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Messi “reaparece” en Maracaná

EFE | Lunes 16 junio, 2014


Sergio Agüero transporta el balón seguido por el bosnio Ermin Bicakcic. Gabriel Bouys-AFP/La República


Messi “reaparece” en Maracaná

Argentina logró un gris triunfo ante una trabajadora Bosnia

Lionel Messi “reapareció” en Maracaná, el mejor escenario posible y, con un tanto antológico, confirmó la primera victoria de Argentina en el Mundial de Brasil, ante Bosnia, un rival que le allanó el camino con un autogol nada más empezar, pero nunca se dio por vencido.
Ocho años —menos un día— después, Messi volvió a marcar en un Mundial. Tras muchos meses intentándolo, encontró la jugada que buscaba y recuperó la sonrisa. Lo hizo, además, cuando sus compatriotas trataban de acallar a la parte de la hinchada brasileña presente en Maracaná que le insultaba.
La reaparición del astro argentino, ausente durante toda la temporada, fue la gran noticia de una gris victoria argentina ante un rival que pagó la novatada.
Con el Maracaná convertido en una olla albiceleste, la selección de Alejandro Sabella no dejó buenas sensaciones. Inconexa y con una alarmante falta de chispa en muchos de los jugadores que deben alimentar el sueño del tricampeonato.
Tampoco ayudó el diseño del técnico. En la selección que cuenta con la mejor nómina de atacantes del mundo, Sabella plagó el campo de defensas, con la inclusión del zaguero del Inter Hugo Campagnaro. La idea era abrir las bandas con Pablo Zabaleta y Marcos Rojo, pero no lo consiguió.
Si se fue al descanso con ventaja fue porque al rival le pesó el debut. Bosnia-Herzegovina, una novata que carga con el peso de representar a un país joven, entró al campo como un flan.
Impresionada por el escenario y la entidad del rival, introdujo en su meta el primer balón que llegó a su área, una falta botada por Messi que peinó Marcos Rojo y rechazó contra su meta Sead Kolasinac (m.3).
Con el marcador a favor y, sin más plan de juego que aguardar algún destello de sus estrellas, la Albiceleste se fue diluyendo conforme avanzó el primer tiempo.
Por eso, no necesitó mucho Bosnia para ir creciendo hasta poner en apuros a Sergio Romero, pleno de reflejos en un remate de cabeza de Senad Lulic (m.40).
Que Gonzalo Higuaín y Fernando Gago entrasen en el campo tras el descanso, no fue más que la consecuencia del lógico cambio de planes de Sabella.
Messi buscó el balón más alejado del área y, al final, encontró la jugada que quería. Esa carrera con el balón pegado, al pie, esa pared con Higuaín, para recorrer el borde del área hasta encontrar el hueco por el que ajustar la pelota junto al poste, imposible para cualquier arquero.
La respuesta de Bosnia fue meritoria, porque lejos de bajar los brazos frente a la euforia albiceleste buscó el gol y lo encontró por medio de Vedad Ibisevic (m.85), pero ya era muy tarde.

Río de Janeiro /EFE







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