Nota de Tano
Gaetano Pandolfo gpandolfo@larepublica.net | Jueves 26 septiembre, 2013
Empiezan a sentirse incómodos, directores técnicos, jugadores y fanáticos con el planteamiento táctico de la Universidad de Costa Rica, ordenado por su estratega José Giácone, que mantiene a los celestes como invictos del campeonato junto al Saprissa.
Quienes no soportan del todo ese bosque de piernas que planta el argentino delante de la portería de Carlos Méndez, analizan las estadísticas a su conveniencia y sentencian que la UCR por esa cadena de empates que arrastra, siete en nueve partidos, lo que ha hecho es perder 14 puntos. Aritméticamente esto es cierto, pero los detractores no dicen que los siete puntos cosechados, más el par de victorias, ayudan a que la Academia sume 13 puntos, diez más que el último lugar y para un equipo que viene de la segunda división es mucha diferencia y se debe en mucho a esos siete puntos cazados en las igualadas.
Cuando la Universidad ascendió, el discurso de su director técnico no fue el tradicional de los entrenadores que suben: Giácone nunca dijo: “lo primero será evitar el descenso”. Lo que siempre manifestó fue que “quería consolidar al equipo”.
El extécnico de Saprissa de Corazón buscó desde la primera fecha ir consolidando al grupo y con buen criterio táctico, analizó su mano de obra y decidió, en mucho a como trabajó Jorge Luis Pinto en la Selección Nacional, montar el funcionamiento del equipo con base en un reforzamiento de su retaguardia.
La primera decisión clave fue darle la titularidad al recién llegado Carlos Méndez y sentó a Niguel Drummond, estelar en toda la etapa de ascenso. Este fue un mensaje contundente del entrenador de que ningún jugador que ascendió, tenía su puesto asegurado en la primera división. Luego fichó a dos defensores de alto perfil; el joven Jason Scott y el veterano Roberto Segura, uno de los mejores defensas izquierdos del fútbol criollo. Con ellos montó su ya famosa, casi impenetrable y consolidada línea de cinco: Owen Solís y Jamesson Scott fueron centrales en la segunda y siguieron en la primera y por la derecha han alternado el capitán José Gabriel Vargas y Andrés Núñez. A estas diez piernas, Giácone sumó dos candados más: Mauricio Montero y Fernando Paniagua.
Hemos visto juegos de la UCR donde hay siete jugadores en línea delante del portero Méndez, prácticamente una cerrajería humana y esto es lo que tiene mareados, confundidos y atravesados a los opositores al régimen celeste.
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