Nota de Tano
Gaetano Pandolfo gpandolfo@larepublica.net | Jueves 20 agosto, 2015
Nueva York. Estamos de nuevo en la ciudad de los rascacielos con un pequeño grupo de compañeros de colegio y amigos que nos escapamos una vez al año a presenciar la serie entre los Yanquis y los Indios que se inicia esta noche y termina el domingo. Cuatro partidos en el mítico Yankee Stadium, en los que la Tribu, con una temporada desastrosa, podría ser carne de cañón para los Bombarderos del Bronx.
La semana pasada se enfrentaron en Cleveland, una corta serie de tres partidos, los Indios ganaron dos y los Mulos uno y ese par de derrotas le costaron a los Yanquis el primer lugar de la División Este, que luego recuperaron ganándole la serie dos-uno a los Azulejos de Toronto, rival con el que libran una encarnizada pelea por la cima de la División.
Los Yanquis han tenido una temporada muy buena y la cúpula de la División Este ha sido su habitación más regular; es una División muy competitiva con Toronto y Baltimore que no aflojan, Tampa que se desmanteló pero no bajó los brazos y la gran decepción, Medias Rojas de Boston, favoritos a la cima pero hundidos en el último lugar.
Dos interrogantes gigantes rodeaban el papel de los Mulos en pretemporada: ¿cómo reaccionarían ante la ausencia del Capitán América, Derek Jeter y que se podía esperar del regreso de Alex Rodríguez?
Rápido se despejaron las incógnitas: A-Rod empezó a darle duro a la pelota, a romper récords y su hit número 3 mil fue nada menos que un jonrón ante el otrora maravilloso Verlander. Y, en el campo corto, Didi Gregorios hizo honor a su trayectoria como enorme defensor y bateador de promedio.
El pitcheo del equipo de Joe Girardi ha sido irregular; Sabathia con problemas, Tanaka con lesiones; muy bien Eovaldi y Nova y los cerradores Betances y Miller. En el departamento de lanzar cohetes, los “Bombarderos” han contado con el poder de Rodríguez, Texeira, McCann y en agosto se despertó Beltrán. Las lesiones de Pineda y Ellsbury limitaron faenas en el montículo y los jardines, pero cuando faltan un poco más de 40 juegos para terminar la campaña regular, los Yanquis están en la pelea.
Los Indios se desinflaron en el arranque y fueron el peor equipo del mes de abril y ya no se pudieron sublevar. Se les cayó desde el inicio el llamado corazón de la formación: Santana, Moss y el brasileño Gómez, cuarto, quinto y sexto batea promediaron .209 en la caja de bateo y así imposible.
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