Obama busca sellar victoria en Oregón
| Martes 20 mayo, 2008
Obama busca sellar victoria en Oregón
Clinton asegura que seguirá peleando por alzarse con una candidatura que se le presenta esquiva
Washington
EFE
El senador Barack Obama, favorito para hacerse con la candidatura presidencial demócrata, espera sellar hoy su victoria en las primarias de Oregón, aunque su rival Hillary Clinton parece dispuesta a disputar ese potencial triunfo.
Así de caldeado está el ambiente electoral en Estados Unidos, que se prepara para celebrar elecciones en los estados de Kentucky y Oregón, en la que supone ya la recta final del largo y reñido proceso de primarias demócratas, que concluye el 3 de junio.
Las apuestas indican que Obama parte como favorito en Oregón, mientras que Clinton le lleva la delantera en Kentucky.
El senador por Illinois aseguró este fin de semana que su previsible triunfo en Oregón consolidaría su liderazgo por la candidatura presidencial demócrata.
El progresista estado del noroeste del país, donde los republicanos son una especie en vías de extinción, enviará 52 delegados a la convención del Partido Demócrata que se celebrará en agosto en Denver (Colorado).
Obama necesita sólo 17 delegados más para asegurar la mayoría de delegados electos, pero el senador no conseguiría todavía los 2.025 delegados para alcanzar la candidatura. Para ello necesita el apoyo de más “superdelegados”, un selecto club de casi 800 personas integrado por personalidades del partido y funcionarios electos.
Algo más de 200 “superdelegados” todavía no han hecho público su voto, pero Obama sostiene que la elite del partido necesitará refrendar la voluntad expresada por el pueblo en las urnas.
“Estamos listos para alcanzar un gran hito mañana”, afirmó hoy la campaña del senador en un comunicado, que destaca que “cuando se cuenten los votos en Oregón y Kentucky podremos asegurar una mayoría de delegados elegidos por los votantes”.
Esa mayoría enviaría “un mensaje inequívoco”, el de que “el pueblo se ha pronunciado y está listo para un cambio”.
La campaña de Hillary Clinton, que se espera gane por cómoda mayoría en Kentucky, aconsejó ayer a Obama no apresurarse a la hora de declarar “misión cumplida”, una alusión al eslogan utilizado por la Casa Blanca en mayo del 2003 para declarar una victoria en Irak que no llegó a materializarse.
Según la ex primera dama estadounidense, ateniéndose a las reglas del Comité Nacional Demócrata no hay ningún escenario que permita a Obama proclamarse victorioso hoy.
El problema, explica la campaña de Clinton, es que Obama no tendrá 2.210 delegados.
La senadora por Nueva York incluye en sus cálculos los delegados de Florida y Michigan, estados penalizados por el partido sin poder enviar delegados a la convención tras su decisión de adelantar la fecha de sus primarias.
Un comunicado enviado ayer por su campaña deja claro que Clinton seguirá peleando con uñas y dientes por alzarse con una candidatura que se le presenta esquiva.
“Mientras que Obama se declara de forma errónea el candidato, la senadora Clinton seguirá (...) haciendo campaña por cada voto (...) y defendiendo el argumento de que es la mejor candidata para luchar contra (el candidato republicano) John McCain y ser nuestra próxima presidenta”, aseguró hoy su campaña en un comunicado.
El comité de reglas del Partido Demócrata tiene previsto reunirse el próximo 31 de mayo para decidir qué hacer con los delegados de Florida y Michigan.
Aunque la mayoría aplastante de apuestas vaticina que Obama será el candidato, resulta improbable que el partido declare a un ganador antes de la reunión de finales de mayo.
Por lo demás, la revista “The Politico”, especializada en cobertura política de Estados Unidos, aventuró ayer que Obama no declarará oficialmente su victoria mañana.
Según la publicación, el senador quiere evitar la impresión de que no respeta a Clinton y sus partidarios.
La meditada decisión refleja también, según “The Politico”, la absoluta confianza de la campaña de Obama en que las matemáticas respaldan de tal modo la superioridad del senador que no hay necesidad de proclamar abiertamente un triunfo que marginaría a Clinton.
