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Martes, 5 de noviembre de 2024



NOTA DE TANO


Nota de Tano

Gaetano Pandolfo gpandolfo@larepublica.net | Jueves 27 diciembre, 2012

Gaetano Pandolfo

En mi larga trayectoria como periodista deportivo, pocas veces me he encontrado con un técnico de fútbol más indescifrable que Oscar Ramírez.

Estamos en presencia de un técnico triunfador al que respaldan los títulos que conquista. Muy pocos en el fútbol nacional, por no afirmar que ninguno, ha ganado tanto en tan poco tiempo. Su éxito es incuestionable.

Lo que no he podido averiguar es cómo lo logra.

Claro que todo se basa en el trabajo; que los logros son resultado de mucho trabajo, pero suman miles los entrenadores de fútbol que trabajan más que el Macho y no ganan nada.

Puedo descifrar que el Machillo es un técnico detallista; lo deduzco por lo que dice su asistente técnico, Mauricio Montero cuando le preguntan sobre el trabajo del entrenador.

Después de campeonizar, el “Chunche” se extendió en una amplia entrevista en la que narró muchas facetas técnicas y personales de su compañero de fórmula y superior jerárquico.

Me impresionó cuando dijo: “aquí llegan muchachos de otros equipos que simplemente los ponían a jugar sin explicarles nada de sus funciones. Entonces chocan con el método de trabajo de Oscar y ese aprendizaje no es corto. Por eso es que no aparecen regularmente en las alineaciones y otros se tuvieron que ir”.

En estas declaraciones de Mauricio hay un mar de fondo, porque aclaran mucho de esas interrogantes que personalmente no me facilitan entender las decisiones de Ramírez.

¿Qué sucedió la temporada anterior con Cristian Lagos, Carlos Clark y Minor Díaz y en esta campaña con Francisco Flores, Kenneth García, Walter Chévez, Steven Calderón e incluso, Anderson Andrade?

Personalmente me cuesta entender y es por eso que no he podido descifrar el trabajo del Macho: ¿cómo hace para fumigar, por ejemplo, a un jugador de tanto talento como Kenneth García y que no pase nada a lo interno?

¿O sí pasa?

Pregunto esto último, porque de alguna parte deben venir los comentarios y las “palabrillas” que tanto molestan al técnico de la Liga a lo interno del club y que provocan el roce hecho público por el propio Montero.

Cierro con esto: el detalle de que Oscar Ramírez por decisión personal, no forme parte del jolgorio, celebración y sobre todo comunión entre jugadores y público a la hora de celebrar la conquista del título, muchos lo consideran una falta de respeto del técnico hacia la afición y puede que lleven razón.


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