Metas del Central generan escepticismo
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Sábado 09 agosto, 2008
Metas del Central generan escepticismo
• Especialistas consideran difícil que el Banco Central cumpla con los objetivos de su plan macroeconómico para el presente año y el próximo
Israel Aragón y Víctor Sanabria
iaragon@larepublica.net
vsanabria@larepublica.net
Las nuevas metas inflacionarias propuestas por el Banco Central de Costa Rica para este año y el próximo generan escepticismo entre distintos sectores, que las consideran muy optimistas para la situación actual del país y lo que se está viviendo a nivel internacional.
Las nuevas proyecciones serían difíciles de alcanzar debido a que las presiones inflacionarias internacionales se mantendrán, a pesar de las bajas mostradas en los últimos meses.
Además seguirían influyendo aspectos como el precio del petróleo y de los alimentos, y la desaceleración de la economía de Estados Unidos.
Ante esto, las perspectivas del Banco Central empiezan a tambalearse y las opiniones coinciden en mostrarse escépticas.
A principios de año se estableció un 8% como meta de inflación para 2008, pero a julio el indicador ya mostraba un porcentaje acumulado del 8,83%.
Este aumento, unido a las turbulencias en los mercados internacionales, ocasionó que la entidad replanteara su meta en un 14%.
A pesar de este cambio, las perspectivas de cumplimiento no son muy claras para varios participantes del mercado.
Para lograr esa meta sería necesario que durante los próximos meses la inflación acumulada no supere el 4,75%, algo difícil si se considera que faltan los meses típicamente más inflacionarios debido a aspectos como el alto consumo que se presenta durante la época navideña.
Esta tendencia del fin de año resultó evidente durante 2007, pues los meses de mayor inflación fueron noviembre (1,24%) y diciembre (1,67%), los cuales incluso duplicaron el aumento de precios de otros periodos.
“Creo que la inflación estará cercana al 15%, pero dadas ciertas condiciones externas, como la baja en los precios de petróleo y alimentos, por ejemplo, es posible que se llegue al 14%”, consideró Luis Mesalles, presidente de la Academia de Centroamérica.
Para Luis Delgado, investigador económico del Grupo Acobo, “es difícil saber —si se logrará la nueva meta inflacionaria— porque el proceso de reducción de la inflación es muy lento. Tendría que pasarse de niveles mensuales del 1,5% al 0,8%, y no es usual encontrar saltos tan grandes en periodos cortos”.
“Llevamos casi un 9% de inflación en siete meses. Lo que viene dependerá mucho de lo que pase con el petróleo. Julio fue el mes más alto de alzas en transportes, pero el aumento fuerte puede que ya se haya dado y se espera que tienda a moderarse”, agregó Delgado.
A juicio de los analistas, la evolución y las expectativas de inflación de ahora en adelante plantean retos importantes para las autoridades económicas, que podrían incluir ajustes más acelerados en el nivel de las tasas de interés para limitar la expansión de la demanda interna y, en particular, del gasto y la inversión del sector privado.
Dentro del paquete de medidas anunciadas por la autoridad monetaria, el espacio que le deja el actual sistema cambiario —donde el tipo de cambio permanece anclado al margen superior de la banda— hace que el Banco Central intervenga por medio del uso de las reservas monetarias, sacando liquidez de la economía, lo que le permite ser más restrictivo en su política monetaria a través del uso de las tasas de interés.
Para los analistas, las nuevas metas del Central son muy optimistas debido a que el entorno externo e interno de la economía no permite prever una merma en la presión inflacionaria durante el segundo semestre de este año.
Los especialistas coinciden en afirmar que llevar la tasa de variación del Indice de Precios al Consumidor a un dígito en 2009 no será una tarea fácil, pues también el comportamiento creciente de las expectativas inflacionarias de los agentes económicos impulsa el indicador hacia el alza.
Además de la inflación, otro aspecto que genera expectativa es que la autoridad monetaria sostiene que seguirá utilizando las tasas de interés como instrumento más activo de su política monetaria, con el fin de controlar la liquidez de la economía y reducir las presiones sobre el gasto interno, según comentó Alberto Franco, economista.
Sin embargo, economistas consideran que en estos momentos el Central no está apostando tanto como debiera al alza de las tasas de interés.
“Mas bien, dado que el tipo de cambio está pegado al techo debida a la alta demanda de la divisa estadounidense. El Banco Central tiene que vender reservas y eso le ayuda a esterilizar dinero, porque no tiene tanta presión para subir las tasas de interés. De hecho, en las últimas subastas, no ha puesto mucha presión para subir tasas”, consideró Mesalles.
El especialista considera que ha existido un rezago en los efectos de la política monetaria, en aspectos de la política monetaria, en aspectos como las tasas de interés negativas en términos reales, el crecimiento del crédito, y en el manejo de la política cambiaria, factores muy importantes que determinan una buena parte del resultado en la inflación.
