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Martes, 16 de abril de 2024



INVERSIONISTA


No E$peculéis

| Sábado 09 agosto, 2008




No E$peculéis

Juan Diego Peñaranda Segreda
Economista

Cuenta un conocido libro en su capítulo del Génesis que un hombre llamado José al interpretar los sueños que tuvo el Faraón de Egipto, le recomendó proveerse de un hombre sabio que recaudase la quinta parte del producto de la tierra y la almacenase, pues vendrían siete años de vacas gordas seguidos de siete años de vacas flacas. Esta especulación divina mitigó la hambruna además de enriquecer al gobierno.
En economía, la especulación es la compra y venta de bienes con el único propósito de beneficiarse de las variaciones en su precio de mercado. Algunos detractores la han acusado de beneficiar a algunos y en muchos casos se le asocia con la utilización de información privilegiada. Otros en cambio opinan que el especulador beneficia a la actividad económica, ya que al tratar de predecir cuáles serán las necesidades futuras de los consumidores, regula desequilibrios entre oferta y demanda.
George Soros, al testificar ante el Comité de Banca del Congreso de Estados Unidos, dijo que “cuando un especulador apuesta al aumento de un precio pero este cae, se ve forzado a protegerse vendiendo sus acciones, lo cual acelera la caída del precio y aumenta la volatilidad del mercado. Sin embargo, la volatilidad de los precios no constituye un problema a menos que todo el mundo venda al mismo tiempo y se cree una ausencia de compradores”.
En muchos casos, los fondos de cobertura y la actividad especulativa en general son más responsables por los movimientos de divisas que la intervención de los bancos centrales. Está registrado que en setiembre de 1992, el mismo Soros vendió 10.000 millones de libras esterlinas para frustrar los esfuerzos del primer ministro británico John Major por mantener el valor de la moneda.
Recientemente leí que “la especulación no es el mejor medio para mantener a raya a los aventureros monetarios. Los especuladores pueden hacer caer una moneda mucho más allá de lo razonable para provocar la intervención de los bancos centrales y lucrarse con el rebote en el cambio que provoque esa intervención...”
Así las cosas, de enero a julio de este año el BCCR, compró barato, acumuló y vendió caro. Hubo algunos comentarios en la prensa en el sentido de que les parecía que se estaba alcanzando un Tipo de Cambio de Equilibrio de largo plazo cercano a 500/$, dos meses después algunos comentan que 555,75 c/$ refleja las condiciones de mercado. Así las cosas, cuando los especuladores deciden tomar armas, Dios proteja a los demás mortales.






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