Nueva masacre pone en entredicho mediación en Siria
EFE | Sábado 14 julio, 2012
Nueva masacre pone en entredicho mediación en Siria
La masacre de más de doscientas personas en la localidad siria de Tremseh, que podría ser una de las más sangrientas desde el comienzo de la rebelión en 2011, vuelve a cuestionar el efecto que la actual mediación internacional tiene en el conflicto en Siria.
Ubicada en la provincia central de Hama, uno de los feudos opositores al régimen de Bachar al Asad, la devastada localidad de Tremseh continuaba el viernes cercada por las tropas gubernamentales tras la matanza denunciada por la oposición.
En declaraciones telefónicas desde Hama, el activista Abu Gazi acusó a los "shabiha" (sicarios del régimen) de los asesinatos y precisó que el Ejército sirio comenzó a asediar el jueves la zona, antes de bombardearla con intensidad.
Posteriormente, fuerzas armadas irrumpieron en las calles de Tremseh y se enfrentaron a rebeldes del Ejército Libre Sirio (ELS), que lograron abrir vías para que la población pudiera huir, aseguró Gazi.
El opositor Observatorio sirio de Derechos Humanos señaló, por su parte, que decenas de rebeldes perdieron la vida en esos ataques, y que el impacto de los misiles causó la muerte de otros tantos civiles.
Los también opositores Comités Coordinación Local equipararon esta forma de actuar con otras operaciones realizadas por las fuerzas leales al régimen y denunciaron la muerte este viernes de medio centenar de personas en actos de violencia como la represión de las protestas, muchas de ellas en solidaridad con Tremseh.
En el recuerdo está la masacre de Hula, donde el pasado 25 de mayo murieron 165 personas, muchas de ellas mujeres y niños, según la ONU.
Varios grupos opositores sirios mostraron este viernes su decepción por la respuesta internacional, a la que le recriminan que no haya detenido aún el derramamiento de sangre en el país.
El Consejo Nacional Sirio (CNS), la principal formación opositora en el exilio y favorable a una intervención militar, criticó "el silencio y la incapacidad" de los principales organismos y potencias por desamparar a la población civil.
"No espero nada de la comunidad internacional porque no cumple con sus deberes", afirmó a Efe por teléfono el dirigente del CNS Mohamed Sarmini.
En un tono igualmente duro se expresaron los Hermanos Musulmanes de Siria, que criticaron la actuación de Rusia e Irán, aliados de Damasco, y la labor al mediador internacional Kofi Annan, que esta semana se entrevistó con Al Asad y viajó a Teherán para impulsar una solución pacífica al conflicto.
El régimen sirio, por su parte, volvió a responsabilizar de la violencia a supuestos grupos terroristas.
Según la agencia oficial de noticias Sana, decenas de civiles murieron en Tremseh, así como un número indeterminado de terroristas y tres miembros de seguridad sirios.
A escasas kilómetros de la asediada ciudad, los observadores de la ONU presenciaron el despliegue de unidades mecanizadas y los helicópteros artillados de las fuerzas sirias.
Pese a que la misión de la ONU fue suspendida el pasado 16 de junio por el deterioro de la seguridad, su jefe, el general Robert Mood, afirmó en Damasco que están listos para supervisar la situación en el terreno siempre que se garantice un alto el fuego en la zona.
Desde Ginebra, el mediador condenó este viernes la masacre en Tremseh y acusó al Gobierno sirio de usar armamento pesado en las ciudades, a pesar de que se había comprometido a no hacerlo.
"Es más importante que nunca que los gobiernos con influencia la ejerzan más efectivamente para asegurar que la violencia acabe", enfatizó Annan.
El Reino Unido, Alemania y Rusia, entre otros países, condenaron también la matanza en Tremseh y pidieron a las autoridades sirias facilitar el esclarecimiento de los hechos y que sus responsables respondan de sus actos.
El Cairo/EFE
La masacre de más de doscientas personas en la localidad siria de Tremseh, que podría ser una de las más sangrientas desde el comienzo de la rebelión en 2011, vuelve a cuestionar el efecto que la actual mediación internacional tiene en el conflicto en Siria.
Ubicada en la provincia central de Hama, uno de los feudos opositores al régimen de Bachar al Asad, la devastada localidad de Tremseh continuaba el viernes cercada por las tropas gubernamentales tras la matanza denunciada por la oposición.
En declaraciones telefónicas desde Hama, el activista Abu Gazi acusó a los "shabiha" (sicarios del régimen) de los asesinatos y precisó que el Ejército sirio comenzó a asediar el jueves la zona, antes de bombardearla con intensidad.
Posteriormente, fuerzas armadas irrumpieron en las calles de Tremseh y se enfrentaron a rebeldes del Ejército Libre Sirio (ELS), que lograron abrir vías para que la población pudiera huir, aseguró Gazi.
El opositor Observatorio sirio de Derechos Humanos señaló, por su parte, que decenas de rebeldes perdieron la vida en esos ataques, y que el impacto de los misiles causó la muerte de otros tantos civiles.
Los también opositores Comités Coordinación Local equipararon esta forma de actuar con otras operaciones realizadas por las fuerzas leales al régimen y denunciaron la muerte este viernes de medio centenar de personas en actos de violencia como la represión de las protestas, muchas de ellas en solidaridad con Tremseh.
En el recuerdo está la masacre de Hula, donde el pasado 25 de mayo murieron 165 personas, muchas de ellas mujeres y niños, según la ONU.
Varios grupos opositores sirios mostraron este viernes su decepción por la respuesta internacional, a la que le recriminan que no haya detenido aún el derramamiento de sangre en el país.
El Consejo Nacional Sirio (CNS), la principal formación opositora en el exilio y favorable a una intervención militar, criticó "el silencio y la incapacidad" de los principales organismos y potencias por desamparar a la población civil.
"No espero nada de la comunidad internacional porque no cumple con sus deberes", afirmó a Efe por teléfono el dirigente del CNS Mohamed Sarmini.
En un tono igualmente duro se expresaron los Hermanos Musulmanes de Siria, que criticaron la actuación de Rusia e Irán, aliados de Damasco, y la labor al mediador internacional Kofi Annan, que esta semana se entrevistó con Al Asad y viajó a Teherán para impulsar una solución pacífica al conflicto.
El régimen sirio, por su parte, volvió a responsabilizar de la violencia a supuestos grupos terroristas.
Según la agencia oficial de noticias Sana, decenas de civiles murieron en Tremseh, así como un número indeterminado de terroristas y tres miembros de seguridad sirios.
A escasas kilómetros de la asediada ciudad, los observadores de la ONU presenciaron el despliegue de unidades mecanizadas y los helicópteros artillados de las fuerzas sirias.
Pese a que la misión de la ONU fue suspendida el pasado 16 de junio por el deterioro de la seguridad, su jefe, el general Robert Mood, afirmó en Damasco que están listos para supervisar la situación en el terreno siempre que se garantice un alto el fuego en la zona.
Desde Ginebra, el mediador condenó este viernes la masacre en Tremseh y acusó al Gobierno sirio de usar armamento pesado en las ciudades, a pesar de que se había comprometido a no hacerlo.
"Es más importante que nunca que los gobiernos con influencia la ejerzan más efectivamente para asegurar que la violencia acabe", enfatizó Annan.
El Reino Unido, Alemania y Rusia, entre otros países, condenaron también la matanza en Tremseh y pidieron a las autoridades sirias facilitar el esclarecimiento de los hechos y que sus responsables respondan de sus actos.
El Cairo/EFE