Mujeres, poder y desarrollo
El pensamiento femenino como complemento al masculino es un faltante de consecuencias negativas en los capítulos de la historia humana en donde así ocurrió
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Lunes 10 octubre, 2011
Los datos sobre el mayor acceso a la salud, educación y representación en cargos políticos que tienen las mujeres en Costa Rica, en relación con el resto de la región centroamericana, señalados en un ranking en este medio hoy, es uno de los puntos fundamentales para analizar las condiciones de desarrollo del país.
La acción de la mujer como factor de desarrollo es evidente y reconocida hoy por los especialistas que estudian el fenómeno. El pensamiento femenino como complemento al masculino es un faltante de consecuencias negativas en los capítulos de la historia humana en donde así ocurrió.
Por ello, es trascendente analizar la situación que antes señalábamos, de las mujeres en Costa Rica, tomando en cuenta que su aporte, si no se limita a emular el pensamiento y las acciones masculinas sino a complementarlas y mejorarlas, puede contribuir de manera importante a impulsar un desarrollo positivo y sostenible.
Esta situación de mayor equidad de género en comparación con el resto de la región que, como lo destaca la nota de este medio, “sería clave para el desarrollo”, se generó por un modelo impulsado el siglo pasado, cuyos aciertos deben ser tomados en cuenta hoy para no retroceder en lo ganado.
Ese modelo favoreció el acceso de la mujer a la salud, la educación y a que pudiera insertarse en los sectores productivos y en la política, aun cuando le significara asumir la doble tarea, fuera y dentro del hogar.
Hoy la sociedad está mejor preparada que cuando se iniciaron los esfuerzos para lograr la equidad de género. Actualmente es posible generar la necesaria reorganización de tareas para la administración de los hogares y la buena crianza de los hijos. En este punto, será fundamental el aporte que el Estado y la empresa privada brinden.
Padres y madres en hogares estables, probablemente seguirán siendo la base fundamental para la educación de los hijos. Pero deberán contar con modernos y seguros centros donde enviar a los niños para que complementen esa educación con adecuada instrucción y donde aprendan a socializar en compañía de otros niños.
El acceso universal a la salud y la educación es la forma de continuar el acertado desarrollo que propiciaron políticos visionarios del pasado y que trajo como consecuencia, entre muchas otras ventajas, la obtención de una mayor equidad de género en el país, colocándolo en un nivel algo superior, en ese sentido, al resto de la región.