Maldito cigarro y diputados temerosos
| Jueves 01 marzo, 2012
Celebramos la aprobación de la Ley Antitabaco, como una reivindicación de la clase política hacia el pueblo, en su compromiso fundamental de velar por su bienestar
Maldito cigarro y diputados temerosos
Por fin, tras una larga espera de varios años, el maldito cigarro recibió su merecido golpe, los legisladores aprobaron la Ley Antitabaco.
Vidas acortadas, operaciones, dolores familiares, daño a la salud pública, finalmente los efectos nocivos que por tanto tiempo la industria había negado en el pasado, ahora reciben su merecido freno.
Pero el trámite no fue de color de rosa, todavía a último minuto diputados libertarios, de Unidad y Liberación corrían contra el reloj para obstruir, utilizando, como ya es costumbre de la mala forma de legislar, a la Sala IV.
Porque en todo caso, si el mecanismo para oponerse a cualquier idea que no les parezca es recurrir a la Sala Constitucional, ¿qué sentido tiene tanta discusión y supuesto debate entre diputados, si luego están dispuestos a ceder la potestad de legislar a este tribunal?
Pongamos un caso hipotético demostrativo. Imaginemos que a la Asamblea Legislativa le parezca adecuado eliminar la Sala IV, digamos que utilizando los mismos argumentos que en este momento se están usando en Panamá, donde nos han tomado como un ejemplo de lo que no quieren hacer.
Entonces, ¿recurrirían nuestros legisladores a la propia Sala Constitucional para preguntarle si les da permiso de eliminarla?
Las actuaciones legislativas en este sentido son lamentables, y parecen excusas para un obstruccionismo.
Los diputados que consideren que el cigarro es bueno y debería promocionarse como hasta ahora se ha hecho en la sociedad costarricense, tienen derecho de pensar así e incluso defender sus posiciones.
Lo que sí es lamentable es que ante la carencia de mayores argumentaciones y frente a una inminente derrota en ese campo, opten por recurrir a la Sala IV como mecanismo de obstrucción por obstrucción.
Otros razonamientos que se han externado van en el sentido de que la nueva legislación antitabaco incrementará el contrabando de cigarrillos. Pero el temor al contrabando es algo que debe prevenirse y enfrentarse con la acción policial, no con más temor.
Debemos ser capaces como país de legislar en aquello que creamos conveniente para el bien común sin supuestas amenazas de contrabando ni de ninguna otra clase.
Mientras tanto, celebramos la aprobación de la Ley Antitabaco, como una reivindicación de la clase política hacia el pueblo, en su compromiso fundamental de velar por su bienestar.