• Especialistas consideran difícil que el Banco Central cumpla con los objetivos de su plan macroeconómico para el presente año y el próximo
Israel Aragón y Víctor Sanabria
iaragon@larepublica.net
vsanabria@larepublica.net
Las nuevas metas inflacionarias propuestas por el Banco Central de Costa Rica para este año y el próximo generan escepticismo entre distintos sectores, que las consideran muy optimistas para la situación actual del país y lo que se está viviendo a nivel internacional.
Las nuevas proyecciones serían difíciles de alcanzar debido a que las presiones inflacionarias internacionales se mantendrán, a pesar de las bajas mostradas en los últimos meses.
Además seguirían influyendo aspectos como el precio del petróleo y de los alimentos, y la desaceleración de la economía de Estados Unidos.
Ante esto, las perspectivas del Banco Central empiezan a tambalearse y las opiniones coinciden en mostrarse escépticas.
A principios de año se estableció un 8% como meta de inflación para 2008, pero a julio el indicador ya mostraba un porcentaje acumulado del 8,83%.
Este aumento, unido a las turbulencias en los mercados internacionales, ocasionó que la entidad replanteara su meta en un 14%.
A pesar de este cambio, las perspectivas de cumplimiento no son muy claras para varios participantes del mercado.
Para lograr esa meta sería necesario que durante los próximos meses la inflación acumulada no supere el 4,75%, algo difícil si se considera que faltan los meses típicamente más inflacionarios debido a aspectos como el alto consumo que se presenta durante la época navideña.
Esta tendencia del fin de año resultó evidente durante 2007, pues los meses de mayor inflación fueron noviembre (1,24%) y diciembre (1,67%), los cuales incluso duplicaron el aumento de precios de otros periodos.
“Creo que la inflación estará cercana al 15%, pero dadas ciertas condiciones externas, como la baja en los precios de petróleo y alimentos, por ejemplo, es posible que se llegue al 14%”, consideró Luis Mesalles, presidente de la Academia de Centroamérica.
Para Luis Delgado, investigador económico del Grupo Acobo, “es difícil saber —si se logrará la nueva meta inflacionaria— porque el proceso de reducción de la inflación es muy lento. Tendría que pasarse de niveles mensuales del 1,5% al 0,8%, y no es usual encontrar saltos tan grandes en periodos cortos”.
“Llevamos casi un 9% de inflación en siete meses. Lo que viene dependerá mucho de lo que pase con el petróleo. Julio fue el mes más alto de alzas en transportes, pero el aumento fuerte puede que ya se haya dado y se espera que tienda a moderarse”, agregó Delgado.
A juicio de los analistas, la evolución y las expectativas de inflación de ahora en adelante plantean retos importantes para las autoridades económicas, que podrían incluir ajustes más acelerados en el nivel de las tasas de interés para limitar la expansión de la demanda interna y, en particular, del gasto y la inversión del sector privado.
Dentro del paquete de medidas anunciadas por la autoridad monetaria, el espacio que le deja el actual sistema cambiario —donde el tipo de cambio permanece anclado al margen superior de la banda— hace que el Banco Central intervenga por medio del uso de las reservas monetarias, sacando liquidez de la economía, lo que le permite ser más restrictivo en su política monetaria a través del uso de las tasas de interés.
Para los analistas, las nuevas metas del Central son muy optimistas debido a que el entorno externo e interno de la economía no permite prever una merma en la presión inflacionaria durante el segundo semestre de este año.
Los especialistas coinciden en afirmar que llevar la tasa de variación del Indice de Precios al Consumidor a un dígito en 2009 no será una tarea fácil, pues también el comportamiento creciente de las expectativas inflacionarias de los agentes económicos impulsa el indicador hacia el alza.
Además de la inflación, otro aspecto que genera expectativa es que la autoridad monetaria sostiene que seguirá utilizando las tasas de interés como instrumento más activo de su política monetaria, con el fin de controlar la liquidez de la economía y reducir las presiones sobre el gasto interno, según comentó Alberto Franco, economista.
Sin embargo, economistas consideran que en estos momentos el Central no está apostando tanto como debiera al alza de las tasas de interés.
“Mas bien, dado que el tipo de cambio está pegado al techo debida a la alta demanda de la divisa estadounidense. El Banco Central tiene que vender reservas y eso le ayuda a esterilizar dinero, porque no tiene tanta presión para subir las tasas de interés. De hecho, en las últimas subastas, no ha puesto mucha presión para subir tasas”, consideró Mesalles.
El especialista considera que ha existido un rezago en los efectos de la política monetaria, en aspectos de la política monetaria, en aspectos como las tasas de interés negativas en términos reales, el crecimiento del crédito, y en el manejo de la política cambiaria, factores muy importantes que determinan una buena parte del resultado en la inflación.