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Messi liga el póquer de títulos

Redacción La República redaccion@larepublica.net | Sábado 27 agosto, 2011




Messi liga el póquer de títulos
Barcelona derrotó al Oporto para ganar la Supercopa de Europa

El Barcelona ligó en Mónaco el póquer de títulos de la supercopa europea al vencer al Oporto 2-0, gracias a dos jugadas estelares de Lionel Messi, que demostró una vez más que es el rey del tapete y que, cuando juega, nunca va de farol.
Messi solucionó una espesa primera mitad del Barcelona con un gol de oportunismo al filo del descanso, en el min. 39, un regalo de Guarín en un mal despeje que el de Rosario recogió cuando ya tenía encima a Helton.
Otro se hubiera precipitado en la definición y hubiese estrellado el balón en el cuerpo del portero. El no. Controló la pelota, sentó al meta del Oporto con un requiebro imposible y lo empujó a placer al fondo de la red.
Hasta entonces el equipo luso había incomodado a su rival con su defensa adelantada, mucho empuje arriba y una presión asfixiante que a los azulgranas, sin Piqué en el eje de la zaga y Busquets en el pivote defensivo, les costaba superar saliendo con el balón jugado desde atrás.
Un disparo de Moutinho que obligó a Valdés a sacar la primera manopla de la tarde y un par de jugadas por la izquierda de Hulk —la estrella indiscutible del equipo tras la marcha de Falcao— no tuvieron la recompensa del gol.
El Oporto no se rindió ni mucho menos tras la reanudación. Pereira adelantó la defensa 20 metros y Moutinho, Guarín y Souza trabajaron a destajo para abarcar los máximos metros posibles en el centro del campo.
Moutinho y Guarín lo probaron de lejos y Villa también tuvo la suya antes de ser sustituido por Alexis. El Barça, con muchos espacios delante, pudo matar el partido.
Los catalanes vivieron un último susto, cuando un error de Abidal al proteger un balón casi le cuesta un disgusto al campeón de Europa a diez minutos del final. Un Guarín encolerizado pidió penal por la entrada del francés, pero el árbitro lo único que hizo fue mostrarle tarjeta amarilla.
Cuando el partido llegaba al final, Messi volvió a aparecer para fabricar el segundo, una conducción desde la línea de tres cuartos que acabó con un quiebro y un centro preciso sobre la llegada de Cesc, que mató el balón con el pecho y, sin dejarlo caer, fusiló sobre la salida de Helton, en el minuto 88.

Mónaco/EFE






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