Nota de Tano
Gaetano Pandolfo gpandolfo@larepublica.net | Martes 25 noviembre, 2014
Ningún equipo juega solo.
Siempre el director técnico, sea entrenador, piloto, “manager”, profe o míster va a influir para bien o para mal en el grupo.
Nadie me quita y menos las manifestaciones revanchistas de integrantes de la delegación costarricense al Mundial de Brasil, que la influencia y el trabajo metódico de Jorge Luis Pinto resultaron determinantes para el éxito obtenido.
Contrario a lo que dijo Gabelo Conejo, que el éxito en el Mundial fue 10% aportado por Pinto y 90% entre los demás, sobre todo los jugadores, a pesar de que Conejo estuvo en Brasil y Tano no, estoy completamente seguro de que lo sucedido fue al revés.
Para que un equipo se pare como lo hizo Costa Rica en Brasil, se requieren muchas horas de trabajo, extenuante, disciplinado, científico, agotador y esto solo se logra con un estratega de primer nivel, obsesionado por el perfeccionismo.
En todo caso el Mundial de Brasil para los costarricenses no tuvo un final feliz, por el choque universal entre técnico y dirigencia.
Jorge Luis Pinto se fue y quedó Paulo César Wanchope, quien pudo sostener el buen camino de la Tricolor con la conquista de la Uncaf, una gira exitosa por Asia y presentación histórica en el Centenario.
Solo los jugadores sabrán si estas buenas presentaciones se derivaron del trabajo de Pinto en Brasil o son cosecha de Wanchope, director técnico provisional.
Me apunto a lo primero, reconociendo desde luego que Paulo César tuvo la sabiduría para hacer los ajustes necesarios, en una formación que no siempre contó con la participación masiva de los legionarios, base del éxito en el Mundial 14.
Terminada la faena en Montevideo, muy a la carrera Wanchope viaja a Veracruz a los Centroamericanos y del Caribe, donde como técnico fracasa estrepitosamente al frente de un grupo de jugadores al que califica como la “generación perdida”, pues la mayoría no sobrevivió a eliminatorias mundialistas en Sub-17 y Sub-20.
Por resultados negativos similares a los cosechados por la “Selección de Wanchope”, le cortaron la cabeza a Ronald Mora, pero no se trata de decapitar a “Chope”; se trata de que Eduardo Li y la Comisión de Selecciones no quemen a Paulo César elevándolo a instancias que como director técnico aún no alcanza, pues apenas “gatea” en una profesión en la que Jorge Luis Pinto le lleva miles de kilómetros de distancia. Paulo César vale la pena, pero hay que caminarlo con mucha calma.
NOTAS ANTERIORES
Goles letales en minutos claves liquidaron al León
Viernes 13 diciembre, 2024
Una sinfonía de patadas, agresiones físicas y fútbol de “mala leche” de jugadores de los dos equipos, contaminaron la vuelta de una semifinal
¡Cuidado! Saprissa olfatea pentacampeonato
Jueves 12 diciembre, 2024
Saprissa es un equipo sumamente peligroso en instancias finales. Se crece, se ordena, se motiva, se mueve en su charco, el que le gusta y le agrada
Herediano venció a la Liga con un equipo refrescante
Miércoles 11 diciembre, 2024
Elías Aguilar encendió todas las luces del clásico provincial
Saprissa y Herediano favoritos a sobrevivir
Martes 10 diciembre, 2024
El Team jugó a lo grande y se tragó a un León, muy mal acostumbrado a convertirse en minino en los momentos cruciales de las competencias