Nacionales eluden veto a fertilización in vitro
| Sábado 05 julio, 2008
Parejas costarricenses se realizan procedimiento fuera del país ante prohibición local
Nacionales eluden veto a fertilización in vitro
• Panamá, Europa, América del Norte y Sudamérica son los principales destinos de quienes buscan método
• Opositores cuestionan que mortalidad embrionaria en las pruebas asciende a más del 95%, por lo que atenta contra el derecho a la vida
Natasha Cambronero
ncambronero@larepublica.net
Alrededor de 15 parejas costarricenses salen a una clínica de Panamá cada año a realizarse un procedimiento de fertilización in vitro.
Este tratamiento no es permitido en el país, desde el 2000, cuando Sala IV consideró que era inconstitucional.
En su resolución, los magistrados “repudiaron” que la vida humana “pueda ser manipulada con fines de experimentación… que embriones humanos sean desechados en el laboratorio sin ser implantados en el útero de su madre. El derecho a la reproducción involucra, a nuestro juicio, el propio derecho a la vida, ya no en su dimensión individual, sino en una colectiva: el derecho a contribuir a la preservación y continuidad de la especie humana”.
Este tipo de fertilización se realiza principalmente en los casos en que el hombre presenta bajo conteo de espermatozoides o la mujer tiene las trompas de Falopio obstruidas.
El procedimiento consiste en inyectar un espermatozoide en varios óvulos, una vez lograda la fertilización, se efectúa la transferencia dentro del útero y se desechan aquellos embriones (óvulos fecundados) que no serán implantados.
Pese a la oposición de la Sala Constitucional y de algunos sectores de la sociedad, que ven en este procedimiento una práctica contraria a la humanidad, otros la defienden.
“Después de un programa de control y diagnóstico, uno saca algunas parejas que no se van a embarazar por métodos básicos, sino que van a necesitar métodos avanzados, a esa gente uno le recomienda que se vaya del país a realizarse un in vitro”, aseguró Gerardo Escalante, director del Instituto Costarricense de Infertilidad, quien ha sido pionero de este procedimiento en el país.
Sin embargo, solo las personas con mayores ingresos económicos tienen acceso a esta opción.
“Quienes tienen entre $10 mil y $15 mil para tomar un avión e ir a hacerse un in vitro tiene hijos, y los que no tienen ese dinero no pueden, el factor económico decide quién es mamá y quién no”, agregó Escalante.
Por ejemplo, en el Centro Fecundar, en Panamá, cuesta alrededor de $2.450 cada intento, y a esta cantidad se deben sumar el transporte y hospedaje, que puede variar.
Solo en Panamá existen al menos siete clínicas de fecundación que realizan este procedimiento, y dada su cercanía, se convierte en un lugar atractivo para nacionales. De igual forma Argentina, Brasil, Colombia, México y Miami son de los principales destinos de las parejas.
“Desde el 2000 hasta la fecha muchos pacientes salen del país a hacerse la fertilización in vitro, unos van a Europa, otros a Estados Unidos o Sudamérica y han logrado embarazos”, afirmó Escalante.
No obstante, este procedimiento ha despertado inquietudes bioéticas.
“Cuando se realiza la técnica de fertilización in vitro, la mortalidad embrionaria asciende a más del 95%, lo que quiere decir que solo el 5% obtiene el nacimiento, son datos científicos, no religiosos; crea seres humanos para inmediatamente exponerlos al riesgo de muerte”, dijo Alejandro Leal, de la Comisión de Bioética de la Conferencia Episcopal.
Igualmente, Walter Piedra, vocero de la Asociación para la Defensa de la Vida (ADEVI), asegura que “es una práctica completamente anti-vida, a pesar de que lo que busca es dar vida, porque entonces ¿a cuántos hijos (embriones) se tiene que matar para tener uno?”.
Las parejas que deciden salir del país contactan a los doctores por medio de Internet o a través de conocidos que los recomiendan. Tal es el caso de Fecundar, que cuenta con consultorios en el país y además en su sitio Web se pueden obtener los teléfonos de los doctores y los costos del procedimiento.
De igual forma, el Centro de Medicina Reproductiva, en Panamá recibe costarricenses por este medio.
“Cada centro (en Panamá) recibe siempre algo de Costa Rica. A nosotros específicamente nos llegan por medio de nuestra página de Internet”, aseveró Carlos Díaz, doctor de Medicina Reproductiva en el país vecino.
Desde 1995 cuando se autorizó esta técnica en Costa Rica hasta marzo del 2000, fecha en que se prohibió, hubo 15 embarazos de los cuales resultaron 14 nacimientos.
“Nosotros tenemos una tasa de embarazo del 50% en general, pero esto varía según las edades y la patología por la que llegan”, manifestó el doctor Raúl Berbey, de Fecundar, en Panamá.
Contabilizar el número de pacientes que salen al extranjero es muy difícil, ya que todas acuden a diferentes países y consultorios; sin embargo, solo en el Centro de Medicina Reproductiva reciben al año entre 12 y 15 parejas de costarricenses.
En este momento, en la Asamblea Legislativa se está tratando la posibilidad de aceptar nuevamente este procedimiento.
“Está en comisión y es analizada por diputados con distintas posiciones; siento que aún le queda un amplio camino por recorrer, pues es un tema muy sensible y que además de pretender modificar nuestra Constitución, busca variar lo que por muchos años ha marcado la pauta, en lo moral, si así se quiere ver”, manifestó Francisco Antonio Pacheco, presidente del Parlamento.
