posibilidades de éxito de cara a un acuerdo, algo que atribuyó al “liderazgo del presidente Obama”.
“Obama cambió el clima en torno al cambio climático”, afirmó el titular de la Comisión Europea.
Previamente, Barroso se había declarado “preocupado” por la falta de progresos en el camino hacia la conferencia de Copenhague, que busca acordar un tratado que sustituya al protocolo de Kioto, y había subrayado la necesidad de que Estados Unidos adoptara un papel de liderazgo.
Por su parte, el jefe de la Casa Blanca resaltó que tanto su Gobierno como los Veintisiete coinciden en que es “imperativo” redoblar los esfuerzos para lograr el éxito en esa reunión y evitar “un desastre ecológico potencial”.
Los líderes mundiales han propuesto un plan para recortar el calentamiento global a dos grados celsius, recordó el primer ministro sueco, que ya había sostenido un encuentro bilateral con Obama el lunes.


En peligro


Los votantes de los estados de Virginia y Nueva Jersey eligen gobernador, en las que constituyen dos de las elecciones locales más importantes que se celebran este martes en Estados Unidos y donde los demócratas ven peligrar su reinado.
En Virginia, un estado que en noviembre del año pasado votó por un presidente demócrata, Barack Obama, por primera vez desde 1964, el candidato republicano, Bob McDonnell, aparece como claro favorito frente a su contendiente Creigh Deeds.
En Nueva Jersey, el actual gobernador demócrata, John Corzine, mantiene una pelea tan reñida con su rival republicano, Chris Christie, que a sólo horas del cierre de las urnas resulta difícil emitir pronósticos sobre quién será el ganador.
Obama hizo campaña a favor de los candidatos demócratas en ambos estados y su imagen apareció en anuncios electorales en Virginia y Nueva Jersey. Además, instó al Comité Nacional Demócrata y a la agrupación Organizing for America, que lo ayudó a llegar al poder, a la movilización de votantes.
De ahí que los analistas insistan en que una doble derrota demócrata tendría un importante y negativo valor simbólico para su Presidencia.
“Si los republicanos ganan en ambos estados tratarán de crear dudas sobre la fortaleza política de Obama”, dijo a Efe Thomas Schwartz, de la Universidad Vanderbilt en Tennessee.
Un 70% de los consultados en Virginia en una encuesta divulgada la semana pasada por el diario The Washington Post afirmó no pretender que su voto sea un veredicto sobre la gestión de Obama.
Pero aun así, Schwartz cree que el hecho de que el presidente se haya desplazado a ese estado en varias ocasiones permitirá a la oposición presentar una potencial derrota como un fracaso personal de Obama.






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