Clinton asegura que seguirá peleando por alzarse con una candidatura que se le presenta esquiva
Washington
EFE
El senador Barack Obama, favorito para hacerse con la candidatura presidencial demócrata, espera sellar hoy su victoria en las primarias de Oregón, aunque su rival Hillary Clinton parece dispuesta a disputar ese potencial triunfo.
Así de caldeado está el ambiente electoral en Estados Unidos, que se prepara para celebrar elecciones en los estados de Kentucky y Oregón, en la que supone ya la recta final del largo y reñido proceso de primarias demócratas, que concluye el 3 de junio.
Las apuestas indican que Obama parte como favorito en Oregón, mientras que Clinton le lleva la delantera en Kentucky.
El senador por Illinois aseguró este fin de semana que su previsible triunfo en Oregón consolidaría su liderazgo por la candidatura presidencial demócrata.
El progresista estado del noroeste del país, donde los republicanos son una especie en vías de extinción, enviará 52 delegados a la convención del Partido Demócrata que se celebrará en agosto en Denver (Colorado).
Obama necesita sólo 17 delegados más para asegurar la mayoría de delegados electos, pero el senador no conseguiría todavía los 2.025 delegados para alcanzar la candidatura. Para ello necesita el apoyo de más “superdelegados”, un selecto club de casi 800 personas integrado por personalidades del partido y funcionarios electos.
Algo más de 200 “superdelegados” todavía no han hecho público su voto, pero Obama sostiene que la elite del partido necesitará refrendar la voluntad expresada por el pueblo en las urnas.
“Estamos listos para alcanzar un gran hito mañana”, afirmó hoy la campaña del senador en un comunicado, que destaca que “cuando se cuenten los votos en Oregón y Kentucky podremos asegurar una mayoría de delegados elegidos por los votantes”.
Esa mayoría enviaría “un mensaje inequívoco”, el de que “el pueblo se ha pronunciado y está listo para un cambio”.
La campaña de Hillary Clinton, que se espera gane por cómoda mayoría en Kentucky, aconsejó ayer a Obama no apresurarse a la hora de declarar “misión cumplida”, una alusión al eslogan utilizado por la Casa Blanca en mayo del 2003 para declarar una victoria en Irak que no llegó a materializarse.
Según la ex primera dama estadounidense, ateniéndose a las reglas del Comité Nacional Demócrata no hay ningún escenario que permita a Obama proclamarse victorioso hoy.
El problema, explica la campaña de Clinton, es que Obama no tendrá 2.210 delegados.
La senadora por Nueva York incluye en sus cálculos los delegados de Florida y Michigan, estados penalizados por el partido sin poder enviar delegados a la convención tras su decisión de adelantar la fecha de sus primarias.
Un comunicado enviado ayer por su campaña deja claro que Clinton seguirá peleando con uñas y dientes por alzarse con una candidatura que se le presenta esquiva.
“Mientras que Obama se declara de forma errónea el candidato, la senadora Clinton seguirá (...) haciendo campaña por cada voto (...) y defendiendo el argumento de que es la mejor candidata para luchar contra (el candidato republicano) John McCain y ser nuestra próxima presidenta”, aseguró hoy su campaña en un comunicado.
El comité de reglas del Partido Demócrata tiene previsto reunirse el próximo 31 de mayo para decidir qué hacer con los delegados de Florida y Michigan.
Aunque la mayoría aplastante de apuestas vaticina que Obama será el candidato, resulta improbable que el partido declare a un ganador antes de la reunión de finales de mayo.
Por lo demás, la revista “The Politico”, especializada en cobertura política de Estados Unidos, aventuró ayer que Obama no declarará oficialmente su victoria mañana.
Según la publicación, el senador quiere evitar la impresión de que no respeta a Clinton y sus partidarios.
La meditada decisión refleja también, según “The Politico”, la absoluta confianza de la campaña de Obama en que las matemáticas respaldan de tal modo la superioridad del senador que no hay necesidad de proclamar abiertamente un triunfo que marginaría a Clinton.