Nacionales eluden veto a fertilización in vitro
• Panamá, Europa, América del Norte y Sudamérica son los principales destinos de quienes buscan método
• Opositores cuestionan que mortalidad embrionaria en las pruebas asciende a más del 95%, por lo que atenta contra el derecho a la vida
Natasha Cambronero
ncambronero@larepublica.net
Alrededor de 15 parejas costarricenses salen a una clínica de Panamá cada año a realizarse un procedimiento de fertilización in vitro.
Este tratamiento no es permitido en el país, desde el 2000, cuando Sala IV consideró que era inconstitucional.
En su resolución, los magistrados “repudiaron” que la vida humana “pueda ser manipulada con fines de experimentación… que embriones humanos sean desechados en el laboratorio sin ser implantados en el útero de su madre. El derecho a la reproducción involucra, a nuestro juicio, el propio derecho a la vida, ya no en su dimensión individual, sino en una colectiva: el derecho a contribuir a la preservación y continuidad de la especie humana”.
Este tipo de fertilización se realiza principalmente en los casos en que el hombre presenta bajo conteo de espermatozoides o la mujer tiene las trompas de Falopio obstruidas.
El procedimiento consiste en inyectar un espermatozoide en varios óvulos, una vez lograda la fertilización, se efectúa la transferencia dentro del útero y se desechan aquellos embriones (óvulos fecundados) que no serán implantados.
Pese a la oposición de la Sala Constitucional y de algunos sectores de la sociedad, que ven en este procedimiento una práctica contraria a la humanidad, otros la defienden.
“Después de un programa de control y diagnóstico, uno saca algunas parejas que no se van a embarazar por métodos básicos, sino que van a necesitar métodos avanzados, a esa gente uno le recomienda que se vaya del país a realizarse un in vitro”, aseguró Gerardo Escalante, director del Instituto Costarricense de Infertilidad, quien ha sido pionero de este procedimiento en el país.
Sin embargo, solo las personas con mayores ingresos económicos tienen acceso a esta opción.
“Quienes tienen entre $10 mil y $15 mil para tomar un avión e ir a hacerse un in vitro tiene hijos, y los que no tienen ese dinero no pueden, el factor económico decide quién es mamá y quién no”, agregó Escalante.
Por ejemplo, en el Centro Fecundar, en Panamá, cuesta alrededor de $2.450 cada intento, y a esta cantidad se deben sumar el transporte y hospedaje, que puede variar.
Solo en Panamá existen al menos siete clínicas de fecundación que realizan este procedimiento, y dada su cercanía, se convierte en un lugar atractivo para nacionales. De igual forma Argentina, Brasil, Colombia, México y Miami son de los principales destinos de las parejas.
“Desde el 2000 hasta la fecha muchos pacientes salen del país a hacerse la fertilización in vitro, unos van a Europa, otros a Estados Unidos o Sudamérica y han logrado embarazos”, afirmó Escalante.
No obstante, este procedimiento ha despertado inquietudes bioéticas.
“Cuando se realiza la técnica de fertilización in vitro, la mortalidad embrionaria asciende a más del 95%, lo que quiere decir que solo el 5% obtiene el nacimiento, son datos científicos, no religiosos; crea seres humanos para inmediatamente exponerlos al riesgo de muerte”, dijo Alejandro Leal, de la Comisión de Bioética de la Conferencia Episcopal.
Igualmente, Walter Piedra, vocero de la Asociación para la Defensa de la Vida (ADEVI), asegura que “es una práctica completamente anti-vida, a pesar de que lo que busca es dar vida, porque entonces ¿a cuántos hijos (embriones) se tiene que matar para tener uno?”.
Las parejas que deciden salir del país contactan a los doctores por medio de Internet o a través de conocidos que los recomiendan. Tal es el caso de Fecundar, que cuenta con consultorios en el país y además en su sitio Web se pueden obtener los teléfonos de los doctores y los costos del procedimiento.
De igual forma, el Centro de Medicina Reproductiva, en Panamá recibe costarricenses por este medio.
“Cada centro (en Panamá) recibe siempre algo de Costa Rica. A nosotros específicamente nos llegan por medio de nuestra página de Internet”, aseveró Carlos Díaz, doctor de Medicina Reproductiva en el país vecino.
Desde 1995 cuando se autorizó esta técnica en Costa Rica hasta marzo del 2000, fecha en que se prohibió, hubo 15 embarazos de los cuales resultaron 14 nacimientos.
“Nosotros tenemos una tasa de embarazo del 50% en general, pero esto varía según las edades y la patología por la que llegan”, manifestó el doctor Raúl Berbey, de Fecundar, en Panamá.
Contabilizar el número de pacientes que salen al extranjero es muy difícil, ya que todas acuden a diferentes países y consultorios; sin embargo, solo en el Centro de Medicina Reproductiva reciben al año entre 12 y 15 parejas de costarricenses.
En este momento, en la Asamblea Legislativa se está tratando la posibilidad de aceptar nuevamente este procedimiento.
“Está en comisión y es analizada por diputados con distintas posiciones; siento que aún le queda un amplio camino por recorrer, pues es un tema muy sensible y que además de pretender modificar nuestra Constitución, busca variar lo que por muchos años ha marcado la pauta, en lo moral, si así se quiere ver”, manifestó Francisco Antonio Pacheco, presidente del Parlamento.