Meryl Streep se apropia de Margaret Thatcher
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Lunes 09 enero, 2012
Meryl Streep se apropia de Margaret Thatcher
Hay unos pocos actores o actrices capaces de hacer cualquier cosa y Meryl Streep es una de ellas.
Y también es una de las pocas en poder sostener por sí sola una película, por floja que esta sea. Y “The iron lady” está en esa situación.
Basada en la tan amada como odiada figura de la ex primera ministra británica Margaret Thatcher, “La dama de hierro”, apelativo por el que la política era conocida en su vida en activo, trata de mostrar su lado más vulnerable, su vejez.
Con algunos flashbacks hacia sus inicios y su vida política, Phylida Lloyd (“Mamma mia”) dirige una historia que sin la presencia de Streep no tendría mucho interés.
La actriz estadounidense no solo se mimetiza, sino que se apropia de Margaret Thatcher. No la interpreta, es ella. Y en ello reside tanto la grandeza como la debilidad de un filme que flojea en la base de toda película: su guion.
Abi Morgan, responsable del fantástico guión de “Shame”, se enfrenta en “La dama de hierro” con la dificultad de contar al espectador algo que no sepa de un personaje tan público.
El resultado es una historia que comienza y acaba con la “dama de hierro” en su senectud. Lo que deja al espectador con ganas de saber más. Más de lo que había detrás de su imagen pública y menos de la vejez en la que todos nos igualamos.
Con 16 nominaciones y dos Oscar en 1979 como secundaria por “Kramer vs. Kramer” y en 1982 como protagonista por “Sophie’s choice”, Streep ha demostrado en sobradas ocasiones su talento.
Aunque su interpretación es perfecta, su capacidad para gustar a todo el mundo convierte a la Thatcher real en un personaje tan humano como cualquier otro.
El problema es que no es cualquier otro.
Lo que sin embargo no quita méritos a una interpretación que pide a gritos el tercer Oscar para Streep.
Redacción internacional / EFE
Hay unos pocos actores o actrices capaces de hacer cualquier cosa y Meryl Streep es una de ellas.
Y también es una de las pocas en poder sostener por sí sola una película, por floja que esta sea. Y “The iron lady” está en esa situación.
Basada en la tan amada como odiada figura de la ex primera ministra británica Margaret Thatcher, “La dama de hierro”, apelativo por el que la política era conocida en su vida en activo, trata de mostrar su lado más vulnerable, su vejez.
Con algunos flashbacks hacia sus inicios y su vida política, Phylida Lloyd (“Mamma mia”) dirige una historia que sin la presencia de Streep no tendría mucho interés.
La actriz estadounidense no solo se mimetiza, sino que se apropia de Margaret Thatcher. No la interpreta, es ella. Y en ello reside tanto la grandeza como la debilidad de un filme que flojea en la base de toda película: su guion.
Abi Morgan, responsable del fantástico guión de “Shame”, se enfrenta en “La dama de hierro” con la dificultad de contar al espectador algo que no sepa de un personaje tan público.
El resultado es una historia que comienza y acaba con la “dama de hierro” en su senectud. Lo que deja al espectador con ganas de saber más. Más de lo que había detrás de su imagen pública y menos de la vejez en la que todos nos igualamos.
Con 16 nominaciones y dos Oscar en 1979 como secundaria por “Kramer vs. Kramer” y en 1982 como protagonista por “Sophie’s choice”, Streep ha demostrado en sobradas ocasiones su talento.
Aunque su interpretación es perfecta, su capacidad para gustar a todo el mundo convierte a la Thatcher real en un personaje tan humano como cualquier otro.
El problema es que no es cualquier otro.
Lo que sin embargo no quita méritos a una interpretación que pide a gritos el tercer Oscar para Streep.
Redacción internacional / EFE