Nota de Tano
Gaetano Pandolfo gpandolfo@larepublica.net | Martes 21 abril, 2015
Los principales responsables del descalabro del Cartaginés son los actuales jugadores.
Ellos no tuvieron la capacidad en el terreno de juego, de sacar los resultados que le permitieran a los dirigentes poder cancelar sus salarios al derrumbarse las recaudaciones.
Estamos de acuerdo en que los dirigentes se “fogoronearon” al tener el ansiado título a 90 minutos de distancia en aquella final contra Herediano, cuando los azules llegaron al Rosabal Cordero con ventaja de dos goles que no pudieron sostener.
Estamos de acuerdo en que se hicieron contrataciones estúpidas. Estamos de acuerdo en que se cancelaron caprichos y en algunos casos se ficharon nombres y no hombres. Puede ser también que se haya errado en la escogencia de los directores técnicos tras la salida de Javier Delgado.
Pero remitiéndonos exclusivamente a este Torneo de Verano a punto de concluir, con un Cartaginés sin reales posibilidades de clasificación y con severos problemas económicos para sostener la nómina, basta repasar los resultados de las 20 jornadas para concluir que fue en la cancha y no en la mesa que preside Daniel Vargas que se cayó el equipo.
Este Cartaginés no estuvo armado con sobros; este Cartaginés hombre por hombre y posición por posición conformó una de las mejores nóminas del torneo. Sinceramente lo digo, no le encuentro un solo punto flojo al equipo.
Con la afición más leal del país como respaldo, este Cartaginés arrancó a estadio lleno invicto las primeras cinco fechas del Verano. La Liga lo frena con una estrepitosa goleada 6-2 en la fecha seis y tres jornadas después los derrota el Saprissa. Aquí se inicia el hundimiento, porque el cuadro de la Vieja Metrópoli amarra cuatro jornadas sin ganar contra equipos de mitad de tabla: Santos, Limón, Uruguay y Belén y su afición sale huyendo de las gradas.
Se caen las recaudaciones y la dirigencia entra en crisis, por no decir que en pánico.
Suponemos que la cosecha de malos resultados posteriores, ya tuvo que ver con el atraso de los salarios, pero el punto de quiebra se dio de la fecha seis a la 14, donde los azules solo ganaron dos partidos a AS Puma y Pérez Zeledón.
Si a este columnista le demuestran que a la fecha siete, se presentaban atrasos en los salarios de los jugadores, retiramos lo dicho para cargar la responsabilidad a la dirigencia, pero no me interesa jugar de detective. Desde luego que los grandes clubes no se remiten a las recaudaciones para sostener la planilla y que se explotan otros renglones, pero en el Cartaginés, los ticos sabemos que el asunto es diferente, porque es un club grande que le cuesta sostenerse como grande. Sigue debajo de Saprissa, la Liga y el Team en varios renglones y tampoco califica como club pequeño por múltiples razones.
Puede que la actual directiva se haya engolosinado en los fichajes, ofreciendo y pagando más de la cuenta y ahora paga las consecuencias, pero si el equipo hubiera mantenido la seguidilla de resultados que obtuvo en las cinco primeras jornadas, otro gallo estaría cantando hoy en los predios de Cantarrana.
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