Nota de Tano
Gaetano Pandolfo gpandolfo@larepublica.net | Miércoles 15 mayo, 2013
El regreso de Oscar Ramírez como director técnico de Liga Deportiva Alajuelense es una buena noticia para la familia manuda, sumergida en un mar de tristeza luego de perder toda posibilidad de retener la corona.
Personalmente, nunca pensé que el regreso del Machillo como entrenador de la Liga se diera tan rápido, porque erróneamente me he imaginado a don Oscar como un hombre no muy apasionado al fútbol, a pesar de que lo haya jugado apasionadamente. Sinceramente no le creí a Mauricio Montero cuando manifestó, al día siguiente, de que Ramírez se fue de la Liga, que pronto lo veríamos dirigiendo en el país o en Centroamérica. Estábamos equivocados. Parece ser que al Macho sí le agrada el fútbol, más que engordar chanchos, volar pala o dormir en una hamaca nicoyana y nada mejor entonces, que ese placer y gusto lo digiera en el Alajuelense para beneplácito de sus seguidores y preocupación de sus detractores, que los tuvo en su brillante paso como timonel erizo.
Preocupación porque después de perder el título los sucesores del Machillo en el banco manudo, sin repetir ni por asomo el éxito de su colega de profesión, les será ahora mucho más complicado protestar las decisiones tácticas y técnicas que impuso el estratega manudo, en un brillante sendero cargado de coronas.
Es lógico suponer que Oscar Ramírez en esta nueva etapa como entrenador rojinegro podrá trabajar dentro de un marco de mayor respeto y tolerancia, no solo de parte de sus detractores de gradería sino, y sobre todo, de sus enemigos invisibles en la dirigencia.
No se trata de que ahora, que regresa por la puerta triunfal como técnico de la Liga, Ramírez tendrá las ventanas abiertas para hacer lo que le dé la gana como entrenador sin oposición a la vista. Nada de eso. Habrá un cuerpo directivo vigilante de su labor y miles de miles de seguidores erizos a la expectativa de la labor del Macho, pero es un hecho de que el entorno de trabajo pinta más favorable a los movimientos del nuevo estratega rojinegro.
Y que conste, que eso de nuevo como que no calza.
Desde luego que Ramírez es el nuevo técnico del Alajuelense, porque lo escogieron antenoche, pero resultó tan corta su marcha y tan rápido su retorno que más bien se puede hablar de un paréntesis que se dio en la relación laboral entre directiva y entrenador.
No dudamos tampoco que el regreso de Oscar traerá de inmediato y a partir del primer entrenamiento, distensión, relajamiento y sonrisas en el “Chunche”, Hárold López y Paúl Mayorga, todos respetuosos del trabajo de Manuel Keosseian, pero congelados en cada una de sus respectivas funciones.
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