Obama levanta restricciones de viaje a Cuba
| Martes 14 abril, 2009
Gobierno estadounidense también liberó envío de remesas
Obama levanta restricciones de viaje a Cuba
Casa Blanca pone a prueba disposición al diálogo del régimen cubano
Washington
EFE
El fin de las restricciones a los viajes de familiares y envíos de remesas a Cuba es un paso en la dirección adecuada, pero Estados Unidos debe ir más allá y entablar un diálogo diplomático “normal” con La Habana, coinciden los expertos.
La medida tomada ayer por el presidente Barack Obama, que permite a los cubanoamericanos visitar a sus familiares sin límite temporal o frecuencia y levantar las restricciones al envío de paquetes humanitarios y remesas, fue acogida ayer por los analistas consultados por Efe con un diferente grado de entusiasmo, si bien todos la calificaron de “positiva”.
Peter Hakim, presidente del Diálogo Interamericano, consideró que la decisión de Obama “va en la dirección adecuada”, pero constituye un “primer paso muy modesto, pequeño”.
Para este experto, lo que pretende el Gobierno estadounidense con esta medida es “poner a prueba” la reacción de la comunidad cubanoamericana y de los estadounidenses y, sobre todo, la respuesta de La Habana para averiguar si el régimen “está realmente dispuesto a sentarse a hablar” con Washington y discutir sus diferencias.
Hakim parte de la base de que Estados Unidos no ha levantado las restricciones a Cuba con una perspectiva “unilateral”, sino que espera “reciprocidad” por parte del régimen de Raúl Castro.
En su opinión, es indiferente si se dan pasos “pequeños o grandes, lo importante es que se den”.
Lo que está claro es que “es un indicio de que (Estados Unidos) se está moviendo en la dirección adecuada”, dijo Hakim, quien estimó oportuno que Obama averigüe la reacción de todos los implicados antes de tomar más medidas en su política hacia la isla.
A juicio del analista, “es difícil saber adónde va ir a parar” la medida, pero como próximo paso ve necesario que ambos Gobiernos establezcan un diálogo diplomático.
El ex jefe de la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana, Wayne Smith, director del departamento de Cuba del Centro para Política Internacional, coincidió en la necesidad de que Washington impulse un “diálogo normal” con la isla.
El responsable de la diplomacia de Estados Unidos en La Habana entre 1979 y 1982 y director del Programa de Intercambio con Cuba de la Universidad de Johns Hopkins señaló que en la Sección de Intereses “no ha habido conversaciones significativas” con el Gobierno cubano.
“Estados Unidos tiene que promover un diálogo normal. Nuestro objetivo ya no es derrocar al Gobierno cubano”, resaltó.
Por eso, comparte la opinión de los expertos de que Washington “tiene que ir más allá” de la medida anunciada ayer.
Smith no ocultó su deseo de que se levanten las restricciones de viaje a Cuba para los estadounidenses, incluidos los académicos, y comentó que “quisiera ver el fin del embargo” impuesto por Estados Unidos a la isla hace 47 años.
Por su parte, Paulo Sotero, del centro de estudios internacionales Woodrow Wilson, indicó que la medida será “bien recibida” en la región, donde hace tiempo se consideraba “ya obsoleta” la política de aislamiento de Estados Unidos hacia Cuba.
“Será bien recibida. Aún más si marca el inicio de una política de normalización de las relaciones con Cuba”, afirmó.
Calificó el anuncio de “un paso importante, sustantivo” y como “una señal de que Estados Unidos va empezar a atender una necesidad” en la región.
“Es un primer paso con rumbo a la normalización” de los lazos, apuntó el experto, quien consideró que Obama se ha quitado “presión” encima al hacer el anuncio antes de la V Cumbre de las Américas, que se llevará a cabo del 17 al 19 de abril en Trinidad y Tobago.
Frente a aquellos que valoran la decisión de Obama, otros, como el director ejecutivo de la Fundación para una Cuba Libre, Frank Calzón, se muestran escépticos, al destacar que “el diablo está en los detalles” de la medida.
Calzón aboga por que “todos” puedan viajar a Cuba por razones humanitarias o emergencias cuantas veces sea necesario a través de una licencia humanitaria, pero se opone a los viajes turísticos dado que el sector “está controlado por las Fuerzas Armadas” y los trabajadores no tienen derechos sindicales.
En cuanto al envío de dinero a la isla, dijo que “si es una cantidad razonable” para ayudar a las familias, la medida beneficia a los cubanos, pero si no impone un tope, entonces “solo ayuda al Banco Nacional de Cuba a lavar dinero”.
“Si La Habana da muestras de reciprocidad habrá que ver, pero tengo muchas dudas de que Raúl Castro se convierta de la noche a la mañana en la madre Teresa”, concluyó.
Por su parte varios grupos del exilio cubano en Miami manifestaron ayer opiniones encontradas.
“Es un paso significativo en esta nueva dirección de la política de Estados Unidos respecto de Cuba, un paso que habíamos recomendado” dar a Obama, dijo a Efe Francisco “Pepe” Hernández, presidente de la influyente Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA).
Recordó que se trata de una “promesa cumplida” por el mandatario estadounidense y un “primer paso” que, a su juicio, demuestra el interés de la Administración Obama por “comenzar un nuevo capítulo en la política” hacia la isla mayor de las Antillas.
En ese contexto expresó su convencimiento de que la medida servirá para “disminuir la retórica de confrontación” entre las dos naciones y ayudará a aumentar el flujo de “información e intercambio de pueblo a pueblo”.
El levantamiento de las restricciones permitirá a partir de ahora a los cubano-estadounidenses enviar remesas a los familiares más directos y parientes en la isla caribeña, así como paquetes humanitarios.
