O el nuevo estadio o el Parque La Sabana
| Viernes 30 mayo, 2008
O el nuevo estadio o el Parque La Sabana
El realismo mágico de García Márquez se queda corto, con las cosas que suceden en este país. Ahora, resulta, que como el Gobierno chino nos va a regalar un estadio para 40 mil espectadores, tenemos que correr a hacerlo en el “único” lugar disponible, el Parque La Sabana. Al diablo con el Parque de la Sabana, …”por si en otra no me veo”… como parafraseaba don Alberto Cañas, a algunos funcionarios públicos, de los primeros viajes de gobierno. La crisis de valores de algunos de nuestros funcionarios públicos llega al punto de prescindir de uno de los hitos urbanos más importantes de la ciudad de San José.
Con esa mentalidad, bien puede ser que la ubicación de otra donación de esta magnitud requiera la demolición del Teatro Nacional y como hay que aprovecharla, al diablo con el Teatro Nacional, también,… “por si en otra no me veo”.
Para ningún ciudadano, con la mínima conciencia de su entorno, es un secreto que tanto el Teatro Nacional como el Parque La Sabana constituyen hitos histórico urbanos de enorme importancia para la ciudad de San José y para el país. Y que no digan que es solo una partecita de La Sabana lo que se requiere para el estadio nuevo.
Si las cosas se hacen bien, debe ser o el nuevo Estadio Nacional o La Sabana, pero no los dos juntos pues el estadio absorbería La Sabana y hasta allí llegaría el parque más importante de la ciudad, con el consecuente deterioro y devaluación de su entorno que hasta hoy se perfilaba como uno de los sectores de mayor futuro de San José. No me puedo imaginar el estadio de los Yanquis de Nueva York en el parque Central de Manhattan, a pesar de que este último es muchas veces más grande que el Parque La Sabana.
Más alarmante aún resulta el mutismo de los ciudadanos, de los medios de comunicación, de la Municipalidad de San José y de las autoridades responsables de la cultura y del urbanismo de este país.
No obstante, un periódico (que no es LA REPUBLICA) ha ponderado ese proyecto en un editorial sin mencionar el futuro del Parque La Sabana.
Las implicaciones urbanas de un estadio de esta magnitud se ignoran en la concepción de este proyecto y las únicas condicionantes, a su favor, son la inmediatez de la carretera Próspero Fernández, con la congestión vial que se les impone a esta carretera y a todos los habitantes aledaños a ese parque, además de la amplitud del Parque La Sabana a costas de su sacrificio terminal y del impacto negativo para la ciudad de San José con su desaparición.
Sentimos que el oportunismo es mal consejero y que es mejor pasar a la historia con obras bien hechas como el Teatro Nacional y como el Parque La Sabana, en contraposición a carreteras de cuatro carriles con puentes de dos carriles o terminales aeroportuarias insuficientes para el mayor ingreso de divisas del país; en otras palabras, hace falta planificación integral.
Manuel Gutiérrez Rojas
Decano Arquitectura UACA
Cédula 1-336- 525
El realismo mágico de García Márquez se queda corto, con las cosas que suceden en este país. Ahora, resulta, que como el Gobierno chino nos va a regalar un estadio para 40 mil espectadores, tenemos que correr a hacerlo en el “único” lugar disponible, el Parque La Sabana. Al diablo con el Parque de la Sabana, …”por si en otra no me veo”… como parafraseaba don Alberto Cañas, a algunos funcionarios públicos, de los primeros viajes de gobierno. La crisis de valores de algunos de nuestros funcionarios públicos llega al punto de prescindir de uno de los hitos urbanos más importantes de la ciudad de San José.
Con esa mentalidad, bien puede ser que la ubicación de otra donación de esta magnitud requiera la demolición del Teatro Nacional y como hay que aprovecharla, al diablo con el Teatro Nacional, también,… “por si en otra no me veo”.
Para ningún ciudadano, con la mínima conciencia de su entorno, es un secreto que tanto el Teatro Nacional como el Parque La Sabana constituyen hitos histórico urbanos de enorme importancia para la ciudad de San José y para el país. Y que no digan que es solo una partecita de La Sabana lo que se requiere para el estadio nuevo.
Si las cosas se hacen bien, debe ser o el nuevo Estadio Nacional o La Sabana, pero no los dos juntos pues el estadio absorbería La Sabana y hasta allí llegaría el parque más importante de la ciudad, con el consecuente deterioro y devaluación de su entorno que hasta hoy se perfilaba como uno de los sectores de mayor futuro de San José. No me puedo imaginar el estadio de los Yanquis de Nueva York en el parque Central de Manhattan, a pesar de que este último es muchas veces más grande que el Parque La Sabana.
Más alarmante aún resulta el mutismo de los ciudadanos, de los medios de comunicación, de la Municipalidad de San José y de las autoridades responsables de la cultura y del urbanismo de este país.
No obstante, un periódico (que no es LA REPUBLICA) ha ponderado ese proyecto en un editorial sin mencionar el futuro del Parque La Sabana.
Las implicaciones urbanas de un estadio de esta magnitud se ignoran en la concepción de este proyecto y las únicas condicionantes, a su favor, son la inmediatez de la carretera Próspero Fernández, con la congestión vial que se les impone a esta carretera y a todos los habitantes aledaños a ese parque, además de la amplitud del Parque La Sabana a costas de su sacrificio terminal y del impacto negativo para la ciudad de San José con su desaparición.
Sentimos que el oportunismo es mal consejero y que es mejor pasar a la historia con obras bien hechas como el Teatro Nacional y como el Parque La Sabana, en contraposición a carreteras de cuatro carriles con puentes de dos carriles o terminales aeroportuarias insuficientes para el mayor ingreso de divisas del país; en otras palabras, hace falta planificación integral.
Manuel Gutiérrez Rojas
Decano Arquitectura UACA
Cédula 1-336- 525