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No disponemos ni con un cinco, ni con voluntad política para la transición energética

Ricardo Trujillo gerencia@fibrotel.cr | Lunes 14 agosto, 2023


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Por Ricardo Trujillo Molina MScEE

gerencia@fibrotel.cr

A diferencia del mundo capitalista y en acelerado desarrollo como son los países China, India, Europa, los USA, Indonesia, en donde la independencia energética se toma más en serio que la simple transición energética, nosotros aquí en Costa Rica no disponemos ni con un cinco, ni con la voluntad política, ni con la plena comprensión social de los beneficios de por lo menos iniciar nuestra titánica lucha para alcanzar esa independencia energética, la cual es estratégica y económicamente más importante que la transición energética o lucha anti cambio climático para salvar al planeta de la contaminación atmosférica de CO2 por el uso del petróleo y sus derivados.

La reciente publicación por LA NACION de un artículo bajo el título de “TENEMOS TODO PARA ACELERAR LA TRANSICION ENERGETICA”, me ha motivado a escribir esta nota. El propósito del politólogo Juan Carlos Pérez Herra con dicho artículo es informarnos de lo acelerado que va en el mundo la transición energética, y lo urgente que es para nosotros el diversificar a corto plazo nuestra matriz energética extremadamente dependiente del recurso hidrológico. Y esa percepción adolece de un grave error. No es la energía hidroeléctrica la principal fuente que satisface la demanda de los sectores productivos y residencial, y la que es vulnerable a los fenómenos asociados al cambio climático como es el caso del fenómeno de El Niño como el autor afirma en el artículo. La principal fuente de energía de Costa Rica, el 65% del total requerido, sigue siendo desde hace casi mas de un siglo, la gasolina y el diésel importados.

De lo anterior podemos concluir que la verdadera lucha que tenemos que enfrentar a futuro no es para diversificar la matriz de generación eléctrica actual, sino que la de disminuir nuestra dependencia o esclavitud energética importada. La verdadera lucha es por sustituir los derivados del petróleo por energía eléctrica generada con recursos naturales disponibles en nuestro territorio, y esos son: el gas natural y petróleo de nuestro subsuelo, el viento, el sol, la geotermia y el agua lluvia que cae en las alturas montañosas del país.

El gran problema es que nos resistimos como sociedad a iniciar esa lucha por la independencia energética, debido a que existen demasiados intereses económicos para ni siquiera considerarlo como objetivo estratégico nacional de mediano plazo. Veamos, preferimos ver el problema como lucha contra el cambio climático, o como una transición energética. Al verlo como una lucha contra el cambio climático, nos oponemos a la exploración y explotación de los combustibles fósiles que podrían existir en nuestro subsuelo. Al verlo como transición energética solo exigimos una diversificación de la matriz eléctrica, sin abrir los mercados de la generación eléctrica ni reducir el consumo de los combustibles que importa RECOPE de la transnacional VALERO de los USA. Al disminuir ese consumo de gasolina y diésel en ascenso, los ingresos hacendarios se verían reducidos tal y como lo advirtió el BID en un documento titulado el Impacto Fiscal de la descarbonización.

El programa de descarbonización de la administración Alvarado fue un fracaso total por la falta de dinero requerido, pues se trataba de una lucha titánica que requerían inversiones del orden de los $45 mil millones de dólares estimados en aquella fecha, sobre todo en reemplazo de la flota vehicular, llamada movilidad eléctrica, por una nueva totalmente eléctrica, y en toda la reconversión de múltiples practicas contaminantes de nuestro proceso productivo industrial y agrícola. Mis estimaciones actuales son del orden de los $80 mil millones de dólares para llegar a la meta de la descarbonización para el año 2050.

No contamos ni con un cinco

Costa Rica posee un estado sumamente endeudado, con una población también profundamente endeudada, apenas sobreviviendo con salarios bajos, y con una casta política y estatal más interesada en sus jugosos salarios y pensiones de lujo, así como en romper la regla fiscal, lo cual indica que no estamos interesados ni convencidos sobre el sacrificio económico que implica para todos la transición energética.

Para muestra un botón: no hay un solo cinco estatal ni financiero para la adquisición de buses eléctricos o para la construcción de nuevas plantas eléctricas con base a recursos renovables. Todos los empréstitos que se contratan solo sirven para el pago de la deuda y de sus crecientes intereses. Nuestra esclavitud energética es severa y endémica, somos una sociedad adicta al petróleo y sus derivados, y todavía no tenemos muy claros los beneficios para diversificar nuestra matriz energética a futuro, pues modificar la actual no es posible ni por un acto de magia.

Lo anterior lo confirma el ICE, al quemar bunker a diario en plena época de lluvias. La matriz energética actual no cuenta con suficiente potencia no hidráulica para hacerle frente a la creciente demanda eléctrica, ni en las horas matutinas, ni en las vespertinas, ni a medianoche.

Hoy en día, el ICE se está viendo obligado a generar electricidad con materias primas importadas de cada vez más alto costo como es el bunker gourmet que se quema en la planta Garabito. Y eso lo sabían desde hace muchos años, pero todo lo hicieron al contrario, dejaron de contratar energía a los privados, dejaron de expandir la matriz de generación con renovables, rescindieron contratos hasta con una planta fotoeléctrica ya construida, la de Valle Escondido, dejaron de un lado las recomendaciones técnicas de un estudio sobre la red eléctrica realizado por el BID hace ya 7 años , y en vez de buscar al FMI con bajas tasas de interés, colonizaron su deuda con altas tasas de interés y con un alto valor con respecto al dólar.

Todo el dinero que ha ingresado a las arcas estatales a la fecha con el sello verde para la descarbonización, no ha servido más que para que los funcionarios del estado se informen y comprendan lo que es la transición energética, viajando a latitudes tan lejanas como el balneario egipcio de Sharm el Sheik en el mar rojo o a la idílica isla de Bali en indonesia. Algo que podría confirmarles fácilmente el actual ministro del MINAE.

No hay voluntad política

La mejor prueba de que tampoco contamos con una Presidencia con firme voluntad política para salir del pantano energético en que nos encontramos es el que desde hace varios meses, no se hayan nombrado los directivos de la ARESEP que faltan. Esa falta de quorum en las decisiones de la ARESEP ha impedido que se aprueben las tarifas para la compra de excedentes de electricidad generados por los abonados de acuerdo a la ley 10,086, ni para que le ratifiquen al ICE la adjudicación y tarifas para un bloque de 130 MW BOT para la compra de energía a generarse por nuevas plantas eléctricas privadas. Tal parece que la Presidencia de la Republica esta más atareada enfrentando los escándalos de carácter mediático que se le multiplican a diario, que por los verdaderos problemas estructurales del país.

Aun así, el país sigue siendo referente mundial en generación con recursos renovables, en lucha contra el cambio climático, en atractivo para la manufactura de alta tecnología, y hasta para celebrar un congreso de energía a nivel latinoamericano. Ojalá que los visitantes no descubran nuestra cruda realidad y retornen a sus países con la misma imagen que nos distingue a nivel mundial, la Costa Rica excepcional, líder en casi todo, hasta en felicidad.







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