Morales gana enemigos con carretera de discordia
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Viernes 30 septiembre, 2011
Morales gana enemigos con carretera de discordia
El presidente boliviano forjó una nueva mayoría, pero esta vez en contra, por insistir en que una carretera financiada y construida por Brasil, la emergente potencia americana, parta por la mitad una reserva ecológica, a lo que se oponen los indígenas que viven en ella.
Sindicatos, ecologistas, políticos de izquierda y asociaciones indígenas que hace seis años le ayudaron a llegar al poder, ahora apoyan a unos 1.500 nativos del Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (Tipnis) que marchan hacia La Paz desde el 15 de agosto en contra de la carretera.
A ellos se suman quienes siempre han estado contra Morales, como la jerarquía católica, la mayoría del empresariado, partidos de centro y derecha, la izquierda no populista y otros que ahora, por convicción o coyuntura, desnudan al mandatario de dos de sus mantos predilectos: ecologista e indigenista.
El brutal ataque del domingo a los marchistas, que hasta Morales tildó de "imperdonable" aunque luego pidió perdón, originó su peor crisis desde 2006, con dimisiones de dos ministros, un viceministro y otros funcionarios, entre acusaciones mutuas sobre quién mandó disolver la marcha.
Decenas de miles de bolivianos salieron a las calles el miércoles para repudiar la brutalidad policial y del Gobierno, encabezados por la Central Obrera Boliviana (COB), la mayor organización sindical del país, uno de los muchos apoyos que el mandatario ha ido dejando a la vera del camino.
El Movimiento Sin Miedo (MSM), de centroizquierda y mayoritario en La Paz, que lo apoyó en las elecciones de 2005 y 2009, presenta ahora acusaciones judiciales contra él, similares a las que Morales impulsó para encarcelar o hacer huir del país a decenas de políticos de la oposición o de anteriores gobiernos.
Morales, que en semanas anteriores insistió en que la carretera atravesaría el Tipnis "si o si", anoche volvió a defender la obra y negó toda responsabilidad en la brutal represión de los indígenas, al igual que sus ministros, y sigue empeñado en que la vía atraviese el Tipnis.
La Paz
EFE
El presidente boliviano forjó una nueva mayoría, pero esta vez en contra, por insistir en que una carretera financiada y construida por Brasil, la emergente potencia americana, parta por la mitad una reserva ecológica, a lo que se oponen los indígenas que viven en ella.
Sindicatos, ecologistas, políticos de izquierda y asociaciones indígenas que hace seis años le ayudaron a llegar al poder, ahora apoyan a unos 1.500 nativos del Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (Tipnis) que marchan hacia La Paz desde el 15 de agosto en contra de la carretera.
A ellos se suman quienes siempre han estado contra Morales, como la jerarquía católica, la mayoría del empresariado, partidos de centro y derecha, la izquierda no populista y otros que ahora, por convicción o coyuntura, desnudan al mandatario de dos de sus mantos predilectos: ecologista e indigenista.
El brutal ataque del domingo a los marchistas, que hasta Morales tildó de "imperdonable" aunque luego pidió perdón, originó su peor crisis desde 2006, con dimisiones de dos ministros, un viceministro y otros funcionarios, entre acusaciones mutuas sobre quién mandó disolver la marcha.
Decenas de miles de bolivianos salieron a las calles el miércoles para repudiar la brutalidad policial y del Gobierno, encabezados por la Central Obrera Boliviana (COB), la mayor organización sindical del país, uno de los muchos apoyos que el mandatario ha ido dejando a la vera del camino.
El Movimiento Sin Miedo (MSM), de centroizquierda y mayoritario en La Paz, que lo apoyó en las elecciones de 2005 y 2009, presenta ahora acusaciones judiciales contra él, similares a las que Morales impulsó para encarcelar o hacer huir del país a decenas de políticos de la oposición o de anteriores gobiernos.
Morales, que en semanas anteriores insistió en que la carretera atravesaría el Tipnis "si o si", anoche volvió a defender la obra y negó toda responsabilidad en la brutal represión de los indígenas, al igual que sus ministros, y sigue empeñado en que la vía atraviese el Tipnis.
La Paz
EFE