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Montserrat Solano: “Adopciones no deben ser discriminatorias”

Esteban Arrieta earrieta@larepublica.net | Sábado 13 diciembre, 2014


“Hay verbos que no pueden conjugarse en imperativo y uno de ellos, es amar, yo no puedo obligar a una persona a amar y por tanto, no creo que la sociedad tenga el derecho de dictar un imperativo sobre el amor a nadie”, indica Montserrat Solano, defensora de los habitantes, sobre el proyecto de sociedades de convivencia. Gerson Vargas/La República


Defensora pide no atrasar debate que favorece a personas sexualmente diversas

Montserrat Solano: “Adopciones no deben ser discriminatorias”

Confía en que partidos cristianos permitirán tutelar derechos

Por tan solo un voto a favor, hace un par de meses, Montserrat Solano fue electa como defensora de los habitantes, frente al abogado Román Navarro.
La polarización de la Asamblea Legislativa en aquel momento de decidir el nombramiento, fue el reflejo de una sociedad todavía atrapada en una lucha solapada entre conservadores y progresistas en materia de derechos humanos, la familia y la vida.

De haber ganado Navarro, durante cuatro años la Defensoría habría sido cauta en esos temas, incluso, “cavernícola” como la parodió en su momento Ronald Vargas, diputado del Frente Amplio.
Sin embargo, bajo la conducción de Solano, esa institución tendrá un papel diametralmente opuesto, pues su jerarca es una defensora de la igualdad y el respeto de los derechos humanos.
La defensora considera que Luis Guillermo Solís no debe postergar más la discusión sobre este tema, sin importar que sobre la mesa de debate también están la reforma a la ley de pensiones, la ley de empleo público y los planes para cobrar nuevos impuestos.
Aunque no califica la situación actual como “sumamente atrasada” en materia de derechos, Solano sí considera que falta mucho por hacer.

¿Está el país listo para aceptar en todos los extremos legales a la parejas del mismo sexo?
Permítame responderle con una pregunta, ¿está el país preparado para aceptar su libertad de expresión?
Con esto quiero decirle, que en materia de derechos humanos, no nos debe importar si el país está preparado o no, sino que es una cuestión que se acepta, que se respeta.
Los derechos humanos no se someten a la aceptación de otros.

Entonces, ¿una consulta popular para decidir sobre este tema sería un paso erróneo?
Ha habido crímenes de lesa humanidad con la aceptación de una mayoría. Cuando los derechos humanos de una minoría se someten a la voluntad de las mayorías, eso no se llama democracia, sino tiranía.

¿Está el país sumamente atrasado en la legislación de este tema?
Sumamente atrasado no, por ejemplo, en Nigeria, hace un par de meses se despenalizaron las relaciones homosexuales.
En Costa Rica, dichosamente por no pasar por crisis de derechos humanos, como sí las han vivido otras naciones de Centroamérica, no hemos tenido que plantearnos como sociedad frente a este tema y por lo tanto se generó la gran necesidad de educar y combatir la discriminación.

¿Deben las parejas gais tener la posibilidad legal de adoptar?
Los derechos humanos son expansivos y deben respetarse en todos los extremos. Indistintamente del nombre legal que se les ponga a las uniones entre personas del mismo sexo, el Estado tiene que respetar ciertos derechos en igualdad de condiciones, como por ejemplo, el derecho a testar, a recibir visita en hospitales y el derecho al seguro social. Lo ideal es que la ley se aplicara a todos por igual, sin necesidad de legislar.
La Corte Interamericana de Derechos Humanos considera que el principio del interés superior del niño no debe basarse en conceptos discriminatorios, es decir, no puede basarse en la idea de que una persona homosexual, solo por su condición, va a ser mal padre o mala madre.

Entonces, ¿está a favor de que en Costa Rica las adopciones por parte de parejas homosexuales sean legales?
Yo estoy a favor de que las adopciones no sean discriminatorias por ninguna razón. Hay casos en que una pareja heterosexual no es apta para adoptar y eso también se aplica para una pareja del mismo sexo; sin embargo, el derecho a adoptar no puede ser discriminatorio.
Las adopciones son mucho más complicadas de lo que la gente piensa, en algún momento en lo personal, yo traté de adoptar y me di cuenta que no es sencillo, pues se trata de una persona con una vida entera, tratando de adaptarse a otra persona con una vida y circunstancias diferentes.

Bajo esa premisa, ¿el amor debe ser el principio que determine las adopciones sin importar la orientación sexual de la persona?

Como le conté, una vez estuve muy interesada en adoptar una niña y la psicóloga me dijo que esa chiquita en particular, por las condiciones e historia que tenía, era mejor que tuviera una familia sin una figura masculina.
Cada niño o niña, tiene una historia de vida muy diferente. Al final, siendo soltera, preferí no adoptar porque estaba muy joven.
Ahora bien, le respondo que hay verbos que no pueden conjugarse en imperativo y uno de ellos, es amar, yo no puedo obligar a una persona a amar y por tanto, no creo que la sociedad tenga el derecho de dictar un imperativo sobre el amor a nadie.

Usted vivió en Holanda durante muchos años, ¿afecta de alguna forma el desarrollo del niño su adopción por parte de una pareja gay?
En Holanda es permitida la adopción cuando no hay una pareja heterosexual interesada.
Por otra parte, debo indicarle que los estudios que se han hecho indican que no hay afectación en el desarrollo de los niños.
El amor entre parejas homosexuales no es distinto del que se desprende de una pareja heterosexual o el de una persona sola.

¿Se utilizan los proyectos de ley que favorecen a la comunidad gay como moneda de cambio en negociaciones políticas en nuestro Congreso?
No quisiera emitir criterio sobre si se da esta situación en el país.
Lo que sí tengo claro, es que en los temas de derechos humanos deben ser analizados en sí mismos y no utilizados como moneda de cambio para otros intereses.

¿Existe alguna posibilidad de hacer entender a los partidos cristianos la importancia de esta temática desde la perspectiva de igualdad en derechos y no desde el punto de vista religioso como lo visualizan ellos?
Quiero pensar que ningún partido político se oponga a esta idea y a la libertad de cualquier adulto de plantear su propio plan de vida.
En lo personal, he tenido acercamiento con algunos de estos diputados y ellos muestran algún tipo de apertura y hay que aprovechar eso.

Esos partidos se oponen a estos proyectos para proteger a la familia tradicional, ¿qué opina?
Yo me preguntaría más bien, si esos partidos combaten con la misma asiduidad el divorcio…

¿Teme que este tema se relegue en 2015 ante otras iniciativas que plantea el Gobierno como el plan de empleo público, la ley de pensiones y la aprobación del IVA y renta global?
Bajo esa premisa, ningún momento sería el indicado. Por eso, creo que la discusión no debe aplazarse.

Esteban Arrieta
earrieta@larepublica.net
@earrietaLR







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