Naomi Watts elige los filmes por los directores
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Sábado 22 mayo, 2010
Naomi Watts elige los filmes por los directores
La australiana Naomi Watts, presente este año en Cannes con dos películas, elige sus papeles por el director e incluso en algunas ocasiones ha aceptado proyectos sin leer siquiera el guion, como con Alejandro González Iñárritu y Peter Jackson.
“Lo mejor es si el director es alguien a quien respetas y quieres trabajar con él”, afirmó Watts en una entrevista con cinco medios de comunicación, entre ellos EFE.
Entra en la sala de la entrevista con una bandeja con su tetera y una taza estoy mal de la garganta, se excusa y se muestra encantada de estar tanto tiempo en Cannes “es demasiado extraño cuando vas a lugares un día y en los que ni siquiera sales del hotel
Primero presentó fuera de competición “You will meet a tall dark stranger”, de Woody Allen, y luego “Fair game”, basada en la historia real de la ex agente de la CIA Valerie Plame y que sí opta a la Palma de Oro.
Dos ejemplos de los directores con los que le gusta trabajar.
“Me gusta colaborar con un director que tenga su propio lenguaje, su propio estilo. (…) Me encanta facilitar su visión”, agrega Watts, que afirma que le gusta “trabajar de forma diferente cada vez”.
Y pone como ejemplo el caso de Woody Allen, donde los rodajes se realizan con larguísimos planos secuencia en los que la responsabilidad es aún mayor ya que la labor de cada actor depende de la de los demás.
“Lo que me gusta de trabajar en su estilo, tan diferente, es que un plano sigue, sigue y sigue, sin importar cuántos personajes o líneas haya que decir. Entras, sales, tomas el té”, lo que hace que la presión para hacerlo bien crezca enormemente porque “si la fastidias en este tipo de escenas” implica a los demás.
Con Allen podía rodar siete páginas de guión en una mañana, mientras que con el austriaco Michael Haneke con quien trabajó en “Funny Games” (2007), todo es muy preciso, con una interminable búsqueda de cada detalle.
Y con Doug Liman lo que prima es la espontaneidad. “Todo está en el aire” y las cosas cambian de un segundo al otro, explica.
“Me encanta la experiencia de estar con un director al que realmente admiras”, dijo la actriz, que recordó que aceptó trabajar “sin leer el guion” en casos como los de Iñárritu, en “21 gramos” (2003) o con Peter Jackson, en “King Kong” (2005).
Cannes / EFE
La australiana Naomi Watts, presente este año en Cannes con dos películas, elige sus papeles por el director e incluso en algunas ocasiones ha aceptado proyectos sin leer siquiera el guion, como con Alejandro González Iñárritu y Peter Jackson.
“Lo mejor es si el director es alguien a quien respetas y quieres trabajar con él”, afirmó Watts en una entrevista con cinco medios de comunicación, entre ellos EFE.
Entra en la sala de la entrevista con una bandeja con su tetera y una taza estoy mal de la garganta, se excusa y se muestra encantada de estar tanto tiempo en Cannes “es demasiado extraño cuando vas a lugares un día y en los que ni siquiera sales del hotel
Primero presentó fuera de competición “You will meet a tall dark stranger”, de Woody Allen, y luego “Fair game”, basada en la historia real de la ex agente de la CIA Valerie Plame y que sí opta a la Palma de Oro.
Dos ejemplos de los directores con los que le gusta trabajar.
“Me gusta colaborar con un director que tenga su propio lenguaje, su propio estilo. (…) Me encanta facilitar su visión”, agrega Watts, que afirma que le gusta “trabajar de forma diferente cada vez”.
Y pone como ejemplo el caso de Woody Allen, donde los rodajes se realizan con larguísimos planos secuencia en los que la responsabilidad es aún mayor ya que la labor de cada actor depende de la de los demás.
“Lo que me gusta de trabajar en su estilo, tan diferente, es que un plano sigue, sigue y sigue, sin importar cuántos personajes o líneas haya que decir. Entras, sales, tomas el té”, lo que hace que la presión para hacerlo bien crezca enormemente porque “si la fastidias en este tipo de escenas” implica a los demás.
Con Allen podía rodar siete páginas de guión en una mañana, mientras que con el austriaco Michael Haneke con quien trabajó en “Funny Games” (2007), todo es muy preciso, con una interminable búsqueda de cada detalle.
Y con Doug Liman lo que prima es la espontaneidad. “Todo está en el aire” y las cosas cambian de un segundo al otro, explica.
“Me encanta la experiencia de estar con un director al que realmente admiras”, dijo la actriz, que recordó que aceptó trabajar “sin leer el guion” en casos como los de Iñárritu, en “21 gramos” (2003) o con Peter Jackson, en “King Kong” (2005).
Cannes / EFE