Nicaragua debería de ser prioridad de la diplomacia
Carlos Denton cdenton@cidgallup.com | Miércoles 03 junio, 2020
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En cualquier cancillería del mundo la prioridad debería ser el manejo de las relaciones con los países vecinos; las dos embajadas más importantes para Costa Rica obligatoriamente son las de Managua y de Panamá. ¡Es obvio, tenemos que convivir con ellos, quererlos o no! Allí deberían ir los embajadores más sazonados, los que tienen la total confianza del presidente de la República, los más sabios.
Cualquier vecino de barrio conoce a los que viven a la par; no son amigos quizás, pero se conocen. Estos son los que vigilan a la casa si sale de viaje y que devuelven el perro que escapa. De vez en cuando se detiene en las puertas para hablar de lo que está ocurriendo en el vecindario
Con Panamá las relaciones normalmente han sido excelentes, pero la verdad es que no es así la situación con Nicaragua. Siempre aparecen roces en la relación bilateral; los dos recientes han sido el de los transportes internacionales de carga y el de la pandemia que ahora viven allá. El segundo supuestamente no debería ser problema porque los costarricenses “controlan” la frontera norte y “no dejan a ningún nicaragüense entrar sin visa.” El cobro de una visa por $35 lleva implícito que el servicio consular investiga cada solicitante y determina que es persona “de bien.” La verdad es que ninguna investigación se lleva a cabo y el que paga recibe el sello en el pasaporte. Más que todo el cobro hace que muchos nicaragüenses, especialmente los más necesitados, ni se molestan con el trámite y cruzan por innumerables senderos que pasan por potreros y montañas para llegar al territorio nacional. Entonces sí es un problema el Covid 19 en Nicaragua para Costa Rica.
En vez de pagar millones de dólares en la disputa en La Haya sobre la Isla Calero, otro roce, lo más lógico hubiera sido resolverlo a través de la diplomacia. Pero la tónica de gobierno tras gobierno ha sido que “los nicas son el problema y nosotros tenemos la razón.”
Puede ser que al gobierno de turno en San José no le gusta a Daniel Ortega. Señores, no tiene que gustar (no va a gobernar acá el excomandante guerrillero) para entablar una relación de utilidad para ambos. Carlos Alvarado debería poder levantar el teléfono y llamar directamente a Daniel Ortega y conversar de las situaciones de conflicto que se presentan. O el Canciller Solano con su homólogo por lo menos. ¡Parece que no quieren o pueden!
Un dicho costarricense reza “siempre es mejor un mal arreglo que un buen pleito.” Para hacer esos tipos de “mal arreglos” está la Casa Amarilla con todo su personal. El Canciller debería estar en contacto constante con sus homólogos de los dos países vecinos. El embajador tico en Managua debería ser una figura popular en ese país haciendo contactos, participando en eventos y buscando negocios. Igual acá el enviado nicaragüense debería ser bien recibido y escuchado, persona de confianza si hay desafíos.
.¡Urge mejoría con Nicaragua, Don Rodolfo”
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