Obama levanta restricciones de viaje a Cuba
Casa Blanca pone a prueba disposición al diálogo del régimen cubano
Washington
EFE
El fin de las restricciones a los viajes de familiares y envíos de remesas a Cuba es un paso en la dirección adecuada, pero Estados Unidos debe ir más allá y entablar un diálogo diplomático “normal” con La Habana, coinciden los expertos.
La medida tomada ayer por el presidente Barack Obama, que permite a los cubanoamericanos visitar a sus familiares sin límite temporal o frecuencia y levantar las restricciones al envío de paquetes humanitarios y remesas, fue acogida ayer por los analistas consultados por Efe con un diferente grado de entusiasmo, si bien todos la calificaron de “positiva”.
Peter Hakim, presidente del Diálogo Interamericano, consideró que la decisión de Obama “va en la dirección adecuada”, pero constituye un “primer paso muy modesto, pequeño”.
Para este experto, lo que pretende el Gobierno estadounidense con esta medida es “poner a prueba” la reacción de la comunidad cubanoamericana y de los estadounidenses y, sobre todo, la respuesta de La Habana para averiguar si el régimen “está realmente dispuesto a sentarse a hablar” con Washington y discutir sus diferencias.
Hakim parte de la base de que Estados Unidos no ha levantado las restricciones a Cuba con una perspectiva “unilateral”, sino que espera “reciprocidad” por parte del régimen de Raúl Castro.
En su opinión, es indiferente si se dan pasos “pequeños o grandes, lo importante es que se den”.
Lo que está claro es que “es un indicio de que (Estados Unidos) se está moviendo en la dirección adecuada”, dijo Hakim, quien estimó oportuno que Obama averigüe la reacción de todos los implicados antes de tomar más medidas en su política hacia la isla.
A juicio del analista, “es difícil saber adónde va ir a parar” la medida, pero como próximo paso ve necesario que ambos Gobiernos establezcan un diálogo diplomático.
El ex jefe de la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana, Wayne Smith, director del departamento de Cuba del Centro para Política Internacional, coincidió en la necesidad de que Washington impulse un “diálogo normal” con la isla.
El responsable de la diplomacia de Estados Unidos en La Habana entre 1979 y 1982 y director del Programa de Intercambio con Cuba de la Universidad de Johns Hopkins señaló que en la Sección de Intereses “no ha habido conversaciones significativas” con el Gobierno cubano.
“Estados Unidos tiene que promover un diálogo normal. Nuestro objetivo ya no es derrocar al Gobierno cubano”, resaltó.
Por eso, comparte la opinión de los expertos de que Washington “tiene que ir más allá” de la medida anunciada ayer.
Smith no ocultó su deseo de que se levanten las restricciones de viaje a Cuba para los estadounidenses, incluidos los académicos, y comentó que “quisiera ver el fin del embargo” impuesto por Estados Unidos a la isla hace 47 años.
Por su parte, Paulo Sotero, del centro de estudios internacionales Woodrow Wilson, indicó que la medida será “bien recibida” en la región, donde hace tiempo se consideraba “ya obsoleta” la política de aislamiento de Estados Unidos hacia Cuba.
“Será bien recibida. Aún más si marca el inicio de una política de normalización de las relaciones con Cuba”, afirmó.
Calificó el anuncio de “un paso importante, sustantivo” y como “una señal de que Estados Unidos va empezar a atender una necesidad” en la región.
“Es un primer paso con rumbo a la normalización” de los lazos, apuntó el experto, quien consideró que Obama se ha quitado “presión” encima al hacer el anuncio antes de la V Cumbre de las Américas, que se llevará a cabo del 17 al 19 de abril en Trinidad y Tobago.
Frente a aquellos que valoran la decisión de Obama, otros, como el director ejecutivo de la Fundación para una Cuba Libre, Frank Calzón, se muestran escépticos, al destacar que “el diablo está en los detalles” de la medida.
Calzón aboga por que “todos” puedan viajar a Cuba por razones humanitarias o emergencias cuantas veces sea necesario a través de una licencia humanitaria, pero se opone a los viajes turísticos dado que el sector “está controlado por las Fuerzas Armadas” y los trabajadores no tienen derechos sindicales.
En cuanto al envío de dinero a la isla, dijo que “si es una cantidad razonable” para ayudar a las familias, la medida beneficia a los cubanos, pero si no impone un tope, entonces “solo ayuda al Banco Nacional de Cuba a lavar dinero”.
“Si La Habana da muestras de reciprocidad habrá que ver, pero tengo muchas dudas de que Raúl Castro se convierta de la noche a la mañana en la madre Teresa”, concluyó.
Por su parte varios grupos del exilio cubano en Miami manifestaron ayer opiniones encontradas.
“Es un paso significativo en esta nueva dirección de la política de Estados Unidos respecto de Cuba, un paso que habíamos recomendado” dar a Obama, dijo a Efe Francisco “Pepe” Hernández, presidente de la influyente Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA).
Recordó que se trata de una “promesa cumplida” por el mandatario estadounidense y un “primer paso” que, a su juicio, demuestra el interés de la Administración Obama por “comenzar un nuevo capítulo en la política” hacia la isla mayor de las Antillas.
En ese contexto expresó su convencimiento de que la medida servirá para “disminuir la retórica de confrontación” entre las dos naciones y ayudará a aumentar el flujo de “información e intercambio de pueblo a pueblo”.
El levantamiento de las restricciones permitirá a partir de ahora a los cubano-estadounidenses enviar remesas a los familiares más directos y parientes en la isla caribeña, así como paquetes humanitarios.