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Narco y comercio crispan lazos entre EE.UU. y México

| Viernes 13 marzo, 2009




Obama no descarta posibilidad de despliegue militar en la frontera
Narco y comercio crispan lazos entre EE.UU. y México

Violencia generada por los narcotraficantes se cobró unas 6.500 víctimas en 2008 en el país azteca

Washington
EFE

Estados Unidos y México se precian de una sólida cooperación bilateral, pero la creciente “narcoviolencia” en el país vecino y el fin de un programa piloto que beneficia a los camiones mexicanos han crispado las relaciones.
La violencia generada por los narcotraficantes se cobró unas 6.500 víctimas en 2008 y más de mil en lo que va de este año en México, por lo que es objeto de varias audiencias programadas por el Legislativo estadounidense durante este mes y el próximo.
La criminalidad ha causado tanta alarma a este lado del Río Bravo, que el gobernador de Texas, Rick Perry, ha pedido el envío de la Guardia Nacional para fortalecer la vigilancia fronteriza.
En entrevistas con 15 periódicos regionales de Estados Unidos el miércoles, el presidente Barack Obama no descartó la posibilidad de un despliegue militar, pero tampoco se comprometió con un plazo para decidirlo.
“El presidente se ha comprometido a revisar esas peticiones” junto a la secretaria de Seguridad Nacional, Janet Napolitano, indicó hoy el portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs.
Bajo el mandato de George W. Bush la Guardia Nacional dio apoyo logístico y administrativo en la frontera sur, con 6 mil soldados en 2006, pero la “narcoviolencia” afecta actualmente a las ciudades en este país, llegando incluso a hablarse de decapitaciones, lo cual ha renovado las recriminaciones mutuas.
México pide de Washington acciones más contundentes contra la demanda de drogas y el trasiego de armas de alta potencia hacia su país y se queja de que no tendría este problema si Estados Unidos pusiera orden en su casa.
Por su parte, Estados Unidos elogia la lucha antinarcóticos del presidente Felipe Calderón, pero las declaraciones del director Nacional de Inteligencia, el vicealmirante Dennis Blair, sobre la “ingobernabilidad” en México causaron revuelo.
“La influencia corruptora y el incremento de la violencia de los carteles de la droga... impiden la capacidad de la Ciudad de México de gobernar partes de su territorio y de construir instituciones democráticas eficaces”, señaló Blair el martes durante una audiencia del Comité de Servicios Armados del Senado.
Las declaraciones, que despertaron un fervor nacionalista en la clase política mexicana, fueron rechazadas por el embajador de México en Estados Unidos, Arturo Sarukhán, y después por el secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont.
Calderón dijo ayer durante un foro de negocios que su país espera que el sentido de “corresponsabilidad” que ha expresado Obama en la lucha antidrogas se transmita “hacia todos los integrantes de su equipo de Gobierno”.
“Cómo se explica un mercado tan grande de drogas, el mercado más grande del mundo, en Estados Unidos, sin la corrupción de ciertas autoridades” en esa nación, agregó Calderón.
El portavoz del Departamento de Estado, Robert Wood, insistió hoy en que “no hay una campaña contra el Gobierno de México” y que Estados Unidos no está “tramando ningún plan”.
Esa frágil situación de seguridad fue el plato fuerte de la cena que ayer tuvo la secretaria de Estado, Hillary Clinton, con funcionarios del Gobierno y expertos en la materia.
Wood no dio el listado de comensales, pero fuentes allegadas al encuentro indicaron a Efe que se trata de un “ejercicio para generar ideas frescas sobre cómo hacer frente al reto del narcotráfico”.
Sin embargo, las recriminaciones no se quedan en el campo político ya que para añadir sal a la herida, una ley presupuestaria promulgada por Obama el jueves eliminó un programa piloto que permite la libre circulación de camiones mexicanos por todo Estados Unidos.
El tránsito de los camiones está estipulado en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), por lo que limitar el acceso de los vehículos mexicanos a la zona fronteriza supone una violación del pacto.
Según el portavoz de la embajada mexicana, Ricardo Alday, la eliminación del programa responde a intereses proteccionistas y no a preocupaciones de seguridad vial.
Aunque México intenta remediar el asunto por las buenas, también se reserva el derecho de tomar represalias.
Obama ha instruido a los departamentos de Estado y de Transporte, y a la Oficina del Representante de Comercio Exterior (USTR) que trabajen con el Congreso en busca de una solución al contencioso.
Fuentes oficiales confirmaron a Efe que Obama y Calderón se verán en la reunión de los países del G-20 en Londres el próximo 2 de abril y tendrán un encuentro bilateral durante la Cumbre de las Américas en Trinidad y Tobago del 17 al 19 de abril, lo que será una oportunidad para borrar la pizarra y empezar de nuevo.






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